Las barreras que puedes tener en el hogar y que reducen la calidad de tu Wi-Fi

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Aun cuando muchos se guían por los números de sus conexiones, lo cierto es que hay una serie de obstáculos que quizás desconoces y que pueden reducir, sin que te des cuenta, la calidad de tu conexión a internet.



La conexión inalámbrica a Internet a través de WiFi ha sido una de las mayores revoluciones en lo que se refiere a la masificación del acceso a la red. Las redes WiFi han permitido que un sinfín de nuevos dispositivos puedan tener acceso a conectividad de alta velocidad. Hablamos de computadores portátiles, celulares, pero también televisores, parlantes y hasta ampolletas.

Pero así como el WiFi tiene muchas ventajas en cuanto a su alcance, tampoco es infalible, ya que la cantidad de información que viaja por el aire es mucho menor a loque puede hacerse a través de un cable. Esto, sumado a los bloqueos físicos que la misma señal puede tener en nuestra casa, puede hacernos creer que nuestra conexión a internet está teniendo problemas cuando, en realidad, puede que tengamos barreras desconocidas que podemos mejorar.

La frecuencia de nuestra red

Una situación común: Contamos con un plan contratado de 500 Megas, pero nuestro dispositivo solo alcanza unos 50 de descarga, aun cuando estamos muy cerca del router. Esto se debe, en primera instancia, a la frecuencia con la cual nuestro router entrega, pero también nuestro dispositivo recibe.

Hasta hace algunos años, toda la comunicación por WiFi se realizaba en la banda 2,4 GHz, la cual tiene ventaja de tener alto alcance, pero la desventaja de tener una velocidad de transferencia menor. En promedio se habla de unos 54 Mbps, pero las versiones más antiguas llegaban incluso solo a los 11 Megas.

Por supuesto que hace 15 o 20 años eso no era un problema, pero hoy, con mayores velocidades contratadas la banda se hizo corta. Por eso hoy en nuestros hogares nuestros routers suelen tener dos conexiones: una 2,4 GHz y otra marcada como 5 GHz. En 5 GHz, el límite es de 600 Mbps, por lo que solo utilizando esa conexión nuestra experiencia mejorará. Ojo, nuestros dispositivos deben ser compatibles, por lo que, si solo nos aparece la red de 2,4 como compatible, entonces es necesario renovar el equipo para acceder a más velocidad.

Las barreras físicas

Que la señal del WiFi se transmita por el aire no significa que esté libre de superar los obstáculos físicos. La señal emitida desde el router no solo se debilita por la distancia, sino que además por cada obstáculo grande que haya entre medio. Por ejemplo, el material de las paredes que separan los distintos aparatos de su fuente de conectividad es muy importante a la hora de saber si se podrá mantener una conexión estable.

La madera es el material que menos se interpone entre la señal de WiFi y nuestro equipo -un impacto de solo un 5%- por lo que mantener una puerta abierta o cerrada no debiese causar mayores inconvenientes. Pero el ladrillo y el cemento, por otro lado, si que reducen la intensidad de una conexión en un 30 y hasta 40%, limitando no solo el alcance que puede tener sino que efectivamente la cantidad de datos que pueden transmitirse. Las superficies reflectantes como los espejos también sirven para desviar la señal, así como también equipos como microondas, teléfonos inalámbricos y monitores de bebés.

La solución en estos casos es colocar el router ojalá en un lugar alto, pero no en el techo, al centro de la casa y donde esté más libre de murallas que puedan ir reduciendo la intensidad de la señal. Cuando ya es muy complejo por el tamaño del lugar, entonces se sugiere el uso de repetidoras de señal que permitan un paso más directo entre la señal emitida y los dispositivos conectados.

La posición de las antenas

Por lo general, uno piensa que las antenas deben “apuntar” hacia donde uno se está conectando, pero lo cierto es que la posición poco tiene que ver con el lugar en el que llega la señal, sino que la forma en la que se propaga, que, en palabras sencillas, lo hace como si fuera una dona.

La recomendación es que cuando se tenga más de una antena, una apunte de manera horizontal y otra vertical, de manera tal de generar un campo de señal mucho más completo.

Distancia y dispositivos conectados

Como ya lo hemos mencionado, la mezcla entre la distancia en la que nos encontramos y la cantidad de dispositivos conectados -y el tipo de uso que tienen- también afecta el rendimiento de las redes. Se estima que mientras doblamos la distancia en la que estamos del router, perdemos 1/8 de la señal.

Y a mayor cantidad de dispositivos conectados, el esfuerzo de la red por darle internet a quienes están más lejos es mayor. En este caso, la solución pasa por contar con servicios de WiFi Manage, como los que incluyen los servicios de VTR, sirven para gestionar de manera inteligente los múltiples accesos que puede tener la red. Esta herramienta permite gestionar de mejor manera el acceso a internet, entregando datos a quienes los requieran en el momento, haciendo que la experiencia de todos, y no solo uno, sea a la par de cómo se espera.

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