¿Paridad en la Corte Suprema? Tres cupos que se renuevan este 2023 en el máximo tribunal abren esa posibilidad
Hasta ahora, de los 21 integrantes del máximo tribunal sólo ocho son mujeres, por lo que el gobierno ha manifestado que uno de sus compromisos es avanzar en mayores equilibrios. Si bien el ministro Luis Cordero espera avanzar en base a acuerdos con el Senado, en esta oportunidad desde el Ejecutivo también relevan que las más altas votaciones para ingresar a la quina las tuvieron mujeres. Desde asociaciones de magistrados aseguran que de concretarse dicho planteamiento sería un "gran avance".
El jueves de la semana pasada el pleno de la Corte Suprema definió la quina entre la cual el gobierno deberá escoger un candidato -que luego tendrá que ser ratificado por 2/3 de los senadores- para el cupo que dejó el exministro Guillermo Silva, quien en noviembre pasado cumplió la edad máxima para desempeñarse en el máximo tribunal. Se trata de los jueces Juan Manuel Muñoz Pardo, Jéssica González Troncoso, Marcia Undurraga Jensen, Roberto Contreras Olivares y Omar Astudillo Contreras.
No es la primera vez que la administración del Presidente Gabriel Boric enfrenta una designación de estas características, pero con los aún latentes cuestionamientos que dejó la designación de fiscal nacional -que tuvo dos intentos fallidos-, fuentes de Palacio aseguran que no hay espacio para errores.
Será una definición inédita, eso sí, porque este es el primero de tres nombramientos que abren la puerta a que la integración de la Suprema sea paritaria, y en el gobierno lo saben. A Silva se sumará el ministro Haroldo Brito, que dejará el cargo en noviembre, y Jorge Dahm, que saldrá en diciembre, por lo que si al menos dos de ellos son reemplazados por mujeres, se alcanzaría el mencionado equilibrio. Ahora, sólo ocho de los 21 ministros son mujeres.
Por lo mismo, la idea de Palacio es avanzar en mayor igualdad. Así, de hecho, lo mencionó antes de dejar el cargo la exministra de Justicia Marcela Ríos, quien en entrevista con la revista institucional de la Defensoría Penal Pública insistió en que el asunto era parte de los anhelos de esta gestión. El actual titular de la cartera, Luis Cordero, por su parte, no ha dado luces de querer hacer modificaciones en esa línea.
“Nuestro primer nombramiento en la Corte Suprema fue una ministra mujer y nuestro compromiso es que en nuestro mandato mejore el equilibrio de género en la corte, que es un espacio plurinominal, colectivo, donde tenemos nombramientos y donde, por supuesto que, considerando los méritos de todos los postulantes, vamos a incluir este como un criterio relevante”, manifestó la exsecretaria de Estado.
Optar por una profesional en esta oportunidad, como advierten personeros del Ejecutivo, permitiría cumplir con la palabra empeñada y al mismo tiempo respetar las credenciales de los aspirantes, pues González Troncoso y Undurraga Jensen fueron quienes obtuvieron las más altas votaciones para integrar la quina, con 14 y 11 preferencias, respectivamente. Eso, agregan las mismas fuentes, constituiría un pase directo para que el Mandatario pueda elegir a una de ellas y proponerla al Senado.
De todas maneras, como esta es la primera designación que le tocará defender al ministro Cordero, fuentes de gobierno indican que él esperará, primero que todo, conversar con los miembros de la Comisión de Constitución de la Cámara Alta, a fin de ir avanzando en base a acuerdos y no hacer imposiciones.
La votación de los supremos, cabe hacer presente, se dio luego de que la corte estableciera, a modo de recomendación, que en la formación de ternas y cinquenas se votara por al menos una mujer y un hombre.
“Reparar una exclusión histórica”
El punto es visto como una deuda que persiste en el Poder Judicial, y así lo planteó en una carta al editor la vicepresidenta de la Asociación de Magistradas Chilenas, Geraldine Aguirre: “El panorama ha ido evolucionando, pero aún falta”, manifestó, agregando que “para impulsar una judicatura que falle con perspectiva de género, no podemos pasar por alto la integración de los tribunales; más mujeres en espacios de decisión implica más igualdad”.
En conversación con este medio, además, planteó que si bien “no hay ninguna posibilidad de exigirle a los poderes del Estado que participan de esta designación que apliquen criterios de paridad, pues son soberanos en las decisiones que toman y no está esa obligación en la Constitución. De todas maneras creemos que sería un gran avance que los cargos que van a quedar vacantes sean utilizados por mujeres, ya que el solo hecho de sumar mujeres -independiente de lo que vayan a resolver en el futuro- es importante y beneficioso.
A juicio de la abogada Mariela Hernández, presidenta de la Asociación Nacional de Magistradas y Magistrados (ANMM), se está ante una instancia que permitiría “derribar” barreras.
“Este año el Estado tendrá la posibilidad de reparar la exclusión histórica que las mujeres hemos tenido en la integración de la Corte Suprema. Sólo en este nuevo milenio, específicamente en el año 2001, se nombró a la primera ministra de este tribunal superior, la Sra. María Antonieta Morales, y a la primera fiscala, doña Mónica Maldonado. Creemos que este año, ante la vacancia de tres cargos, podemos avanzar a la gran anhelada paridad en la cúspide del Poder Judicial”, comentó.
Como mencionó, “los tiempos han evolucionado, siendo necesario que aquellos factores que han influido en la postergación de nombramiento de mujeres en la Corte Suprema vayan perdiendo relevancia y así lograr una plena participación y representación de las mujeres en áreas de toma de decisiones importantes, con la consecuencia de seguir logrando la legitimación de nuestro sistema democrático y hacer pleno el principio de igualdad evitando las inequidades de género”.
Hernández recordó que de los últimos cinco nombramientos en el máximo tribunal tres han sido mujeres, pero para ella hay que ir más allá. “Valoramos eso. Sin embargo, no es suficiente. Creemos firmemente que este año, tan relevante en la judicatura, podremos caminar hacia la tan anhelada paridad”, sostuvo.
En sectores de la Suprema, eso sí, la paridad no es tema. Y es que a juicio de algunos ministros, lo que importa no es el sexo del profesional en cuestión, sino que sea “un buen juez”. Como plantean representantes del organismo, para una parte del pleno “discriminar por género no es algo que en la interna nos mueva la aguja”.
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