Los cuatro frentes de Blumel, el nuevo ministro para encarar la crisis
La violencia que se ha vivido desde la semana pasada, las denuncias de violaciones a los DD.HH., la nueva agenda social y el rol de contrapeso de Piñera son al menos cuatro flancos que el nuevo titular de Interior deberá atender en medio del estallido.
No es lo mismo ni tampoco es igual. Así como su colega de la Segegob, Karla Rubilar, pedía hoy en la mañana "más ayuda" al Congreso haciendo notar que "somos un gabinete nuevo", la primera mañana de Gonzalo Blumel Mac-Iver (41) como ministro del Interior -el hombre que estará a cargo del país la próxima vez que el Presidente pueda salir de gira- fue de marcar diferencias de tono, de formas, de imagen y de acción. "Tenemos muchísimo que mejorar en inteligencia", "el sistema de inteligencia está obsoleto, desfasado", fueron dos de sus primeras advertencias matinales sobre una de las tantas urgencias que lo esperaban en el aún tibio despacho de Andrés Chadwick.
Una de las más apremiantes del nuevo número dos de Palacio -que anoche se retiró a las 23:30 y hoy estaba de vuelta a las 8 AM para una maratón de reuniones- es comenzar de una buena vez a mostrar resultados policiales ante los desmanes, especialmente luego que ayer ardiera una tienda comercial en Alameda con Santa Rosa, en pleno centro de Santiago.
Pero tanto o más peliagudo le será encarar con el flanco de los derechos humanos, que ha motivado denuncias, la acción del INDH y la inminente llegada de los observadores de la ONU ante las personas muertas y heridas durante el Estado de Emergencia. Por un lado, Blumel tiene el desafío de hacer carne sus palabras de "respeto" a los DD.HH., pero al mismo tiempo le va a tocar poner la cara cada vez que le pregunten por el cometido de su antecesor, sobre quien pesa una eventual acusación constitucional por estas mismas razones.
Eso, sin descuidar el timón político que le cabe en el manejo de la nueva agenda de emergencia en el Congreso, donde deberá exprimir las redes que venía tejiendo para sacar adelante sus cuatro prioridades: la mejora a las pensiones, el ingreso mínimo garantizado y un reenfoque de la reforma tributaria, enfocada en la inversión. Dicen que ha estado muy coordinado con Ignacio Briones, nuevo ministro de Hacienda y compañero de partido suyo en Evópoli.
¿Ministro sin uniforme?
Sus amigos y cercanos insisten en que se ha querido remarcar un cambio de tono, un discurso más conciliador del nuevo jefe de Interior. Bien lejos, lo más posible de aquel "estamos en guerra". Ha insistido en llamar "a condenar la violencia", pero también que se busca "paz y tranquilidad". Al menos en las horas que lleva, se aprecia que está dejando las vocerías más detalladas sobre el tema policial en manos del subsecretario Rodrigo Ubilla, como se hizo esta mañana.
Pero los resultados importan. Anoche, en sus últimas rondas en los canales de televisión, le insistieron mucho en que el "llamado a la condena" no basta. El cambio -dicen en La Moneda- se notó.
Mientras en los días finales de Chadwick no hubo conejo que Palacio pudiese sacar del sombrero, esta mañana Interior (a través de Ubilla, en tándem con la vocera Rubilar) aseguró que por fin están logrando mantener detenidos en prisión preventiva, y que están presentando querellas con nombre y apellido y no con esa fórmula de "contra quienes resulten responsables".
Todo esto, mientras en Washington el Departamento de Estado ha elevado el riesgo para viajar a nuestro país. Ubilla también detalló que el gobierno ha presentado 228 querellas. ¿Volver al Estado de Emergencia? De momento el nuevo número dos y la nueva portavoz han insistido en que eso "no está contemplado". Y se entiende: sería un retroceso que el ministro debutara así.
"Tenemos que ir modernizando las policías pero hoy día la preocupación es la seguridad, el orden público", recalcó Blumel hoy en CNN Chile. Dribleando entre eso y el lado conciliador, que busca lo amable, anoche recalcó -pensando en la marcha convocada para esta tarde- que "el llamado es distinto, el llamado es a movilizarse pacíficamente. La gente quiere paz, no quiere violencia".
Derechos Humanos: ¿Tiene que defender a Chadwick?
Acá tampoco está fácil. Blumel debuta con un flanco delicado para Palacio. Incluso en la directiva de la UDI sostienen que el gobierno cometió otro error al no hacerse cargo desde un comienzo de los derechos humanos. En las vocerías y discursos de los primeros días los derechos humanos no fueron prioritarios, y el Ejecutivo no hizo suyo el tema. Ahora las denuncias de violaciones y abusos se han multiplicado.
A horas de que aterricen en Santiago los cuatro observadores de la ONU, en el gobierno dicen que no se han quedado de brazos cruzados. Que el Ministerio de Justicia trabaja desde la semana pasada en un consolidado de casos junto a las policías y el INDH, con el que Blumel y Hernán Larraín se reunieron hoy. El ministro prometió transparencia.
Pero hasta en Evópoli, donde el nuevo ministro milita, sostienen que el gobierno debe tener "un canal de información que nos dé certeza y claridad respecto de todos los hechos que hemos visto, que tengamos claridad de cuántos son los fallecidos, quiénes son, cuáles son los antecedentes que tenemos hasta ahora de los productos de su muerte, si existen violaciones a los DD.HH, cuáles son los casos , cuáles son los antecedentes, dónde están siendo investigados, y lo mismo sobre las personas que han sido heridas y detenidas". Eso dice Hernán Larraín Matte, presidente del colectivo.
Eso sí, asegura que "veo una perfecta consistencia entre un discurso que busca cuidar la paz social, garantizar el orden público, condenar la violencia" y los derechos humanos.
-¿Es o no el rol de Blumel tener que defender el cometido de Andrés Chadwick cuando le pregunten por él y por los derechos humanos?
El rol de Gonzalo Blumel es ser ministro del Interior. Es hacerse cargo del momento social que está viviendo, de trabajar en la paz que se necesita en nuestro país, en buscar el orden público y sacar adelante un agenda, generar condiciones para el acuerdo, el diálogo. Por lo tanto, creo que eso es lo fundamental.
¿Qué dice de esto la jefa del partido del ex número dos de Palacio, Jacqueline van Rysselberghe? "Siempre es fácil hacer ese tipo de juicios después. Pero Chadwick no tenía ninguna culpa de lo que ha pasado".
De momento, Sergio Micco, director del INDH, salió de su primera reunión con Blumel diciendo "todo lo que sea tener autoridades que contribuyan al diálogo es bienvenido".
¿Podrá contener a Piñera?
La otra duda es si el ministro podrá ser contrapeso de un Presidente bien poco dado a delegar. Tiene a su favor que ya le conoce la mano de cerca después de estar con él en Apoquindo 3000. Tiene en contra que generacionalmente no es su par y que su carrera política se ha desarrollado al alero de Piñera. Punto crucial para ver si podrá contenerlo en momentos críticos.
"Blumel tiene buena capacidad para poder hacerlo. Ha trabajado mucho tiempo con el Presidente, él le tiene confianza y eso ayuda al rol de ministro del Interior. En el resto, es una persona inteligente, no dudo que lo hará bien y tenemos que estar dispuestos a ayudarlo", aventura Van Rysselberghe.
Por el lado de los analistas hay distintas miradas. "El gabinete nunca tuvo realmente alguien que le hiciera contrapeso a Sebastián Piñera. Eso creo que no va a cambiar mucho, salvo porque sí veo una mayor disposición de parte del Presidente. Blumel puede cumplir un rol similar al que cumplía Chadwick" visualiza Roberto Izikson, de Cadem.
Kenneth Bunker, analista, ve que "Blumel no tiene que hacer lo mismo. Parte del problema del gabinete anterior de Piñera, con Chadwick, con figuras de la antigua política, pesos pesados, era que era muy rígido. En ese gabinete, los ministros eran como un martillo y veían todos los problemas como un clavo. Tenían una sola solución que era orden público y meterle más política. Blumel, en cambio, lo veo como un manager, que Piñera le encarga el boliche".
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