Justo el día en que la encuesta Ibope lo situaba como el favorito para vencer la primera vuelta de las presidenciales de octubre tras la decisión del Tribunal Superior Electoral de inhabilitar a Lula, el candidato ultraderechista Jair Bolsonaro vivió hoy una jornada de terror al sufrir un grave ataque con cuchillo durante un acto de campaña en el estado de Minas Gerais . El incidente, que obligó a su intervención quirúrgica y que anoche lo tenía en la UTI, generó amplio repudio en todo el espectro político brasileño.

El candidato del Partido Social Liberal (PSL) fue trasladado al hospital Santa Casa de Misericórdia de Juiz de Fora, la segunda mayor ciudad del estado de Minas Gerais, ubicada aproximadamente 200 kilómetros al norte de Río de Janeiro. El recinto informó que el candidato ingresó a emergencia alrededor de las 15.40, con "una lesión por material punzocortante en la región del abdomen".

Inicialmente, uno de sus hijos, el diputado estadual Flávio Bolsonaro, afirmó que la lesión había sido superficial, pero que el examen indicó la sospecha de una lesión en el hígado.

"Desgraciadamente fue más grave de lo que esperábamos, la perforación alcanzó parte del hígado, del pulmón y del intestino, perdió mucha sangre, llegó al hospital con presión de 10/3, casi muerto... Su estado ahora parece estabilizado. ¡Recen, por favor!", afirmó Flavio en su cuenta de la red social Twitter.

Sometido a una cirugía laparoscópica, los médicos constataron que no hubo lesión en el hígado, pero sí en la arteria mesentérica superior y en los intestinos grueso y delgado, por lo que se le tuvo que realizar una colostomía.

Luiz Henrique Borsato, médico que encabezó la intervención quirúrgica a Bolsonaro, dijo que "las lesiones internas fueron graves y pusieron en riesgo la vida del paciente", pero que la operación resultó exitosa. "Antes de una semana o diez días no va a recibir el alta", agregó.

"Es un susto que uno toma al recibir la noticia que intentaron matar a su padre", dijo Flávio. "Fueron para matar a mi padre", agregó.

En un comunicado, la Policía Federal señaló que el candidato contaba con guardaespaldas. En los videos, Bolsonaro no parece portar un chaleco antibalas. "(Bolsonaro) contaba con la escolta de policías federales cuando fue herido por un cuchillo durante un acto público en la ciudad de Juiz de Fora, el agresor fue arrestado en flagrancia y conducido a la Comisaría de la Policía Federal en aquel municipio. Se instauró una investigación policial para determinar las circunstancias del hecho", informó la institución en un comunicado.

La Policía Militarizada de Minas Gerais dijo que detuvo a un hombre identificado como Adélio Bispo de Oliveira, de 40 años, al que un grupo intentó linchar tras acusarlo del ataque. El agresor alegó, al dar testimonio a la policía, que actuó motivado por "cuestiones personales".

Bolsonaro es uno de los candidatos más polémicos en la actual disputa electoral debido a que es un defensor de la última dictadura militar en Brasil (1964-1985); ha generado diversas protestas por sus insistentes declaraciones machistas, racistas y homófobas, y enfrenta procesos judiciales por discriminación e incitación a la violación.

Varios políticos condenaron el ataque sufrido por el abanderado del PSL. "La política se hace a través del diálogo y el convencimiento, nunca con el odio", tuiteó Geraldo Alckmin, exgobernador de Sao Paulo y candidato presidencial del PSDB, que ha criticado la política de Bolsonaro por medio de publicidad.

Fernando Haddad, que se espera tome el lugar de Lula como candidato del Partido de los Trabajadores (PT), dijo que se trató de un ataque "absurdo y lamentable". "Es intolerable que en un estado democrático de derecho no haya la posibilidad de una campaña tranquila", comentó el Presidente Michel Temer.

La nota disonante la dio la destituida Presidenta y actual candidata al Senado, Dilma Rousseff. Si bien afirmó que "el ataque es lamentable", también recalcó que "incentivar el odio crea este tipo de actitudes". "Cuando se planta odio, se cosecha tempestad", agregó.

El ataque coincidió con la divulgación de la encuesta de Ibope, según la cual Bolsonaro vencería en la primera vuelta de las presidenciales del 7 de octubre en un escenario sin Lula, cuya candidatura fue negada por la autoridad electoral, pero perdería en el segundo turno. El sondeo revela que la intención de voto del candidato del PSL subió desde el 20% en agosto hasta el 22% en septiembre, lo que lo convierte en favorito.