Cómo los suicidios de soldados de Corea del Norte plantean un nuevo desafío para Ucrania
Cerca de 300 militares norcoreanos han muerto y otros 2.700 resultaron heridos mientras luchaban por las fuerzas del Kremlin.
Fue el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, quien en octubre pasado advirtió de que más de 10 mil soldados norcoreanos podrían unirse a la guerra de Rusia contra su país, y ahora, tres meses después, se ha dado a conocer que alrededor de 300 militares norcoreanos han muerto y otros 2.700 resultaron heridos mientras luchaban por las fuerzas del Kremlin.
Así lo informaron legisladores surcoreanos. “La escasa comprensión de las tácticas de guerra modernas”, junto con la forma en que las utiliza Rusia, ha contribuido a las altas tasas de bajas entre los soldados norcoreanos, dijeron los legisladores Lee Sung-kwon y Park Sun-won a los periodistas después de una reunión informativa a puertas cerradas del Servicio de Inteligencia Nacional de Corea del Sur.
La agencia evaluó que los norcoreanos están teniendo dificultades para adaptarse a los drones y otros elementos de la guerra moderna. Están aún más en desventaja debido a las tácticas crudas de sus comandantes rusos, quienes los han lanzado a campañas de asalto sin brindar apoyo de fuego trasero, dijo uno de los legisladores.
El Servicio de Inteligencia Nacional de Corea del Sur dijo que los memorandos encontrados en los soldados norcoreanos muertos indicaban que se les había ordenado suicidarse antes de ser capturados, según Lee. Asimismo, el organismo aseguró que un soldado norcoreano, ante la amenaza de ser capturado por las fuerzas ucranianas, gritó “General Kim Jong Un” e intentó detonar una granada de mano antes de que le dispararan y lo mataran.
“Autodetonaciones y suicidios: esa es la realidad sobre Corea del Norte”, dijo Kim, un exsoldado norcoreano de 32 años que desertó al Sur en 2022, y pidió ser identificado solo por su apellido por temor a represalias contra su familia que quedó en el Norte, citó la agencia Reuters.
“A estos soldados que abandonaron su hogar para luchar allí les han lavado el cerebro y están realmente dispuestos a sacrificarse por Kim Jong Un”, añadió, refiriéndose al solitario líder norcoreano.
Funcionarios ucranianos y estadounidenses dicen que unos 11.000 soldados norcoreanos han sido desplegados en la región rusa de Kursk, donde las fuerzas ucranianas lanzaron una incursión transfronteriza en agosto y recientemente lanzaron una nueva ofensiva.
Ni Rusia ni Corea del Norte, que han estado fortaleciendo los lazos de seguridad, han confirmado públicamente el despliegue de tropas.
Zelensky dijo el domingo que Ucrania estaba lista para intercambiar a los dos soldados norcoreanos capturados por ucranianos retenidos en Rusia, y agregó que “sin duda habrá más”.
“Es sólo cuestión de tiempo antes de que nuestras tropas logren capturar a otros”, dijo en una publicación en X junto a un breve video que supuestamente muestra a los dos soldados norcoreanos, cuya captura fue anunciada el sábado. “No debería quedar ninguna duda en el mundo de que el Ejército ruso depende de la asistencia militar de Corea del Norte”.
El Servicio de Inteligencia Nacional confirmó su participación en el interrogatorio de los soldados norcoreanos por parte de las autoridades ucranianas. La agencia dijo que los soldados no han expresado ninguna solicitud para reasentarse en Corea del Sur.
Moon Seong Mook, un general de brigada retirado de Corea del Sur, dijo a The Associated Press que el alto número de muertos entre los soldados norcoreanos era previsible, ya que no habrían estado suficientemente preparados para una misión desconocida en el terreno de la región de Kursk, que es muy diferente del paisaje montañoso de Corea del Norte.
Otra desventaja para los norcoreanos es que no están llevando a cabo operaciones independientes, sino que se ven obligados a entrar en combate bajo el mando de comandantes rusos, posiblemente luchando con tácticas desconocidas y problemas de comunicación debido a las barreras lingüísticas, dijo Moon, que ha participado en numerosas conversaciones militares con Corea del Norte. Las fuerzas norcoreanas podrían estar operando equipos especiales de vigilancia para detener o ejecutar a los desertores, apuntó.
“El actual entorno de batalla, combinado con drones y otras tecnologías, ha creado situaciones que los soldados norcoreanos nunca habían enfrentado antes”, afirmó Moon. “Además, están siendo desplegados en grandes cantidades en campos abiertos, donde no hay lugar para esconderse, en batallas continuas para recuperar el área, y parece que de ahí provienen las bajas”.
Los problemas financieros que Corea del Norte ha atravesado durante décadas, que han obligado a muchos soldados a cultivar sus propios alimentos o pasar largas horas desplegados en la construcción y otros trabajos para sostener la economía nacional, también podrían haber afectado la calidad del entrenamiento que reciben en su país, señaló Moon.
Los expertos dicen que los comentarios de los prisioneros de guerra deben evaluarse a la luz del desequilibrio de poder entre captores y cautivos, sabiendo que los prisioneros pueden no hablar libremente y podrían estar motivados por sus propias preocupaciones de seguridad o un deseo de recibir un buen trato, indicó The New York Times.
Según las normas que rigen el tratamiento de los prisioneros de guerra bajo las Convenciones de Ginebra, los gobiernos deben proteger a los prisioneros de guerra para que no se conviertan en una “curiosidad pública”, un concepto que a veces se interpreta como no presentarlos en ningún escenario público.
Acostado en una cama con ambas manos envueltas en vendas blancas, uno de los dos prisioneros de guerra norcoreanos parecía desconcertado cuando indicó, asintiendo o sacudiendo la cabeza, que no sabía que estaba luchando contra Ucrania cuando fue capturado o que ahora estaba en Ucrania.
Cuando lo enviaron al frente el 3 de enero, dijo que sólo le dijeron que las tropas norcoreanas “entrenarían como si estuviéramos en un combate real”.
“Vi a mis compañeros morir a mi lado”, comentó. “Estaba escondido en un refugio cuando me lesioné”.
Cuando le consultaron si quería volver a casa, el soldado preguntó si los ucranianos eran buenas personas. Cuando el intérprete respondió que sí, dijo con voz débil pero suplicante: “Quiero vivir aquí”, indicó, según el diario estadounidense.
El otro soldado norcoreano tenía una venda en la mandíbula herida y no hablaba. Asintió cuando le preguntaron si tenía padres en Corea del Norte, pero negó con la cabeza cuando le preguntaron si sabían dónde estaba.
“El video de los dos soldados muestra que Kim Jong Un no ha sido capaz de encontrar una manera de justificar ante su pueblo la participación de su país en la guerra entre Rusia y Ucrania”, dijo a The New York Times, Kang Dong-wan, experto en Corea del Norte de la Universidad Dong-A de Corea del Sur. “También muestra que las tropas norcoreanas están siendo desperdiciadas como carne de cañón”.
Los dos soldados pertenecían a la Oficina General de Reconocimiento, el brazo de inteligencia del Ejército norcoreano, según señalaron los legisladores surcoreanos a los periodistas en una reunión informativa. Los congresistas dijeron que cuando los soldados fueron enviados a la guerra, su gobierno había prometido tratarlos como “héroes”.
Aceptar a los desertores
Los soldados fueron capturados en la región de Kursk, en el oeste de Rusia, donde las fuerzas norcoreanas estaban luchando para ayudar al Kremlin a recuperar territorio tomado por Kiev durante una incursión transfronteriza sorpresa el verano pasado.
Según la Constitución de Corea del Sur, “el territorio de la República de Corea estará formado por la península de Corea y sus islas adyacentes”, lo que significa que el país considera legalmente a todos los norcoreanos como sus ciudadanos. Seúl nunca ha reconocido oficialmente a Corea del Norte como un Estado soberano, sino que la considera un territorio bajo un régimen ilegítimo. Esta posición significa, indicó el diario The Guardian, que Corea del Sur tiene la obligación legal de proteger a los ciudadanos al norte de la zona desmilitarizada y aceptar a los desertores, incluidos los soldados.
La llegada a Corea del Norte de dos soldados cuyos rostros han dado la vuelta al mundo, procedentes de una guerra en la que el régimen no ha reconocido su participación directa, podría poner en peligro a los hombres y a sus familias, ya que las autoridades tratan de garantizar su silencio, añadió el diario. También podrían ser interrogados sobre por qué aparentemente no siguieron las órdenes de evitar ser capturados haciéndose estallar.
Ethan Hee-Seok Shin, analista legal de Transitional Justice Working Group, una ONG con sede en Seúl, dijo a The Guardian que “no está claro si Corea del Norte siquiera reclamará a los dos soldados capturados como suyos, dada la negativa de Moscú y Pyongyang a admitir oficialmente que se han desplegado fuerzas norcoreanas en Rusia. Al mismo tiempo, Rusia podría reclamarlos como suyos y entregárselos a Corea del Norte después de que sean intercambiados con prisioneros de guerra ucranianos”.
Si Zelensky quiere evitar condenar a los hombres a un posible encarcelamiento, tortura o incluso la muerte en su país, tiene otras opciones disponibles.
“Repatriar a los soldados norcoreanos contra su propia voluntad, a pesar del riesgo bien conocido de que sean castigados como ‘traidores’ por una dictadura totalitaria, es contrario al principio humanitario y a la reivindicación de Ucrania de luchar en defensa de la libertad y la democracia”, afirmó Shin. “La comunidad internacional debería instar a Ucrania a garantizar que los soldados norcoreanos no sean repatriados contra su propia voluntad”.
El Sur tendría mucho que ganar si recibiera a los soldados, pues podrían proporcionar información sobre la naturaleza de la participación del Norte en la guerra de Ucrania. Su transformación de soldados de élite al servicio de la dinastía Kim en ciudadanos de un país libre y democrático también sería un gran golpe propagandístico para Seúl.
A diferencia de los desertores ciudadanos, que pasan largos períodos planeando su huida, es poco probable que los dos jóvenes soldados desmoralizados capturados en Ucrania hayan considerado alguna vez vivir entre sus “enemigos” al sur de la frontera. Sin embargo, ahora, comenzar una nueva vida en Corea del Sur representa tal vez su mejor oportunidad de supervivencia.
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