Alberto Fernández: "Cristina entró al mundo de los mortales, de los que ganan y pierden"

Ex jefe de gabinete de Néstor y Cristina Kirchner, Alberto Fernández estuvo en el corazón de la política argentina durante la "era K". Pero en 2008 renunció a su cargo y se alejó del kirchnerismo. Actualmente, es crítico de Cristina K y también de la gestión del Presidente Mauricio Macri. Así, este año Alberto Fernández se desempeñó como jefe de campaña del ex ministro del Interior, el peronista Florencio Randazzo, quien fracasó en su carrera al Senado. En diálogo con La Tercera, Fernández se refiere a las elecciones legislativas, al futuro de Cristina K y también a la detención del ex ministro Julio De Vido.

-¿Cómo observa el desafuero y envío a prisión del ex ministro K, Julio De Vido? ¿Esto podría significar el comienzo del fin del kirchnerismo?

-No creo que sea el fin del kirchnerismo. Es un tema que venía en la sociedad argentina hace mucho tiempo, el tema de cuál era la responsabilidad de De Vido. Es una decisión que toma la justicia y habrá que ver cómo evoluciona. Me da la impresión que todos han tomado distancia. Hay que tomarlo con seriedad. Estamos ante un escenario donde el tema de la corrupción es muy severo.

-¿Por qué dice que se han alejado?

-Porque hace dos meses todo el bloque del Frente para la Victoria votó para sostenerlo y ahora no pasó eso. Todos fueron tomando distancia.

-¿El kirchnerismo intenta aislarse de la imagen de corrupción de De Vido?

-Creo que es uno de los grandes dilemas que tiene ese espacio. No sólo le afecta a De Vido, sino también a Cristina, que tiene una serie de denuncias que tienen que ver con su enriquecimiento. Está afectando mucho a su sector.

-¿La detención y desafuero de De Vido podría significar un precedente para Cristina K por sus causas judiciales?

-Cristina tiene dos tipos de causas, algunas que son muy alocadas en términos jurídicos, y hay otras que me parece que Cristina públicamente no ha dado suficientes explicaciones. Esas son las causas que tienen que ver con su patrimonio.

-¿El desafuero marca una señal a nivel nacional?

-Pareciera ser que los jueces han decidido investigar este tipo de cosas. Si entramos en un proceso saludable de combatir la corrupción, espléndido. No sé si el gobierno tiene esa voluntad. El Presidente acaba de permitir que su hermano blanquee millones de dólares.

-En términos de los resultados de la elección legislativa ¿Cómo observa a Cristina K para poder liderar la oposición?

-La veo con dificultades. Objetivamente ella creyó que estaba en condiciones de derrotar a Macri, pero no pudo. Creyó que con ella bastaba y no fue así. De algún modo dijo "déjenme a mí que yo me hago cargo". Su liderazgo hoy está cuestionado porque no cumplió. Yo creo que ella hizo una elección que era más o menos lo que esperaba. No pudo convocar a gente nueva y eso demuestra lo que siempre dijimos, que tenía un piso muy alto pero un techo muy bajo, insuficiente para ganarle a Macri. Ella quiso hacer aparecer el resultado como una victoria que no lo es, es un golpe muy duro para ella.

-¿Se ha terminado el "cristinismo"?

-No me animo a decir eso porque tampoco deja de representar a un número importante de gente. Ella se acostumbró a actuar en política como si fuera un semi Dios, alguien que tiene un poder absoluto, mucho más que cualquier otro y su lógica era someter al resto: "Si quieres estar conmigo este es tu lugar y no te quejes". Esto hoy está en crisis. Cristina no se terminó, pero entró al mundo de los mortales, los que ganamos y perdemos elecciones. Y deberá soportar si quiere liderar debates.

-¿Qué ocurre ahora dentro de las filas del peronismo?

-Cristina tiene una figura enorme que genera disputa. Hay mucha gente que está cuestionando su liderazgo. Macri consiguió el escenario ideal, que era tener a Cristina de contrincante y al peronismo dividido. Lo que el peronismo tiene que hacer es volver a replantearse cómo seguir.

-¿Quién puede surgir como líder?

-Hay que construir los liderazgos. El escenario presente me recuerda mucho cuando irrumpimos con (Néstor) Kirchner en 2003. En ese año había alguien que había sido Presidente durante 10 años que tenía un piso electoral muy alto y un techo muy grande, que era Carlos Menem. En términos electorales, el Menem del presente es Cristina. Igual que Cristina, él decía "el líder debo ser yo porque soy el más votado". Y en la elección de 2003 hubo tres candidatos peronistas. De esa contienda electoral surgió Kirchner, en quien muchos no creían pero poco a poco se fue consolidando. Y permitió un gobierno de 12 años.

-¿Cuál es su balance del gobierno de Macri y cómo ve los próximos dos años?

-Es un gobierno con muchísimos problemas económicos. Macri no sólo no ha resuelto los problemas que dejó Cristina, sino que los ha profundizado. Ahora tiene un escenario mucho más complejo que en 2015. Tiene un país con siete puntos de déficit fiscal, con una deuda que se ha incrementado, con una pobreza que sigue representando a un tercio de Argentina, con un desempleo que está rozando los dos dígitos. Los próximos dos años no van a ser fáciles para Macri.