Tensión militar entre China y Taiwán en su peor momento en 40 años: Taipei teme invasión en 2025
En medio de vuelos récords de aviones chinos cerca de la zona de defensa aérea de la isla, la Presidenta de Taiwán dijo que si su democracia se ve amenazada, “hará todo lo posible para defenderse”. En respuesta, Beijing advirtió que “no hay fuerza en el mundo que sea más fuerte que la voluntad de China de luchar contra la secesión y lograr la reunificación”.
Desde el viernes pasado, cerca de 150 aviones de guerra de China, incluidos bombarderos H-6 con capacidad nuclear, se han acercado a la zona de defensa aérea de Taiwán, llevando a la tensión militar en la zona a su peor momento en cuatro décadas, como reconoció hoy el ministro de Defensa taiwanés. Incluso, Chiu Kuo-cheng advirtió que Beijing tendrá la capacidad de lanzar una invasión sobre la isla para 2025, en la primera clara advertencia de su gobierno sobre la posibilidad de un conflicto armado.
“Para las Fuerzas Armadas, la situación actual es la más sombría en 40 años desde que inicié mi servicio”, dijo Chiu al Parlamento de esta isla autogobernada democráticamente. El “menor descuido” o “error de cálculo” puede desencadenar una “crisis” en el estrecho de Taiwán, señaló el ministro, que dijo que en 2025 Beijing estará en posición de lanzar un ataque a gran escala contra la isla. “Es capaz ahora, pero tiene que calcular qué costo tendría que pagar y qué resultado quiere obtener. A partir de 2025, el costo y las pérdidas caerían al mínimo”, agregó.
Los comentarios de Chiu se produjeron cuando la legislatura de Taiwán revisó un proyecto de ley de presupuesto especial de Defensa de US$ 8.600 millones. Aproximadamente dos tercios se gastarían en armas antibuque, como sistemas de misiles terrestres, incluido un plan de US$ 5.300 millones para producir misiles de fabricación propia y buques de “alto rendimiento”, destacó el diario The Guardian.
Y es que Taiwán vive bajo amenaza constante de una invasión de Beijing, que ha incrementado la presión militar, diplomática y económica sobre la isla desde 2016, cuando la actual Presidenta Tsai Ing-wen alcanzó el poder en Taipei. El líder chino Xi Jinping, que ha llegado a decir que la toma de Taiwán es “inevitable”, también describió recientemente como “sombrías” las relaciones con este territorio.
Beijing reclama a Taiwán como una provincia de China y ha prometido retomarlo, por la fuerza si es necesario, y acusa a su gobierno democráticamente elegido de ser separatista. El gobierno de Taipei, por su parte, dice que ya es una nación soberana que no necesita declarar su independencia. El martes, Tsai escribió que Taiwán “no cederá ante la presión, pero tampoco se volverá aventurero, incluso cuando acumule el apoyo de la comunidad internacional”.
En un artículo publicado en la revista Foreign Affairs, Tsai aseguró que “Taiwán no busca la confrontación militar. Espera una coexistencia pacífica, estable, predecible y mutuamente beneficiosa con sus vecinos”. “Pero si su democracia y su forma de vida se ven amenazados, Taiwán hará todo lo posible para defenderse”, advirtió, recordando que si Taiwán cae, “las consecuencias serían catastróficas para la paz regional y el sistema de alianzas democráticas”.
En respuesta a los dichos de la Presidenta de Taiwán, el diario oficial chino Global Times señaló en un editorial que “parece que las autoridades de Tsai están realmente asustadas, anticipando que su intento secesionista se ha ido a un callejón sin salida virtual”.
“No hay fuerza en el mundo cuya voluntad de ‘defender a Taiwán’ sea más fuerte que la voluntad de China de luchar contra la secesión y lograr la reunificación. Para ser precisos, son completamente incomparables. China se atreve a luchar a vida o muerte contra cualquier fuerza que obstaculice nuestra reunificación, pero ninguna fuerza se atreve o está dispuesta a luchar a muerte contra la segunda economía más grande del mundo, así como una potencia nuclear, para evitar la reunificación de China”, enfatiza el medio chino, que asegura que “las autoridades de Tsai entienden este punto (…), están temblando silenciosamente y cada vez más recurren a sus amos en busca de ayuda”.
Beijing culpa a lo que llama “colusión” entre Taipei y Washington por las crecientes tensiones a través del estrecho de Taiwán. “Estados Unidos ha estado tomando medidas negativas vendiendo armas a Taiwán y fortaleciendo los lazos oficiales y militares con Taiwán, incluido el lanzamiento de un plan de venta de armas por US$ 750 millones a Taiwán, el aterrizaje de aviones militares estadounidenses en Taiwán y la navegación frecuente de buques de guerra estadounidenses a través del estrecho de Taiwán”, dijo el lunes el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying.
Estados Unidos advirtió el domingo a Beijing contra las incursiones aéreas. La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, aseguró que el compromiso de Washington con Taipei es “sólido como una roca”. La noche del martes, el Presidente estadounidense, Joe Biden, dijo que había hablado con su par chino, Xi Jinping, sobre Taiwán y ambos habían acordado respetar el statu quo de la isla. “Estamos de acuerdo… en acatar el arreglo sobre Taiwán. Hemos dejado claro que no creo que él deba estar haciendo otra cosa que acatar el acuerdo”, declaró Biden a la prensa al regreso de un viaje a Michigan.
Biden parecía hacer referencia al acuerdo de 1979 por el que Washington reconoció diplomáticamente al régimen de Beijing como autoridad en China, en vez del gobierno de Taipei. En virtud de ese pacto, Washington puede suministrar material militar a Taiwán en una relación no oficial y no diplomática, según consigna France Presse.
Si bien EE.UU. respeta el principio de “una sola China”, para Washington es una “política” que no especifica el estatus de Taiwán, no reconoce ni su independencia ni la soberanía de Beijing sobre la isla, apunta el diario El País. Taiwán y China continental han sido gobernados por separado desde el final de una guerra civil hace más de siete décadas, en la que los nacionalistas chinos del Kuomintang huyeron a Taipei tras perder contra los comunistas de Mao Zedong en 1949.
A pesar del aumento de los vuelos de aviones chinos y de la dura retórica de Beijing, los expertos no creen que el combate sea inminente. “No creo que haya una probabilidad alta o incluso media de un ataque o invasión china de Taiwán”, comentó a CNN Derek Grossman, un analista de defensa de alto nivel en el think tank RAND Corporation.
“El Ejército Popular de Liberación todavía tiene muchas vulnerabilidades, especialmente cuando se enfrenta a la casi segura intervención de Estados Unidos con el posible, ¿probable?, apoyo japonés y australiano”, añadió Grossman. “China entiende los graves inconvenientes de un ataque o invasión fallida de Taiwán y probablemente seguirá esperando su momento”.
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