Votos que podrían dar la mayoría: DC, Demócratas y PDG presionan a La Moneda para descongelar reforma previsional
Bancadas no alineadas, que no son parte del oficialismo ni se identifican con la derecha, exigen al Ejecutivo que ponga en votación la idea de legislar del nuevo sistema de pensiones con el fin de medir fuerzas y comenzar a construir un acuerdo.
Aunque no estaba en tabla, el congelamiento de la reforma previsional volvió a ser tema de conversación en la Comisión de Trabajo de la Cámara.
Este proyecto, surgido de un mensaje presidencial, está en la fase de presentación de indicaciones, pero en vista de la falta de acuerdo el gobierno aún no ha ingresado su nueva propuesta para definir qué porcentaje de las cotizaciones previsionales iría a cuentas de capitalización individual y cuánto iría a fondos con componentes solidarios.
“Es un error lo que está haciendo el gobierno de no ingresarlas (las indicaciones) y supeditarlas al plebiscito. No tienen nada que ver, son dos cosas distintas. La forma de construir un acuerdo, es que la reforma de pensiones entre al Parlamento. Esperar construir un acuerdo afuera no ha funcionado. Por lo tanto, si queremos que esto avance es importante que (las indicaciones) puedan ingresar. Los gobiernos cortos de 4 años no pueden permitirse esperas largas. Primero, la espera fue por el plebiscito anterior, después la espera fue la elección del Consejo Constitucional, ahora es el nuevo plebiscito. ¿Qué van a hacer el próximo año? ¿Van a ser las municipales? Creo que vamos a encontrar un acuerdo para saber cuánto va a cuentas individuales y cuánto va a solidaridad. Pero eso se hace ingresando el proyecto (las nuevas indicaciones), no escondiéndolo en un cajón”, dijo el diputado y presidente de la DC, Alberto Undurraga, quien es parte de la Comisión de Trabajo.
La críticas del timonel falangista apuntaban a los titubeos que ha evidenciado el gobierno en las últimas semanas ante el temor de que la reforma al sistema de pensiones fuera rechazada en su idea de legislar (votación en general) en su primer trámite en la Cámara de Diputadas y Diputados.
Sin embargo, bancadas de fuerzas políticas no alineadas, que no son parte del oficialismo ni se identifican con la derecha, han reforzado su presión al Ejecutivo para que reactive la discusión y, al menos, avance con la votación en general en la sala de la Cámara para comenzar a construir un acuerdo. Ello ayudaría a medir fuerzas con la derecha.
Entre ayer y hoy la ministra del Trabajo, Jeannette Jara (PC), continuó la ronda de conversaciones con bancadas de diputados con el fin de tantear las disposiciones frente a la reforma de pensiones.
La semana pasada ya había sostenido reuniones con los diputados Undurraga (DC), Joanna Pérez (Demócratas) y Frank Sauerbaum (RN), mientras que ayer sostuvo un encuentro con Rubén Oyarzo (PDG).
“Desde el primer momento el PDG ha estado disponible para discutir y proponer fórmulas reales para mejorar las pensiones de las chilenas y chilenos. No nos cerramos a la posibilidad de votar a favor la idea de legislar la reforma de pensiones, pero en la discusión en particular hemos advertido con total claridad que no estamos dispuestos a aprobar el 4/2 que tozudamente quiere imponer el gobierno (4% para solidaridad y 2% para cuentas individuales)”, dijo el diputado Oyarzo (PDG).
La diputada Pérez (Demócratas) señaló que le sugirió a la ministra que hiciera una ronda de conversaciones y viera quiénes tienen voluntad para que ello se manifieste en la sala de la Cámara. “Nosotros como Demócratas hemos estado disponibles. Hemos hecho propuestas serias, como el seguro de longevidad. Debería aprobarse la idea de legislar. Las bancadas centristas queremos avanzar. Esto no es lo mismo que la reforma tributaria, en la que no hubo espacio para conversar”, expresó.
Incluso, desde estas bancadas no alineadas creen que si el gobierno fuerza la votación en general, la misma derecha se dividirá, pues será difícil explicar un rechazo a un nuevo sistema de pensiones. Por ejemplo, los diputados evangélicos podrían al menos plegarse al gobierno en aprobar la idea de legislar.
Sin embargo, en La Moneda aún está presente la severa derrota que sufrieron en marzo de este año cuando la oposición con el apoyo de algunos independientes y partidos no alineados (como Amarillos y Demócratas) rechazaron de cuajo la reforma tributaria en su votación en general. Ello dejó al gobierno maniatado, ya que estaba obligado a esperar un año (según la prohibición que pone la Constitución a proyectos desechados) o buscaba un acuerdo con la derecha para reponer con dos tercios del Senado la tramitación antes de ese plazo de 12 meses.
Entonces, la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), que lideraba la exministra Ana Lya Uriarte (PS), había sugerido esperar a consolidar una mayoría, pero la confianza del ministro de Hacienda, Mario Marcel, de que tendría los votos llevó al gobierno a arriesgarse a aprobar el cambio tributario con una mayoría estrecha, que al final no se materializó.
El diagnóstico que existe en La Moneda es que hoy tampoco existe una base de apoyo consolidada para asegurar que la reforma previsional tendría los votos para aprobar la idea de legislar.
Sin embargo, el debate se complicó aun más cuando la ministra Jara sinceró hace dos semanas que la visión compartida dentro del Ejecutivo era que el panorama adverso de la reforma previsional estaba ligado al clima preelectoral de próximo plebiscito del 17 de diciembre y a las deliberaciones del proceso constituyente hoy en manos del Consejo Constitucional.
Incluso, en un momento, el gobierno temía que la propuesta constitucional podría afectar los contenidos de la reforma de pensiones. Sin embargo, la misma ministra Jara señaló que tras los análisis jurídicos esa preocupación ya se despejó.
Aun así el gobierno seguía creyendo, al menos hasta la semana pasada, que la reforma previsional seguía atada al plebiscito. Esa postura tuvo un cambio drástico. La misma titular del Trabajo salió a matizar sus declaraciones anteriores, lo que significó un giro del gobierno.
Ese cambio de discurso fue reforzado por el ministro de la Segpres, Álvaro Elizalde, quien fue consultado si se esperaría que pasara el plebiscito para avanzar en la reforma. “La ministra del Trabajo precisó sus dichos”, indicó, agregando que “la razón por la cual todavía no hemos iniciado la votación de las indicaciones es porque estamos en el esfuerzo de construir la mayoría necesaria para sacar adelante esta reforma, pero eso independientemente de lo que ocurra en el plebiscito. Estamos en un proceso de diálogo con todos los actores para sumar apoyos que nos permitan aprobar la reforma de pensiones, que es muy importante”.
El cambio de discurso del gobierno ocurrió luego de los duros cuestionamientos que surgieron en el oficialismo por mezclar el plebiscito con el futuro del proyecto de pensiones. Esto, a juicio de varios legisladores del sector, era una mala estrategia que terminaría vinculando al Ejecutivo con el resultado de las elecciones.
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