¿La planta nuclear de Zaporiyia bajo amenaza? Ucrania advierte riesgo de catástrofe
Moscú dijo que podría cerrar la mayor central nuclear de Europa después de que fuera el foco de enfrentamientos. Kiev teme que se pueda producir una operación de bandera falsa en la central, en la que se responsabilizaría a Ucrania.
A casi seis meses de que comenzara la guerra, la atención vuelve a estar en la central nuclear de Zaporiyia: crecen los rumores sobre un posible desastre. Rusia dijo el jueves que podría cerrar la mayor central nuclear de Europa después de que fuera el foco de enfrentamientos, una medida que, según Kiev, aumentaría el riesgo de una catástrofe nuclear en ese país.
Andriy Yusov, portavoz de la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania, aseguró al portal de NBC News que Moscú supuestamente les dijo a los trabajadores de la planta que no se presenten a trabajar este viernes. Esto se produce en medio de acusaciones y especulaciones tanto de Rusia como de Ucrania de que se está planeando un incidente durante la jornada en la planta.
“Esto es lo que los rusos le dijeron a su gente, principalmente a los empleados de (la agencia nuclear rusa) Rosatom”, indicó Yusov, quien señaló que esto podría ser evidencia de que los rusos están preparando “provocaciones a gran escala” en la planta de energía el viernes.
“No descartamos la posibilidad de provocaciones rusas masivas en el territorio de la ZNPP mañana (viernes). Esto está confirmado por su propaganda, información de nuestras fuentes y el comportamiento de los rusos en la estación”, agregó.
El Ministerio de Defensa ruso acusó a Ucrania y a lo que llamó sus “controladores estadounidenses” de intentar organizar un “accidente menor” en la planta en el sur de Ucrania, el viernes, para culpar a Rusia. Dijo que la “provocación” se programó para que coincidiera con una visita a Ucrania del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, y que podría tratarse de una fuga de radiación.
Moscú también rechazó los llamados internacionales para crear una zona desmilitarizada en torno a la central nuclear, de la que se apoderó a principios de la guerra y que sigue siendo operada por ingenieros ucranianos bajo ocupación rusa.
El Presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, que discutió la situación de la central con Guterres, que estaba de visita en Lviv, pidió a Naciones Unidas que garantizara su desmilitarización y protección. “Este terror deliberado por parte del agresor puede tener consecuencias catastróficas para todo el mundo”, escribió Zelenski en la aplicación de mensajería Telegram, acusando a Rusia de “chantaje nuclear” en la central.
La planta se encuentra en la orilla sur de un enorme embalse controlado por Rusia; las fuerzas ucranianas mantienen la orilla norte. En los últimos días se han producido varios ataques contra la central, de los que ambas partes se culpan mutuamente.
Ucrania también acusa a Rusia de utilizar la planta como escudo para que sus fuerzas lancen ataques a través del embalse sobre ciudades controladas por Kiev, algo que Moscú niega.
Otros países y la ONU han pedido a Moscú que permita la entrada de inspectores internacionales.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso dijo el jueves que las peticiones de una zona desmilitarizada alrededor de la planta eran “inaceptables”. El Ministerio de Defensa agregó que Moscú podría cerrar la planta si era objeto de nuevos ataques.
Expertos señalaban que se podría producir una operación de bandera falsa en la central en la que se responsabilizaría a Ucrania.
Las autoridades ucranianas han acusado a Rusia de planear el cierre de la central para desconectarla de la red eléctrica ucraniana y pasarla a la rusa, robando así su producción.
La empresa estatal ucraniana de energía nuclear, Energoatom, dijo que el cierre de la planta aumentaría el riesgo de “un desastre de radiación en la mayor central nuclear de Europa”.
La desconexión de los generadores del complejo del sistema eléctrico ucraniano impediría que se utilicen para mantener frío el combustible nuclear, en caso de que se produzca un corte de energía en la central, explicó.
¿Cierre de la planta?
Yevgeny Balitsky, jefe de la administración instalada por Rusia en la región de Zaporiyia, dijo anteriormente que existía el riesgo de que los bombardeos pudieran dañar el sistema de enfriamiento del complejo del reactor y precisó que la planta estaba operando con una sola unidad.
No está claro cómo se cerrará la planta, pero el ministerio señaló que dos de las seis unidades de la planta se pueden poner en “reserva fría”. La planta representa una quinta parte de la producción anual de electricidad de Ucrania.
El cierre de una central nuclear es una operación complicada que requiere detener las reacciones nucleares en cadena y proteger el combustible para que no se caliente y provoque una fusión, explica la agencia Reuters.
“Si Rusia toma medidas para forzar la salida (de la planta) del sistema eléctrico ucraniano, eso podría amenazar la seguridad operativa de la estación, además de escalar la crisis energética en Ucrania en el invierno (boreal)”, dijo a la agencia Mark Hibbs, investigador principal del Programa de Política Nuclear de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, en un correo electrónico.
En una reunión informativa, Igor Kirillov, jefe de las fuerzas de defensa radiactiva, química y biológica de Rusia, indicó que los sistemas de apoyo de la planta habían sido dañados como resultado de los bombardeos. Presentó una diapositiva que mostraba que, en caso de accidente, el material radiactivo cubriría Alemania, Polonia y Eslovaquia.
El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, dijo que había hablado con el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, que estaba dispuesto a liderar una delegación a la central.
“Hice hincapié en la urgencia de la misión para abordar las amenazas a la seguridad nuclear causadas por las hostilidades de Rusia”, comentó en Twitter.
Granos, Zaporiyia y mediación
Zelensky se reunió en Lviv con el secretario general de la ONU, António Guterres, y el líder turco, Recep Tayyip Erdogan. En una conferencia de prensa conjunta posterior a las conversaciones, el Presidente turco dijo que Ankara “está del lado de Ucrania”.
La declaración llamó la atención de los expertos, debido a que Turquía, a diferencia de otros miembros de la OTAN, optó por no romper los lazos económicos con Rusia y no se sumó a las sanciones, aunque condenó la agresión contra Ucrania y cerró el estrecho del Mar Negro, una medida a la que tiene derecho en una guerra
Erdogan también expresó su disposición en un futuro próximo a tratar de negociar con el Presidente ruso, Vladimir Putin, sobre el intercambio de prisioneros entre Ucrania y Rusia.
El secretario general de la ONU, por su parte, acordó que la misión del OIEA debería visitar la planta de energía nuclear de Zaporiyia.
Sobre las negociaciones con Erdogan, Zelensky escribió que discutieron “la posibilidad de mejorar la iniciativa de granos” y el “robo de granos a gran escala por parte de Rusia”, así como la situación en Zaporiyia y el “chantaje nuclear” del lado ruso. Además, “se tocaron los temas de la cooperación en defensa”. El mandatario ucraniano no especificó cuáles. Calificó la visita del Presidente de Turquía como “un mensaje de apoyo de peso proveniente de un país tan poderoso”.
Los medios turcos informaron que Erdogan podría ofrecer a Zelensky organizar una reunión con Putin. El mandatario turco se ha ofrecido previamente como mediador para las negociaciones.
Según BBC News Ucrania, alrededor de un centenar de periodistas se congregaron en el Palacio Potocki en Lviv, donde se reunieron los presidentes de Turquía y Ucrania. Los barrios adyacentes al palacio estaban bloqueados. Había una gran cantidad de automóviles con patentes turcas en la ciudad. En su primera visita a Ucrania desde el comienzo de la invasión, Erdogan llegó a ese país a través de Polonia por avión y luego se fue en automóvil.
Erdogan se reunió con Putin hace dos semanas en Sochi y antes, el 19 de julio, en Teherán. Como resultado de negociaciones de cuatro horas, se llegó a acuerdos preliminares sobre el pago parcial en rublos del suministro de gas ruso y se discutió un corredor para la exportación de cereales rusos.
Después de reuniones separadas en Lviv, comenzaron las negociaciones trilaterales: Erdogan, Zelensky y Guterres. Según los medios turcos y ucranianos, el encuentro duró solo 40 minutos. Al igual que las anteriores, la reunión se celebró a puerta cerrada.
Al final de las negociaciones, Erdogan dijo que intentaría aprovechar el éxito del “acuerdo de granos” y en futuras negociaciones intentaría llegar a un compromiso con Rusia sobre otros temas, principalmente sobre el intercambio de prisioneros.
Sin embargo, Zelensky señaló que las negociaciones directas con Rusia solo serían posibles cuando las tropas rusas abandonen todos los territorios ocupados ilegalmente.
Turquía y Ucrania también firmaron un memorando sobre la restauración de la infraestructura destruida. El documento fue firmado por el ministro de Infraestructura de Ucrania, Oleksandr Kubrakov, y el ministro de Comercio de Turquía, Mehmet Mus.
Como primer proyecto, la parte turca está considerando la restauración del puente en el pueblo de Romanovka, que conecta Bucha e Irpin con Kiev.
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