Empeoramiento del mercado laboral para los hombres permite acortar la brecha en empleabilidad de las mujeres
Informe del Observatorio del Contexto Económico de la UDP muestra que la tasa de ocupación de las mujeres aumentó en todas las zonas del país entre 2010 y 2022. En la Región Metropolitana pasó de 45,3% a 49,9%. En el caso de los hombres, la tasa de ocupación se ha reducido en el mismo periodo para todas las regiones.
El mercado laboral se siguió recuperando en el trimestre marzo-mayo de 2022, pero a un ritmo menor que el de los meses anteriores y, en particular, en los puestos de trabajo de mayor calidad: los asalariados y formales. De acuerdo al INE, en ese período se totalizaron 8.855.080 personas ocupadas, solo 208 mil menos que las que habían antes de la pandemia (febrero de 2020). La cifra además equivale un alza de 10,1% en relación al mismo período del año pasado. Respecto al mes anterior, en términos desestacionalizados se agregaron 64 mil nuevos trabajadores (aunque solo 19 mil sin ajuste estacional), evidenciando una desaceleración por tercer mes consecutivo.
Otra forma de analizar la evolución del mercado laboral es el comportamiento y las brechas que existen entre hombre y mujeres. Y eso fue lo que analizó el Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales en su informe sobre brechas laborales de género a nivel regional, realizado por la investigadora Luna Bratti.
Este informe analiza la evolución de la tasa de ocupación y la tasa de participación para hombres y mujeres de la última década para nueve zonas del país y presenta estos indicadores para el trimestre móvil febrero-abril de los años 2010, 2015, 2019 y 2022.
Entre las principales conclusiones se muestra que la tasa de ocupación de las mujeres aumentó para las mujeres en todas las zonas entre 2010 y 2022. En la Región Metropolitana, por ejemplo, pasó de 45,3% a 49,9% en ese período. Aquello contrasta en el caso de los hombres, cuya tasa de ocupación se ha reducido en el mismo periodo para todas las zonas consideradas. En el caso de la Metropolitana pasó de 69,2% a 67,7%. Con ello, la brecha entre hombres y mujeres ha descendido sistemáticamente. En la Metropolitana cayó de casi 24% a 17,75% en ese período.
El estudio indica que la brecha de la tasa de participación se reduce por la caída de la participación laboral de los hombres más que por un alza sostenida y considerable en la participación de las mujeres en el periodo.
Otro de los resultados que arrojó este informe es que en todas las zonas del país se presentan un aumento de la tasa de ocupación femenina para aquellas mujeres que cumplen el rol de proveedora principal del hogar, entre 2010 y 2019.
En los últimos tres años, sin embargo, la tasa de ocupación femenina descendió: entre 2019 y 2022 las regiones con las mayores caídas en la tasa de ocupación fueron las regiones de La Araucanía y Coquimbo, lo que contrasta con la región de Valparaíso y la región Metropolitana, que presentaron las menores contracción para el mismo periodo.
Asimismo, entre los años 2019 y 2022 los hombres que cumplen el rol de proveedor principal del hogar presentan tasas de ocupación menores en el último año, destacando la zona Austral, con la mayor caída equivalente a 10,4%. La zona con la menor caída fue la del Norte Grande con un 0,8%.
Las zonas que presentan las mayores caídas entre 2019 y 2022 de la tasa de participación femenina son la región de Coquimbo y la zona Austral, donde las caídas corresponden a 7,5% y 6%, respectivamente.
Entre 2019 y 2022, la tasa de participación masculina siguió disminuyendo, y con más fuerza, donde la zona Austral es la que presenta la mayor disminución, equivalente a un 9,4%, siguiéndole la región de Coquimbo con una diferencia de 7,3%.
Así, se encontró una disminución de las brechas entre hombres y mujeres tanto para la tasa de ocupación como para la de participación, sin embargo, este estudio “nos permitió concluir que no es debido a una mejora en la situación femenina solamente, sino también, y más fuertemente, a un empeoramiento de la situación de los hombres entre el año 2019 y 2022″.
El análisis concluye diciendo que lo que en general se busca es que la brecha disminuya porque el grupo más desaventajado, en este caso las mujeres, mejoren, de tal modo de ir eliminando las brechas con los hombres. Sin embargo, este estudio demostró que si bien la brecha entre hombres y mujeres, tanto de la tasa de participación como de ocupación, disminuyó entre 2019 y 2022, no todo se debe a la mejoría de los indicadores femeninos antes de la pandemia, sino que también a que, tras el comienzo de la pandemia, ambos grupos empeoraron, lo que, dada la estabilidad que presentaban estos indicadores en el caso de los hombres, ha significado para ellos en muchos casos, exhibir en la actualidad indicadores significativamente menores a los observados a comienzos de 2010″.
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