“Sí, pero...” : independientes oficialistas ponen exigencias a la reforma política de Elizalde
Si bien el ministro de la Segpres ya cuenta con algunos insumos para una reforma que evite la fragmentación y fortalezca a los partidos, una de las vallas importantes será la Cámara. Dentro del total de 155 diputados, 43 son independientes.
Una reforma para evitar la fragmentación, que sea acotada, que deje conforme a la mayoría y que se tramite en poco tiempo. Esas son algunas de las variables de la ecuación legislativa que tendrá que resolver el ministro secretario general de la Presidencia, Álvaro Elizalde (PS), para impulsar un cambio al sistema político que tendría como objetivo de fondo fortalecer a los partidos.
De hecho, una de las medidas que sería incluida es la pérdida del escaño parlamentario a quienes renuncien a la colectividad con la que fueron elegidos. También se ha propuesto un umbral del orden del 4% o el 5% de los votos que deben alcanzar los partidos, si no, pierden sus asientos en el Congreso.
La tarea de construir un acuerdo en la materia fue asignada a Elizalde por el Presidente Gabriel Boric -en su pasada cuenta pública- para que pueda estar operativa antes de que se inicie el proceso de las próximas elecciones parlamentarias y presidenciales a mediados de 2025.
Si bien Elizalde ya cuenta con algunos insumos, entre ellos la propuesta que realizaron algunos exconstituyentes y un borrador que han estado preparando senadores de la Comisión de Constitución, una de las vallas importantes será la Cámara de Diputados.
En el caso de los independientes que se declaran partidarios del gobierno del Presidente Boric, la idea de una reforma política que tenga como objetivo velado dar un mayor poder a los partidos, es vista con distancia.
Si bien no se oponen, también ponen exigencias. Una de ellas es que la pérdida del escaño a quien renuncie a una colectividad no tenga reemplazo. También plantean que aquellas colectividades que no logren un mínimo de participación de su militancia en sus elecciones internas, también sean disueltas.
“Es fundamental que sea una reforma integral. Si hay una pérdida de escaño, que sea sin reemplazo”, comentó el diputado Jaime Araya (Ind.), quien encabeza la bancada PPD-Independientes.
Su par Camila Musante (Ind-. PPD) planteó que “debe haber un mínimo de participación de un 50% dentro de las elecciones y definiciones dentro de los partidos. Si eso no se cumple, el partido se disuelve”.
Por otro lado, la diputada Marta González (Ind. PPD) se declara más bien contraria al objetivo de la reforma, ya que, a su juicio, hay que abrir los espacios de representación. “Es un error limitar y querer que los partidos más grandes sigan hegemónicamente tomando el control del sistema político”, señaló.
El problema de Elizalde es que en la Cámara se evidencia con mayor crudeza la fragmentación, la polarización política y el predominio de los independientes.
Dentro del total de 155 diputados, 43 no militan en partidos. A pesar de que no actúan en forma articulada, representan casi un 28% de la Cámara. Hoy ninguna bancada de partido político tiene ese peso. Incluso, aunque algunos independientes están asociados a bancadas de partidos, igualmente mantienen un grado de autonomía mayor a la de quienes son militantes.
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