¿Quién quemó el Metro?: las huellas que dejó el peoneta condenado por incendiar la Estación San Pablo tras el 18-O
Cuatro meses de investigación bastaron para que el fiscal José Morales diera con el paradero de Daniel Bustos Trabol. El día de su detención, y casi sin querer, confesó haber lanzado el objeto que inició un incontrolable siniestro que interrumpió durante varias semanas el servicio, afectando a 70 mil personas que día a día ocupaban el tren subterráneo para trasladarse a sus trabajos y que eran -sin ir más lejos- sus propios vecinos.
Nació en una casa ubicada en Isla Charcot, en la comuna de Lo Prado, y toda su vida vivió ahí junto a su madre, su hermana y una pequeña sobrina. La vivienda está a cinco minutos a pie de la Estación de Metro San Pablo y, hasta antes de que la incendiara, el propio Diego Bustos Trabol (22), su familia y sus vecinos gozaban de tener a sólo cuadras este transporte público que une a diversas comunas del Gran Santiago. Este miércoles 30, el Primer Tribunal Oral determinó que este auxiliar de vehículos de carga es el responsable del siniestro que quemó casi la totalidad del terminal de la Línea 1, hecho ocurrido al día siguiente de las manifestaciones provocadas tras el estallido social del 18 de octubre de 2019. El sábado 9 de abril, el ahora condenado conocerá su sentencia. La fiscalía pidió que pase 12 años en la cárcel, pero será la justicia quien selle su destino.
Un día antes de que cambiara el gobierno, el 10 de marzo, comenzó el juicio oral por el incendio de esta estación del tren subterráneo. En la oportunidad, el fiscal José Morales sostuvo ante el tribunal que luego de que presentara las pruebas recopiladas durante la investigación, se podría contestar una duda ciudadana que surge cada cierto tiempo y es ¿quién quemó el Metro? A tres semanas de esa intervención, las juezas Irma Tapia, Claudia Galán y Carmen Riquelme dieron por acreditado, más allá de toda duda razonable, la culpabilidad de Bustos en los hechos. Pese a que el joven guardó silencio durante el juicio, pesó en su contra la confesión que hizo ante el Ministerio Público y la PDI el día que fue arrestado, luego de que dejara una serie de huellas en los alrededores del terminal.
“Quiero declarar y no necesito abogado, necesito contarles lo que pasó ese día”. El 9 de enero de 2020, día en que fue detenido, Bustos renunció a todos sus derechos como imputado. De eso quedó registro en la declaración que firmó la ocasión y en que sin quererlo confesó su autoría en los hechos que eran investigados. La Estación de Metro San Pablo era uno de los casos emblemáticos tras el estallido social. Estuvo sin operar varios meses debido a la alta destrucción que sufrió tras el incendio que, incluso, quemó un vagón completo. Los daños fueron avaluados en más de $ 20 mil millones, y se calcula que 70 mil personas diarias no pudieron hacer uso del servicio, a causa de esta situación, afectando de forma importante la vida de los residentes de Lo Prado y Pudahuel.
En su declaración policial voluntaria, el entonces imputado aseguró que el 19 de octubre, cerca de las 17.30 horas, junto a dos vecinos fueron a observar lo que estaba ocurriendo en los alrededores del Metro, donde a esa hora se intensificaban las protestas. Fue entonces cuando dice que vio a un sujeto de unos 50 años, de contextura gruesa, barba desordenada y que mide 1,50, que él conoce bajo el apodo de “Juanuco”. “Portaba una bolsa de tela color rosado, pudiendo observar esta situación en las afueras de la puerta de acceso del Metro San Pablo, sector Línea 1, vereda oriente de Av. Neptuno, acercándome y preguntándole qué estaba haciendo”. Según la versión de Bustos, este vecino le había dicho que estaba intentando encender la bolsa para lanzarla al interior de la estación.
El testimonio continuó: “Con la intención de arrebatarle la bolsa, de manera un tanto violenta se la quité, percatándome que se encontraba cerrada en su parte superior, no pudiéndome ser posible mirar lo que tenía en su interior, aunque sí me di cuenta que goteaba un líquido con olor a bencina. Cabe hacer presente que mientras le arrebataba la bolsa al “Juanuco”, este alcanzó a encenderla, ignoro si con un encendedor o chispero, por lo que con la finalidad de que esta se apagara y no provocara daños, pensé en lanzarla hacia la calle, pero al mantener un problema físico en mi mano derecha -que es con la que mantenía la bolsa encendida- la arrojé al aire, chocando esta última con la reja externa del Metro a la altura de la zona donde se almacenan los contenedores de basura, cayendo al interior de las dependencias, comenzando a incendiarse de manera inmediata”.
La versión del acusado, que este miércoles fue declarado culpable, coincide con los peritajes realizados por Bomberos en que se da cuenta del foco de inicio del siniestro, y cómo este se propagó con total rapidez al alcanzar el sector de los cableados del tren subterráneo, alcanzando el techo en no menos de cinco minutos y haciendo entonces esas llamas incontrolables. También se condice con los videos expuestos ante el tribunal de cómo y dónde se generó el fuego. Lo que en un principio Bustos quiso que fuera una explicación de lo que había ocurrido -decidiendo declarar y enfrentar a los investigadores- se volvió, cual boomerang, en una prueba en su contra. Esto se profundizó aún más cuando la policía logró dar con la verdadera identidad y el paradero del tal “Juanuco”. Estaba hacía más de dos años postrado en su cama, por lo que su aparición en la historia era falsa y sólo para justificar el lanzamiento del objeto que generó el destructivo incendio.
Resultados dispares
Para el Ministerio Público este era un caso complejo. Desde que se iniciaron las investigaciones por la quema de varias estaciones del Metro tras el estallido, los resultados obtenidos han sido dispares. En algunos casos se condenó en primera instancia, pero luego tribunales superiores ordenaron la realización de nuevos juicios. También se han obtenido absoluciones, por falta o error en la prueba de cargo. Por eso el desafío para el fiscal jefe José Morales y su equipo era grande. La satisfacción, comentan al interior del ente perseguidor penal, es que, además, el Primer Tribunal Oral estuvo de acuerdo también con la calificación jurídica propuesta, en el sentido de condenar por un tipo penal de incendio agravado, en el sentido de que se castiga de forma más severa, pues no se trata de un siniestro cualquiera, sino que uno dirigido -justamente- a un bien de uso público como lo es un tren subterráneo.
La Defensoría Penal Pública estuvo a cargo de la representación del peoneta. Anunciaron que esperarán los detalles de la sentencia para estudiar un eventual recurso que anule este juicio y ordene uno nuevo. El caso es seguido de cerca también por las autoridades y por las familias de los denominados “presos del estallido social”. Bustos está en prisión preventiva hace más de dos años y está en el listado de quienes buscan ser amnistiados. Con todo, el delito por el cual fue este miércoles condenado no está en el catálogo que contempla el proyecto de ley de indultos que beneficiaría a aquellas personas que cometieron delitos en el marco de las protestas suscitadas por el estallido social.
La normalidad en el sector del Metro San Pablo se recobró en julio de 2020, cuando reabrió junto a la Estación Neptuno. El hecho ocurrió seis meses después de que Bustos estaba detenido y sindicado como el autor de la quema de una de las estaciones más importantes del tren subterráneo de la capital.
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