Todos contra Woody Allen: la industria editorial también le da la espalda
Según The New York Times, cuatro grandes sellos editores rechazaron el manuscrito de las memorias del director estadounidense, quien enfrenta una batalla judicial en contra de Amazon por al menos 68 millones de dólares. Mientras algunos de sus actores y colaboradores parecen haberse olvidado del realizador, otros como Javier Bardem y Anjelica Huston dieron recientemente su apoyo al premiado cineasta, hoy en tela de juicio tras los ecos del movimiento #MeToo.
Las estrellas de Hollywood solían pelearse a muerte por aparecer en sus películas. También las distribuidoras cinematográficas más prestigiosas por poner sus filmes en salas, y hasta las editoriales por publicar sus libros. Pero todos esos años de gloria parecen haber quedado muy atrás para Woody Allen (1935).
La industria editorial ha sido la última en darle la espalda al director de Manhattan y ganador del Oscar. El año pasado, Allen intentó vender sus memorias a cuatro de los grandes sellos en Estados Unidos, los que han preferido permanecer en el anonimato. Además del rechazo, lo que el cineasta y guionista de 83 años ha recibido no han sido más que muestras de indiferencia, reveló The New York Times.
Según el mismo periódico estadounidense, los ejecutivos de dichas editoriales declararon que un agente literario que solía representar a Allen se reunió con sus compañías a fines de 2018, pero que ni una realizó ofertas. El argumento común era la publicidad negativa que podría generarles trabajar con el artista neoyorquino. En 2003, Allen estuvo a punto de llegar a un acuerdo para venderle sus memorias a la editorial Penguin por aproximadamente 3 millones de dólares, pero esperaba una mejor contraoferta. "Para esto quiero mucho dinero. La pelota está en su cancha ", escribió el cineasta en una carta a su agente.
Allen publicó su primer libro en 1971, una antología de humor titulada Getting Even. Fue editado por Random House, la misma casa editorial que años después se hizo cargo de la distribución de Without Feathers y Side Effects, otros dos títulos escritos por el guionista. "Incluso cuando gran parte del material fue reciclado, sus libros a menudo encontraban una audiencia ansiosa, si no enorme", se lee en el mismo artículo: de acuerdo con NPD BookScan, su libro Mera anarquía (2007) vendió más de 40 mil copias.
Eran sin duda otros tiempos. Ahora los editores se negaron incluso a leer el material inédito, que "al parecer consistía en un manuscrito completo", según The New York Times. Los mismos ejecutivos aseguraron que no les consta que alguna editorial haya ofrecido un contrato a Allen y que, si alguna lo ha hecho, lo ha mantenido en secreto. Otros utilizaron la palabra "tóxico" para definir el desafío que implicaría trabajar con Allen en tiempos como los que corren. "Si bien sigue siendo una figura cultural importante, los riesgos comerciales de publicar unas memorias suyas eran demasiado desalentadores", señalaron.
Fuentes de Tusquets, sin embargo, la editorial española que publica los guiones y el resto de los libros (cuentos y novelas) de Allen, confirmaron al periódico estadounidense que nunca se les ofreció las memorias y que no han notado un descenso de ventas de títulos del cineasta asociado a las "últimas polémicas".
Al genio le llueve sobre mojado
En 2018, Amazon Studios canceló el estreno de la próxima cinta de Woody Allen, A Rainy Day in New York. Las razones se repiten: sus desafortunados comentarios sobre el #MeToo ("Es gracioso, yo debería ser la cara de los carteles del movimiento") y, sobre todo, las acusaciones de abuso sexual en su contra, realizadas por parte de Dylan Farrow, hija del director y de Mia Farrow. Aunque Allen fue exonerado judicialmente y las ha desmentido en innumerables ocasiones, todo ha sido en vano.
[caption id="attachment_640505" align="alignnone" width="1288"]
Woody Allen a la derecha, junto a los actores Timothée Chalamet y Selena Gómez, durante el rodaje de
A Rainy Day in New York
.[/caption]
En su terreno, en tanto, el del cine, Allen parece haber perdido también los privilegios cosechados en más de seis décadas de carrera. Actualmente enfrenta una batalla judicial con Amazon Studios por al menos 68 millones de dólares, desde que en febrero decidió demandar a la distribuidora por no estrenar su último filme, A Rainy Day in New York, y romper el acuerdo que habían suscrito para otras tres futuras películas.
Su exesposa, la actriz Mia Farrow, acusó a Allen por primera vez en 1992, en medio de la polémica separación entre ambos. Allen la dirigió en 13 de sus películas, pero solo meses antes había quedado al descubierto la relación entre el director, de entonces 55 años, y la hija adoptiva de la actriz, Soon-Yi Previn, de unos 20 (aún se desconoce su fecha de nacimiento). Hubo dos investigaciones judiciales en paralelo, y en ambos casos no hubo pruebas para inculparlo. Aun así, las acusaciones en su contra nunca cesaron.
Con los años, otros de sus actores y colaboradores, entre ellos Greta Gerwig, Timothée Chalamet, Colin Firth y Rebecca Hall, dijeron sentirse "arrepentidos" de trabajar junto al director de Dos extraños amantes. Pero hubo otros, como el actor Javier Bardem, a quien Allen dirigió en Vicky Cristina Barcelona (2008), que se opusieron a su "linchamiento público".
La última en defenderlo fue la actriz estadounidense Anjelica Huston, quien participó en dos filmes del cineasta, Crímenes y pecados (1989) y Un misterioso asesinato en Manhattan (1993). En una entrevista publicada hace unos días en The New Yorker, la actriz de 67 años respondió si volvería a trabajar con él: "En un segundo", dijo de inmediato. "Dos estados lo investigaron y ninguno de ellos lo procesó", agregó.
Tras el estreno de su último filme a la fecha, Wonder Wheel (2017), protagonizado por Kate Winslet, lo próximo para Woody Allen será un nuevo rodaje en San Sebastián. El hermetismo en torno al proyecto es tal, que del nuevo filme no se conoce el título ni el reparto, mucho menos la historia. Solo se sabe que el director volverá al set el próximo 10 de julio y que las filmaciones se prolongarán al menos durante siete semanas en puntos clave de la ciudad, como la playa y la costa.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.