“Nunca recibí dinero por el arriendo y este nunca fue utilizado por la fundación”: el relato de la militante RD que facilitó su casa para constituir Democracia Viva
Cecilia Millán La Rivera declaró ante la PDI sobre los motivos de este contrato ficticio, como también su militancia en el Frente Amplio. Desde el 2016 que está inscrita en Revolución Democrática, pero explicó que en 2020 renunció para unirse a "Convergencia Social para apoyar a Gabriel Boric durante su inscripción de candidatura. Una vez electo, volví a militar en RD". Expuso ante los detectives que fue contactada por Daniel Andrade solo para recibir la correspondencia de la ONG y recordó una visita que le hizo el ingeniero en septiembre del 2022, en compañía de su entonces pareja, la diputada Catalina Pérez. "Lo hice de buena fe como ayudas social y política", dijo.
De los peritajes que llevan adelante la Fiscalía y la PDI para esclarecer los delitos que se habrían cometido en torno a los tres convenios que se firmaron entre Democracia Viva y la Seremi de Vivienda de Antofagasta, se puede desprender que los investigadores no solo están abocados a establecer la malversación, sino que también el uso de influencias y redes políticas para cerrar los millonarios traspasos.
Por lo mismo, el ente persecutor busca despejar cómo fue que se estructuró la fundación, quiénes participaban en ella y cuáles eran sus vínculos en Revolución Democrática (RD), partido del cual era miembro el representante legal de Democracia Viva, Daniel Andrade, y el exseremi de Vivienda Carlos Contreras, también militante de la colectividad. El primero, además, era pareja de la diputada por Antofagasta Catalina Pérez (suspendida RD).
Para armarse un panorama de cómo comenzó a constituirse la fundación, el relato de quien figura como la propietaria del departamento que Democracia Viva registró como su dirección oficial, es más que relevante.
Cecilia Millán La Rivera prestó declaración en calidad de testigo en la causa ante la PDI el 5 de octubre. “Debo señalar que soy militante del partido Revolución Democrática (RD) desde el año 2016, renunciando a este en el año 2020 aproximadamente, uniéndome al partido Convergencia Social para apoyar a Gabriel Boric durante su inscripción de candidatura y, una vez electo, volví a militar en Revolución Democrática”, partió relatando quien se identificó como académica del Centro de Investigación para la Transformación Socioeducativa, dependiente de la Universidad Católica Silva Henríquez.
Millán explicó que en 2022 -dijo no recordar la fecha exacta- la llamó un amigo, también militante de RD, quien le señaló que Daniel Andrade estaba buscando personas propietarias de vivienda para inscribir su fundación, pero con un requisito: “Que estuviera ubicado en la comuna de Ñuñoa”, advirtió la mujer, quien cumplía el requisito, dado que el departamento estaba ubicado en la calle Exequiel Fernández.
En esa misma línea agregó que “seguidamente, no recuerdo la fecha exacta, me contacta telefónicamente Daniel Andrade, comentándome que quería crear una fundación de nombre Democracia Viva, para trabajar temas de participación social ciudadana, no recuerdo con exactitud la conversación en sí, pero le comenté que no podían utilizar mi domicilio para trabajar como fundación porque es el lugar donde resido, respondiéndome que solo necesitaban la dirección para recibir correspondencia. Dentro de esta conversación, acepté que entregara mi dirección”.
La militante RD relató a los policías que durante esta conversación en ningún momento se habló de algún tipo de pago para el uso de su dirección, sino que “lo hice de buena fe como ayuda social y política”. Con el trato cerrado, unos días después llegó una carta con los estatutos de la fundación.
La reunión con Catalina Pérez
Millán sostuvo que en julio del año 2022 Daniel le escribió por WhatsApp señalándole que necesitaba un certificado de residencia a nombre de la fundación para realizar un trámite. Ante esto le comentó que no podía solicitarlo en ese momento, porque estaba fuera de Santiago, pero que le otorgaría un poder simple.
El 29 de ese mes ambos cerraron el acuerdo en una notaría de Providencia. “Leí el contrato, donde aparecía que supuestamente me pagaría $10.000 (diez mil pesos), lo que fue una formalidad ya que nunca se acordó que me pagaría por el supuesto arriendo, por tanto nunca recibí esta suma de dinero”. El arriendo regiría a partir del 1 de agosto.
Ya en septiembre, ambos se juntarían a cerrar otros detalles. “Daniel me indica que necesitaba el contrato físico, por lo que coordinamos y fue a mi casa junto a su pareja de ese entonces, Catalina Pérez, a quien conocía desde que comencé a militar en RD. A Daniel lo conocí en esa oportunidad. Ante su consulta (del detective), no hablamos ninguna particularidad de la fundación sino que explicaron a grandes rasgos de las funciones que tendría y más que nada hablamos de contingencia política de ese entonces. Después de lo anterior, vi a Daniel y Catalina nuevamente en el cumpleaños de ella en el mes de diciembre del año 2022″, expuso la mujer.
Pasarían nueve meses hasta que Millán volviera a saber de la fundación. El 19 de junio de este año la contactó Andrade: “Recuerdo que me comentó que había un problema con la fundación en Antofagasta, que al parecer había salido algo en el diario, que lo estaban cuestionando y estaba en problemas. La verdad no le tomé mayor atención”, dijo.
Posteriormente le tomaría el peso a la situación, pues el escándalo estalló y su nombre salió en redes sociales, como la dueña de la propiedad que albergaba a Democracia Viva, lo cual le valió “funas” y hostigamientos a través de distintas plataformas digitales.
Para evitar seguir vinculada al caso, el 22 de junio fue con Andrade a un notaría en Peñalolén para terminar con el contrato de arriendo. “Para redactar el contrato, me asesoré con una abogada, quien especificó que nunca recibí dinero por el arriendo del inmueble y que este nunca fue utilizado por la fundación”, indicó.
Después de eso tuvo un contacto más con Andrade para pedirle que sacara del registro de Democracia Viva la dirección de su departamento, como también para revocarle el poder que le entregó a través de la junta de vecinos.
Antes de cerrar su declaración, y ante la consulta de los detectives, expuso: “Nunca tuve ninguna participación en la fundación, no tuve conocimiento de sus actividades ni tampoco percibí algún beneficio económico ni de ningún tipo, ya sea por parte de la fundación directamente o de Daniel Andrade, ni de Catalina Pérez, ni ningún involucrado”, advirtió.
Testigos y sospechosos del caso siguen dando explicaciones de cómo operaba Democracia Viva y hasta dónde llegaban sus redes en uno de los partidos más importantes del oficialismo, Revolución Democrática.
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