Oposición cuestiona duramente el tono de la defensa del presidente del TC a rol institucional
Iván Aróstica, durante su cuenta pública, defendió la labor del Tribunal Constitucional, argumentando que "el poder tiene que cuidarse del propio poder".
"El Tribunal Constitucional -lo digo desde mi convicción más profunda- no es factor de inmovilismo de nuestra democracia. Al contrario, es un agente del perfeccionamiento de nuestro sistema político e institucional". Estas palabras fueron parte de la férrea defensa que el presidente del Tribunal Constitucional (TC), Iván Aróstica, realizó durante su cuenta pública, justo cuando la entidad ha recibido múltiples críticas desde algunos sectores políticos que cuestionan el rol de la institución, producto de algunos fallos que han revertido leyes aprobadas por el Congreso.
A modo de ejemplo del descontento, en una de sus últimas resoluciones el TC declaró inconstitucional el artículo que prohibía a las universidades privadas tener controladores con fines de lucro. Este falló despertó el rechazo de representantes civiles y políticos, quienes, incluso, han pedido la eliminación del tribunal por vulnerar la decisión de las mayorías.
La actividad se inició a las 9.00 de este viernes y asistieron el ministro de Segpres, Gonzalo Blumel, el fiscal nacional, Jorge Abbott, el fiscal nacional económico, Felipe Irarrázabal; el presidente del Colegio de Abogados, Arturo Alessandri; además de académicos y ex miembros del tribunal, quienes se dieron cita en el salón plenario del TC, en calle Huérfanos. Además, fueron invitados el presidente del Senado, Carlos Montes (PS) y la presidenta de la Cámara de Diputados, Maya Fernández (PS). Sin embargo, ninguno acudió a la cita. En el caso del senador, este manifestó que a esa misma hora se reunía con una delegación de senadores australianos, lo cual impidió su presencia.
En su discurso, Aróstica valoró las competencias actuales que posee el TC y enfatizó que este "se incorpora en la arquitectura institucional como una nueva forma de control dentro del sistema de balance de poderes".
"Por muy mayoritaria que sea, la ley jamás debiera ser usada en una sociedad democrática como arma de dominio u opresión de unos contra otros. El poder tiene que cuidarse del propio poder", señaló. Luego agregó que "las democracias más evolucionadas del mundo lo saben y a eso, a la necesidad de contrapesar el poder del poder político circunstancial, responde el surgimiento de los tribunales constitucionales de corte antitotalitarios", indicó.
De acuerdo a la autoridad, "las mayorías legislativas no duran para siempre. Las normas que interpretan a la mayoría de hoy no necesariamente la seguirán interpretando mañana. El contrapeso a la función legislativa que ejerce el TC sustrae al país de esas inestabilidades".
Según Aróstica, en 2017 el Tribunal revisó 24 proyectos de ley para el control preventivo de constitucionalidad, trámite obligatorio para aquellas normas que se relacionen directamente a la Carta Fundamental. En total se analizaron 150 artículos, de los cuales nueve fueron declarados inconstitucionales (ver secundaria).
"Sé perfectamente que esta prerrogativa genera frustración en muchos sectores de opinión, pero creo que se trata de un mecanismo de resguardo permanente que favorece a toda la comunidad política, incluso a quienes en el presente lo cuestionan o rechazan", señaló.
Críticas
El tono de la alocución del presidente del Tribunal fue considerado "muy político" por algunos parlamentarios y representantes de la oposición, quienes incluso aseguraron que su retórica fue inédita al ser comparada con sus antecesores.
En opinión del presidente del Senado, Carlos Montes (PS), el tono político usado "no es lo más conveniente", y cuestionó la alocución al asegurar que "hay frases que no eran propias del presidente del Tribunal Constitucional".
Según el congresista, sería bueno que el TC haga una reflexión de su actuar. "Los fallos se acatan, las resoluciones se acatan, pero irán motivando más discusiones".
El senador Felipe Harboe (PPD) dijo lamentar "que el discurso sea evidentemente político. La tradición republicana dice que los presidentes realizan cuentas jurídicas y, lamentablemente, él ha roto una tradición y, en ese sentido, nos da la razón de que debemos hacer reformas profundas al TC".
En idéntica posición se manifestó el diputado Leonardo Soto (PS), para quien este balance "va un poco más allá" de lo acostumbrado. "El presidente del TC viene a opinar como un verdadero actor político de lo que debiera ser nuestro sistema democrático", sostuvo el miembro de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento de la Cámara Baja.
Para el diputado y presidente de Renovación Nacional, Mario Desbordes, "las palabras de la autoridad no tiene ninguna connotación negativa ni podría sentirse ofendido nadie. Si a alguien le molesta, es un poco exagerado. Él ha señalado cuestiones que son parte del debate académico permanente". Al respecto, enfatizó que el discurso apuntó a "asegurar que prime la Constitución por sobre la contingencia y que las mayorías circunstanciales no vulneren derechos permanentes".
Para el senador Juan Antonio Coloma (UDI) "la oposición siempre tiene una visión intencionada con respecto a sus comentarios sobre el TC. No entiendo por qué alguien espera que los miembros del tribunal sean siempre silentes y no veo por qué se critica un comportamiento legítimo que hizo el presidente del tribunal".
No obstante las visiones políticas que provocó el discurso, para el ex miembro del tribunal constitucional entre 2006-2015, Hernán Vodanovic Schnake, "en cualquier cuenta el presidente del Tribunal Constitucional aborda aspectos que tienen repercusión institucional y política". Sin embargo, aseguró que en esta oportunidad "quizás esto se vio un poco remarcado porque el rol del TC ha sido directa o indirectamente impugnado o cuestionado dentro de la comunidad jurídica y política. Parecía evidente que el tribunal tenía que hacerse cargo de esas críticas y de esa impugnación, y creo es lo que ha hecho Aróstica".
En palabras del presidente del Colegio de Abogados, Arturo Alessandri, "las sensibilidades políticas usted no las puede eliminar, Chile es un país extremadamente politizado, por lo que es inevitable que hayan sensibilidades".
Al debate se sumaron diversos expertos constitucionalista quienes analizaron las palabras de Aróstica, algunos de ellos, coincidiendo en el tono distintivo que tuvo la cuenta pública de este año.
Para el abogado y académico de la Universidad Diego Portales, Javier Couso, "es interesante que el TC se pronuncie no solo por la vía de sentencias, sino que por declaraciones públicas. Eso es anómalo en los tribunales constitucionales y cortes supremas de las democracias avanzadas", indicó el jurista, para quien, en los estados de derecho consolidados, los tribunales "hablan por sus fallos".
De acuerdo al abogado Juan Domingo Acosta, el rol del presidente del TC es velar por la constitucionalidad de las leyes, en su formación y aplicación. "No tiene (Aróstica) una función política ni de salvaguardia de derechos que están más allá de la Constitución. Lo que excede de aquello es algo que no le corresponde, dado que sus miembros no son personas elegidas por la comunidad, como para dar opiniones políticas, sino un tribunal puramente jurisdiccional".
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