La red de salud a 55 días del peak

Han pasado 55 días desde la jornada más difícil que han vivido los equipos de salud tras el inicio de la pandemia. El 20 de junio fueron 1.772 los pacientes que coparon las camas UCI, apoyadas con ventiladores y máquinas de anestesia, y dispuestas de emergencia en pabellones, salas de recuperación, boxes ambulatorios e, incluso, al interior de ambulancias, recurriendo a soportes portátiles.

Quedó poco a qué echar mano, pues el margen de la red era mínimo: las 2.694 camas de media o baja complejidad se ocuparon al 90%.

Ahora el panorama es otro. Los recintos de salud, públicos y privados, han ido desmantelando las UCI “hechizas” con las que paliaron la primera gran ola del coronavirus. En Clínica Las Condes, por ejemplo, la sala de recuperación que sirvió -entre otras unidades- para elevar de 16 a 64 sus camas UTI, ya fue desarmada y ha vuelto a su función habitual.

“Llegamos a 64 pacientes ventilados, 24 con máquinas de anestesia en pabellón y recuperación, y esas camas pudimos cerrarlas, al igual que los boxes que se duplicaron, solo quedan cuatro pacientes en la unidad pediátrica, que sigue abierta, porque aún se necesita. Los pacientes ventilados han bajado a 16”, dice el jefe de UCI de CLC, Tomás Regueira.

Al poniente de Santiago, el director del Hospital El Carmen de Maipú, Juan Kehr, cuenta que a comienzos de junio la atención respiratoria por Covid-19 representaba el 80% de las consultas. Ahora bordean el 20%: “Tenemos ventiladores vacíos, libres. Tuvimos funcionando 55 ventiladores, todos Covid-19, y ya retiramos 12”.

En la Clínica Indisa, el director médico, Rodrigo Castillo, cuenta que el 80% de la actividad del centro “se convirtió al Covid” y que registraron un peak de 270 pacientes internados, los que ahora bordean un centenar. Eso ha permitido liberar las áreas habilitadas por la emergencia: “Las unidades de paciente crítico pasaron de 80 camas a 170, tomamos pabellones, neonatología, pediatria y las áreas medico-quirúrgico. Hoy, los ingresos de pacientes han caído a uno o dos diarios, lo que nos llevó a plantearlos la desescalada”.

Cristián Ugarte es el director médico de Empresas Banmédica, que incluye a las clínicas Santa María, Dávila, Vespucio, Ciudad del Mar y Biobío, además de los centros Vidaintegra y Rescate Help. Destaca que el grupo hospitalizó a poco más de cuatro mil pacientes por Covid-19, además de atender en forma ambulatoria a 71 mil.

El peak más complejo, afirma Ugarte, lo vivió Clínica Dávila, con 360 personas internadas con coronavirus, 80 de ellas en ventilación mecánica. Así, el 76% de la actividad hospitalaria se volcó a la pandemia, con un estrecho margen para los partos, oncología y cirugías de urgencia. “En los datos de hoy (ayer) solo un 15% de los pacientes de Clínica Dávila son Covid-19. Es una muy buena noticia”.

El ejecutivo, además, cuenta que en el momento del peak se tomaban 1.500 test diarios, con una positividad del 51%, mientras que ahora se realizan 600 pruebas, de las cuales el 8% confirma el virus. Lo mismo con las consultas de urgencia: el 75% era por esta causa en junio, lo que ha caído por debajo del 20%

El decano de Medicina de la U. Finis Terrae procesa a diario el autorreporte que realizan las UCI de todo el país, a través de la Sociedad de Medicina Intensiva (Sochimi). Y así como en un minuto constató el alza al 489% -por sobre la capacidad basal- de las camas UCI en la Región Metropolitana, hoy confirma la normalización de las unidades. “Las áreas de cuidados intensivos crecieron para todos lados y hemos ido retrocediendo. Ya prácticamente no hay nadie en urgencias ni pabellones. En las salas de recuperación ya retiraron las máquinas de anestesia, salvo algunas unidades, y hay un mínimo número de pacientes en pediatría”, destaca. “Todo se está retrotrayendo”, destaca.

Como consecuencia de la baja en la demanda asistencial por Covid-19, en una resolución publicada esta semana en el Diario Oficial, el Minsal levantó la restricción que suspendía las cirugías electivas durante el período más duro de la pandemia, y que solo permitió intervenciones de urgencia, oncológicas y cirugía mayor ambulatoria.

Eso sí, el subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga, explica que, aunque esto permite retomar las intervenciones en todo el país, dependerá finalmente de la situación epidemiológica de cada zona. Esto, condicionado a través de la autorización que están entregando los Servicios de Salud correspondientes -a recintos públicos y privados- para reducir las ampliaciones obligadas por la pandemia.

Para que esto se concrete, los centros deben presentar un plan para rearmar su máxima capacidad UCI en un plazo tope de cinco días, en caso de rebrotes o si la autoridad sanitaria lo estima. “Se levanta la restricción a las cirugías con condiciones. Un hospital o una clínica puede exponer al Servicio de Salud que llegó a 80 camas UCI y que quiere suprimir 10 cupos habilitados en pabellón para retomar cirugías. El servicio debe evaluar la situación epidemiológica y autorizar o no la reducción, con el compromiso de reponerlas en cinco días de ser necesario” detalla Zúñiga, quien explica que desde Salud tienen el registro de cuántas camas extras puede albergar determinado recinto y hacerlo exigible.

Aunque el retorno a las cirugías electivas fue publicado esta semana, el regreso a la actividad quirúrgica ya comenzó con fuerza las últimas dos semanas en algunos centros. Así, mientras en tiempos normales en el país se hacían 1.800 intervenciones en siete días, la última semana fueron 1.200. “Este aumento está liderado por las regiones del sur y centro del país”, dijo Zúñiga.

La menor demanda por la pandemia se manifiesta, además, en las derivaciones de la Unidad de Gestión Centralizada de Camas. En la primera semana de este mes solo hubo 135 traslados y Salud prevé que estarán muy lejos de los 1.577 de mayo pasado. Con todo, Zúñiga adelanta que a nivel asistencial la gestión no cambiaría: “Es probable que se mantenga la red asistencial unificada todo este año”.

Desde Clínica Las Condes, Regueira detalla que el recinto ya inició un plan de cirugías progresivas, algunas normalizadas al 80%, priorizando las que no requieren unidades críticas y solo un día de hospitalización. Para las más complejas se pide autorización a las jefaturas UCI, para asegurar la disponibilidad de equipos.

En la Clínica Indisa, en tanto, han reactivado al 40% la actividad previa a la pandemia y en un 60% la ambulatoria. “Hemos ido reabriendo unidades, con prioridad a los pacientes cuya postergación implicaba riesgo a su salud y lo cierto es que los encontramos más graves”, dice Castillo.

En tanto, Ugarte sostiene que en los recintos de Empresas Banmédica la actividad ambulatoria bordea el 60% de la registrada el año pasado, mientras que la quirúrgica llega al 40%. Ahora están comenzando a agendar a pacientes: “Se generó, entre comillas, una lista de espera y estamos seleccionando por prioridad médica, con todas las precauciones necesarias”.

Desde la Asociación de Clínicas, a propósito de la normalización del quehacer de la red asistencial, destacan que se han dispuesto medidas de seguridad: “Nos estamos preparando para recibir a las personas con todos los protocolos: accesos diferenciados, exámenes PCR prequirúrgicos, salas y pabellones separados y uso intensivo de elementos de protección personal en todo el proceso”.