Menos focos, pero más voraces: hectáreas afectadas por incendios forestales han aumentado hasta un 2.900% en algunas regiones

Lago Peñuelas
Foto: Agencia Uno

Según el Sistema de Información Digital para el Control de Operaciones de Conaf, del periodo anterior al actual la cantidad de siniestros ha descendido hasta hoy en un 14%, pero los terrenos consumidos subieron en un porcentaje idéntico.


La última actualización de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) decía que hasta las 12:31 horas de hoy miércoles 2 de noviembre se reportaban cuatro incendios en combate, cuatro controlados y uno recientemente extinguido.

De todos esos, había tres en las regiones del Maule (San Clemente, Molina, Pelluhue) y Valparaíso (San Antonio, Isla de Pascua, Limache), además de uno en O’Higgins (Paredones), Coquimbo (Monte Patria) y Metropolitana (Paine), teniendo que activar incluso la alerta amarilla en el Maule y O’Higgins por lo complejo del fuego.

Solo con esos incendios, Conaf cifraba en más de 3.600 las hectáreas afectadas, llegando así a 5.618 en lo que va del periodo (1 de julio de 2022 al 30 de junio de 2023) hasta el cierre de esta edición. Según el mismo sitio del Sistema de Información Digital para el Control de Operaciones (Sidco) de la corporación, esto representa un aumento del 14% respecto del periodo anterior, cuando a la fecha se tenían 4.916 hectáreas consumidas.

Eso sí, al comparar número de incendios forestales, estos han disminuido: pasaron de 571 en el periodo anterior a los 490 del periodo actual, es decir, un 14% menos.

¿Cómo se lee el cruce de ambos datos? Se han producido menos incendios, pero más voraces e incontrolables.

“La temporada tiene una leve baja en la ocurrencia y esto se debe a condiciones meteorológicas un poco más favorables en los meses anteriores”, señala Pablo Lobos, gerente de Protección de Incendios Forestales de Conaf, quien dice que, sin embargo, esta condición meteorológica cambió drásticamente, particularmente durante este fin de semana. “Presentamos altas temperaturas durante varios días seguidos, con fuertes vientos cálidos desde la cordillera, lo cual provocó un secamiento rápido del combustible fino, es decir, pasto, lo que propicia la ignición y la rápida propagación de los incendios forestales”.

Y añade: “Si bien es cierto, este fue un invierno un poco más lluvioso, la sequía de más de una década permanece y el estrés de la vegetación continúa, por lo tanto, este estrés hídrico de la vegetación la hace más propensa a ser afectados por incendios forestales”. Esto, añade, a que “aparentemente el comportamiento de las personas hace que los incendios se sigan generando”.

El presente periodo, de hecho, muestra cifras más elevadas que el promedio de las últimas cinco temporadas (denominadas quinquenio), cuando hubo 454 incendios (+7%) y 2.097 hectáreas afectadas (+162%).

Al comparar por territorios, se observa además que de un periodo a otro las regiones de O’Higgins (+50%), Maule (+22%), Ñuble (+69%), Magallanes (+167%) y Antofagasta (antes no tuvo y ahora lleva dos) han aumentado el número de incendios, aunque nueve los han visto disminuir: Atacama, Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, Biobío, La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos y Aysén; mientras que Arica y Parinacota registran el mismo número y Tarapacá no ha tenido.

Al comparar hectáreas, eso sí, ocho regiones han visto más terreno consumido que en el periodo anterior: Arica y Parinacota (+663%), O’Higgins (+953%), Maule (+2.741%), Ñuble (+1.003%), Biobío (+5%), Los Ríos (+200%), Los Lagos (+24%) y Magallanes (+2.896%). En la otra vereda, las regiones de Atacama (-14%), Coquimbo (-86%), Valparaíso (-51%), Metropolitana (-80%), La Araucanía (-88%) y Aysén (-100%) registran un descenso en las hectáreas afectadas.

En los incendios recientemente informados, Conaf destinó dos puestos de mando, 20 técnicos, 31 brigadas, un skidder (maquinaria), tres camiones aljibe, dos aviones cisterna, un vehículo de comunicaciones y cuatro helicópteros, pero, además, empresas privadas, municipios y organizaciones también aportaron lo suyo, entre técnicos, brigadistas, ambulancias, carros de bomberos, voluntarios, carabineros, retroexcavadoras, además de personal Fach y de Onemi.

Con todo, en Conaf creen que los recursos deberán seguir desplegándose: “Dado la gran cantidad de combustible fino, especialmente relativo a pastos y praderas, muchos en contacto con sectores con matorral o bosques, nos hace prever una temporada compleja con incendios complejos, con comportamientos erráticos y extremos que los hacen más difícil de enfrentar”.

Para esto, desde la corporación han puesto especial énfasis en la prevención. “Hemos reforzado considerablemente los recursos destinados a la prevención en distintas materias”, asegura Lobos, quien además cuenta que han reforzado los equipos profesionales de distintas áreas con el objeto de trabajar con las comunidades de más alto riesgo (programa ‘Comunidades Preparadas’). Pero no lo es todo, puesto que añadidamente han hecho más intensiva la fiscalización de quemas agrícolas, el trabajo de investigación de causas para focalizar las medidas de prevención, más énfasis en el trabajo articulado con empresas públicas y privadas, limpieza de vegetación, coordinación con PDI y Carabineros, entre otras.

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