Zelensky Superstar: los 10 días que convirtieron al Presidente ucraniano en la figura global del momento
Su imagen está en todas partes, su popularidad -al menos en Occidente- se compara a la de los íconos pop y su estatura política ya se compara a la de mitos como Winston Churchill. La destreza comunicacional exhibida y sus arriesgadas decisiones, como quedarse en Kiev en medio de la ofensiva rusa, han galvanizado un apoyo prácticamente inédito de la comunidad internacional. Eso sí, todavía el camino se aprecia muy duro para que el líder de Ucrania pueda emerger victorioso de esta guerra.
Las venden en Amazon, cuestan poco más de 15 mil pesos y hay que estar de suerte para encontrar disponibles, porque es lo más vendido en su categoría en los últimos días. Son unas poleras simples, con un estampado en distintos colores que presenta la bandera ucraniana, la foto de su presidente Volodomyr Zelensky y una frase: “Necesito municiones, no un aventón”.
En rigor, la frase es casi apócrifa: surgió desde la prensa estadounidense y, según relataban, fue la respuesta que el presidente de Ucrania le dio a Washington cuando, ya en plena invasión rusa, le ofrecieron hacer un despliegue para sacarlo de Kiev y llevarlo a un lugar seguro para proteger su vida. Pero es ese tipo de actitud la que disparó la imagen de Zelensky, que en diez días pasó de ser un gobernante poco conocido a nivel mundial a, quizás, el mayor ícono de la democracia global y un líder al que ya se le empieza a comparar nada menos que con Winston Churchill, acaso la figura más emblemática del siglo pasado si de resistencia, moral y guerra se trata.
En una campaña militar que -pese a lo vertiginosa- avanza más lento de lo que analistas y expertos habían pronosticado, la figura del gobernante hoy es prácticamente de consenso en su país. Si había algunas dudas por su baja popularidad en los meses previos a la invasión de que pudiera ser depuesto y reemplazado, probablemente por un gobierno más afín a Vladimir Putin, hoy nadie duda de que Zelensky logró aglutinar a la población y generar un relato que ha contribuido de forma decisiva a que las sanciones contra Rusia por parte de la comunidad internacional estén entre las más severas de la historia global.
De hecho, si en los primeros días había un temor patente por su seguridad e integridad -Zelensky llegó a decir que él y su familia eran los dos principales blancos militares rusos-, hoy la mirada es que el mandatario podría estar algo más tranquilo en ese ámbito, sólo porque se ve casi imposible que cualquier salida a la guerra con cierta estabilidad sea validada si él no está presente e involucrado. Un giro que ha sido labrado a punta de una estrategia comunicacional y golpes de efecto que han redefinido, en diez días, lo que significa ser un gobernante resistiendo una invasión.
Selfies, tuits y Telegram
Desde el jueves de la semana pasada Volodomyr Zelensky pasó a integrar una lista indeleble en la memoria: la de aquellas personalidades políticas que uno casi inmediatamente asocia a un atuendo específico. Como los trajes militares y boinas particulares de Fidel Castro y Hugo Chávez, o las túnicas de Moammar Jaddafi, o el icónico sombrero y puro del propio Churchill, pase lo que pase, el presidente ucraniano quedará asociado a la polera verde olivo -ocasionalmente con una camiseta del mismo color- con la que ha aparecido desde el inicio de la invasión en innumerables videos grabados y subidos por él mismo a sus plataformas, así como a las conferencias donde ha asistido.
Fue en ese atuendo de combate que el líder, también, tomó varias de las reuniones a las que ha asistido vía videollamada, como la ovación cuando participó a mediados de esta semana en una cita del Parlamento Europeo. Su acción y resistencia, además, han galvanizado a la comunidad internacional a dar pasos que, si bien se quedan cortos de una intervención directa, son muy potentes, como las sanciones económicas a Rusia o las decisiones de enviar armamento.
Su leyenda se acrecienta por datos como que, de acuerdo al diario británico The Times, habría sobrevivido nada menos que a tres intentos de asesinato en los últimos días, por comandos que fueron desactivados en distintas operaciones.
Además, su status como ícono pop se eleva por su documentado pasado como actor y comediante: hace algunos días, Twitter estalló con un video de dos minutos y medio donde se ve a Zelensky en todo tipo de atuendos estrafalarios en una pista de baile. Las imágenes son de hace más de quince años, en 2006, donde el hoy mandatario ganó la versión ucraniana del programa “Strictly Come Dancing”, como uno de los famosos que tomó parte.
En ese momento, todo eran luces. Hoy, Zelensky enfrenta un desafío gigantesco, desde una posición de Kiev desconocida por seguridad, y aparece y desaparece mediante sus activos canales de Twitter y Telegram. En un mundo que está en vilo, su rol tiene más atención que nunca.
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