Una comida en casa de Vodanovic, escasos mensajes y cálculo electoral: el duelo interno del PS por caso Monsalve
En tiempo récord, el exsubsecretario pasó de ser la estrella del Partido Socialista a una figura que genera rechazo y de la que nadie se quiere hacer cargo. En la colectividad destacan que se desligaron de él rápidamente, al suspenderle la militancia y luego expulsarlo. Pero internamente aceptan que el golpe al corazón del PS aún se siente.
Mientras más alto se llega, más duele la caída. Esa es la lección que ha sacado en limpio el Partido Socialista (PS) en los últimos 36 días. Desde que se hizo pública la denuncia por violación y abuso sexual presentada en contra de Manuel Monsalve, quien estuvo a la cabeza de la Subsecretaría del Interior hasta el 17 de octubre.
Pese a no ocupar un ministerio, Monsalve era de los rostros más visibles del Ejecutivo, al ser el hombre a la cabeza de la agenda más relevante para el gobierno del Presidente Gabriel Boric: la seguridad. En el Partido Socialista -donde militó por 32 años- tenían plena conciencia de eso y a menudo se jactaban de que Interior era una cartera dominada por el Socialismo Democrático: de la mano de él, de la ministra Carolina Tohá (PPD) y del hoy exsubsecretario Eduardo Vergara (PPD) en Prevención del Delito. Por lo mismo, para la colectividad fue extremadamente complejo dejarlo caer.
Cuando se hizo pública la denuncia en su contra presentada por una funcionaria de la subsecretaría, los dirigentes de la colectividad evitaron dar declaraciones. Querían tener más claridad de lo que pasaba antes de emitir juicios. Prueba de lo difícil que fue para ellos creer lo que ocurría fue la primera reacción que tuvo el senador José Miguel Insulza (PS) ante la noticia. “Son chismes que circulan sin ningún argumento”, dijo ese día sobre Monsalve, quien actualmente está en prisión preventiva.
Pero a medida que los hechos ocurridos en el Hotel Panamericano se aclaraban, los socialistas comprendieron que no les quedaba otro que dejar que Monsalve se hundiera solo, e intentar que su caída no salpicara al PS. Desde un primer momento, de hecho, hubo quienes públicamente reconocieron que lo mejor sería removerlo de las filas socialistas. Una de ellas fue la vicepresidenta de la Mujer de la colectividad, la diputada Daniella Cicardini.
El 25 de octubre, apenas una semana después de publicada la denuncia, el tribunal supremo del PS resolvió expulsarlo. Él, por su parte, había renunciado unas horas antes.
La senadora Vodanovic ha transmitido en su entorno que ella no sabía de la denuncia hasta que salió publicada en el diario La Segunda. Lo primero que hizo cuando leyó la noticia fue subir hasta el segundo piso de la sede de su partido, en el centro de Santiago, para preguntarle al secretario general de la colectividad, Camilo Escalona, si él estaba al tanto. El exsenador le dijo que no.
Escalona y Monsalve tuvieron cercanía en el pasado, puesto que el hoy exsubsecretario históricamente perteneció al lote de la Nueva Izquierda.
Todavía en el segundo piso del PS, la timonel tomó su teléfono y decidió llamar a Monsalve, sin éxito.
Alrededor de las 16.00 horas de esa jornada, Vodanovic recibió un llamado de vuelta. “Aló, Manuel”, dijo. Ahí hablaron brevemente sobre el caso y él le argumentó su inocencia.
Luego, por segunda vez, conversaron por teléfono. Quienes supieron de ese intercambio relatan que él le preguntó a la senadora si era necesario que renunciara al partido, y ella le contestó que sí, pues de todas formas tendrían que expulsarlo. Ahí él insistió en que era inocente. Ambos tuvieron otra conversación minutos antes que concretara su salida al partido. Tras eso, dicen las mismas fuentes, no han vuelto a hablar. Escalona también pudo hablar con él por teléfono.
Otro de los pocos que reconoce que tuvo un acercamiento con Monsalve es el senador socialista Fidel Espinoza. “Yo tuve una comunicación muy breve con él, por WhatsApp. Me agradeció el acto de humanidad que yo había tenido de no haber salido a golpearlo en el piso como otros lo hicieron con él, siendo algunos muchos más amigos que yo, que compartían, que tuvieron vivencias políticas mucho más profundas que las mías. Eso lo valoró en lo humano”, sinceró.
De todas formas, el senador es enfático en condenar el actuar de la exautoridad. “Él comete un acto que no se condice con el Manuel Monsalve responsable que siempre conocimos. Él (...) debió haber entregado su cargo de inmediato. Se quiso seguir aferrando a él creyendo que no iba a estallar. Se equivocó profundamente”, dijo.
Durante los primeros días tras el estallido del caso, entre algunos parlamentarios hubo conversaciones para dejar en claro que no visitarían a Monsalve y que era necesario evitar los contactos telefónicos con él. “No conozco intentos de contactarse con él, porque desde los primeros días se sabía que sus teléfonos estaban en poder de la PDI y porque su conducta era investigada por el Ministerio Público. La prudencia indicaba que no se debía interferir de ninguna forma en las investigaciones judiciales”, señaló el diputado Leonardo Soto, vicepresidente de la colectividad.
Hoy en la directiva, que encabeza Paulina Vodanovic, aseguran que Monsalve no estaba presente en la interna del partido. Y que su época más activa, antes de asumir la subsecretaría, fue cuando respondía al sector de la “disidencia” de, en ese entonces, la mesa directiva de Álvaro Elizalde, aquel grupo donde estuvieron los primeros socialistas que -como él- se sumaron a la campaña presidencial de Boric. En ese sentido, dicen, no hubo una gran resistencia para dejarlo ir.
La timonel, de todas formas, quedó profundamente afectada. Tanto así, que citó una comida en su casa a la semana siguiente de que se conociera el caso, que congregó a los ministros socialistas del gabinete del Presidente Gabriel Boric, donde lamentaron la caída de Monsalve. Para los ministros el golpe fue más duro, pues a algunos de ellos -como Maya Fernández, Carlos Montes- les tocó compartir con él en el Congreso, cuando era diputado.
Hasta el momento, el partido no ha tenido instancias formales para abordar el caso, más allá de las reuniones de directiva que se llevan a cabo semanalmente. Si bien hubo una sesión de la comisión política del partido el 30 de octubre, según relatan algunos de sus participantes, el espacio tuvo poca convocatoria y, aunque hubo lamentos y muestras de descontento hacia el subsecretario, no se hizo una reflexión política en torno a su figura.
Y es que, además, la crisis se dio a solo días de las elecciones del 26 y 27 de octubre, por lo que, según reconocen en el partido, tenían la mente puesta en obtener buenos resultados y ese fue el tema que se tomó el espacio.
El partido tiene calendarizado su comité central para el próximo 14 de diciembre. Aunque no es un tema en tabla, algunos dirigentes dan por hecho que inevitablemente el caso Monsalve será abordado.
Ahora bien, algo que tienen claro en el partido es que el caso golpeó la imagen de la colectividad ante la opinión pública. De hecho, en el PS lamentan profundamente que la noticia haya estallado a apenas diez días de las elecciones de alcaldes y gobernadores regionales. Antes de las elecciones, la directiva incluso tuvo que atender llamados de candidatos que querían manifestar su preocupación por la respuesta que tenían ante la ciudadanía al hacer campaña en nombre del Partido Socialista, e hicieron un intento por calmarlos.
El mayor gesto de descontento lo dio el actual gobernador de O’Higgins, Pablo Silva, quien aspira a ser reelecto. En una transmisión en vivo organizada por el partido, él reconoció que “la marca socialista no me ha ayudado mucho que digamos. Yo acá tengo al alcalde de Rancagua (Juan Ramón Godoy) que lamentablemente está preso. Lo que pasó con el subsecretario (Manuel Monsalve) días antes (de la elección) también pesa. Cuando la gente escucha ‘PS’, no me ha ayudado mucho que digamos”.
“Monsalve era una de las figuras públicas más notorias que el PS tenía en el gobierno y que tenía una proyección política interesante. Eso se resiente cuando cae y termina encarcelado. Una acusación que es gravísima tiene efectos en el partido, en la imagen, en la marca, no podemos soslayarlo. Algo hubo de eso en las elecciones municipales y regionales, no podemos decir no”, reconoció Gastón Saavedra, el jefe de bancada de los senadores PS.
En el partido hay un diagnóstico expandido sobre que pasan por un momento complejo. No solo por el caso Monsalve, sino también por los alcaldes militantes del partido que han sido cuestionados y por la pérdida de fuerza elector en núcleos urbanos, que quedó demostrada en las recientes elecciones, donde no consiguieron ninguna capital regional y quedaron fuera de concejos municipales emblemáticos, como el de Santiago. Todo eso, adelantan, será materia de análisis del próximo comité central. En cualquier caso, descartan que -por ahora- se hayan realizado mediciones para examinar el impacto del caso.
Más allá de la molestia que existe con Monsalve por los hechos ocurridos en el Hotel Panamericano, y la compleja situación en qué él dejó al partido, en el PS se ha acrecentado la incomodidad con el gobierno por el manejo de crisis que han tenido del caso. En particular, por el hecho de que los asesores más cercanos al Presidente Boric -Miguel Crispi y Carlos Durán- hayan estado al tanto y no hayan logrado que el Mandatario tomara decisiones al respecto antes de que la denuncia se hiciera pública.
Sin ir más lejos, esta semana Vodanovic cuestionó al propio Presidente Boric, quien respaldó la decisión de dejar a Monsalve en prisión preventiva. “En este caso se ha hablado ya demasiado. Yo esperaría que dejemos, como alguna vez dijo el Presidente Lagos, que las instituciones funcionen, que cada uno se aboque a lo que corresponde”, dijo la presidenta del PS en Radio Duna.
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