La campaña por el rescate "verde"

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En Chile se tiran a la basura miles de toneladas de verduras y frutas en buen estado. Ante esto, Lo Valledor se puso como meta aumentar la cantidad de alimentos que recolecta para donarlos.


"A los chilenos les gustan las frutas aceradas, brillantes, redondas, perfectas", dice Carlos Bravo, comerciante del Mercado Lo Valledor desde hace 14 años, quien vende a granel a distribuidores, hospitales, casinos y otros negocios dedicados a la alimentación masiva. Afirma que una parte no menor de los productos es descartado y puede terminar en la basura. "Porque son deformes, tienen piquetes o bien son muy chicas o enormes", aclara. Por eso, decenas de locatarios del mercado, calificado como la 'gran verdulería de Chile', entregan todas las semanas sus 'desperdicios' al Centro de Recuperación de Alimentos del recinto, los que están destinados a fundaciones de beneficencia. En realidad, se trata de comida en muy buen estado, pero con imperfecciones.

Así, los comerciantes recogen la idea planteada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura: se considera que la comida no es solo una mercancía, sino que se trata de alimentos valiosos para la población. La paradoja: millones sufren de hambre y no pueden pagar por comida, pero un tercio de los comestibles del mundo termina en un basurero.

Otro comerciante de Lo Valledor, Gerardo Consuegra, cuenta que los clientes simplemente "botan la fruta cuando tiene una mancha o marca, pero vemos que hay personas que las reciben para consumirlas sin problemas". Así, dice que hogares de niños y de la tercera edad las aprovechan. Él hace dos años aporta sus víveres al Centro de Recuperación, el que recibe 2.000 toneladas diarias de alimentos descartados. "Es un pecado no donar, habiendo tanta comida que a veces queda tirada en tarros o en el suelo", añade su colega Carlos Bravo.

Romina Correa, la jefa del proyecto, sostiene que los funcionarios del centro observan, eligen y luego entregan los vegetales a las fundaciones que van a buscarlos. Se trata de 30 organizaciones de ayuda, que acuden cada día a pedir esta colaboración. La joven relata que impresiona por qué se pierde la comida: ocurre cuando está apilada en bodegas, si hay sobreoferta de productos o los frutos están deformados.

La semana pasada, por ejemplo, había disponible en Lo Valledor kilos y kilos de productos de invierno provenientes de lugares tan distintos como Azapa, Rancagua o Chillán que no se comercializaron. Zanahorias, achicorias, naranjas y peras con mínimos daños. En el centro, incluso, se pone el material en cámaras de frío para conservarlo. De la misma manera se podrían poner en un refrigerador de la casa, pero nadie lo hace.

Para tomar conciencia de estas pérdidas, la semana pasada el Ministerio de Agricultura publicó un Manual de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos, una campaña para crear conciencia sobre esta realidad. Científicos del área y organizaciones recuperadoras de productos enseñan reciclaje y la conservación de los mismos.

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La meta en Lo Valledor es triplicar la cantidad de vegetales que se recuperan para ser entregados el próximo año. Así, se podría llegar a 150 mil kilos de frutas y verduras recolectadas por mes. "También queremos que más locatarios se sumen a donar fruta en buen estado y no solo la que sobra", dice Richard Prenzel, gerente de Operaciones del Mercado Lo Valledor.

Estas campañas de difusión son apoyadas por los investigadores en el área alimentaria, como Fernando Vío. Él sostiene que también hay gran cantidad de desperdicios derivados de escuelas, supermercados, ferias y restau- rantes. "Muchos alumnos no se comen los desayunos o almuerzos. No hay directivos responsables de la alimentación, que deberían estar involucrados. La comida se desecha", dice. Agrega que esto sucede porque no los educan sobre los beneficios de la nutrición sana.

Vío añade que también se debería seguir la tendencia que se ha expandido hace una década en Estados Unidos y Europa, sobre la recuperación de los productos que no se consumen diariamente en los restaurantes o casinos. "Se les debería entregar a instituciones cercanas para aprovecharlos", dice.

Cuenta que parte de los aportes de Lo Valledor también se entregan a la Red de Alimentos, organización que se ha convertido en un 'banco de comida' que recibe insumos a punto de vencer o bien que no fueron comprados, pero que aún conservan su calidad. Esta red declara haber rescatado 23.923.903 kilos de productos desde 2010 a la fecha. Son donados por grandes empresas y distribuidos a más de 200 organizaciones benéficas.

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