Ante Católica se vio la otra cara de Colo Colo, el puntero

Héctor Tapia reconoció que su equipo se refugió. Y Jaime Valdés recordó: "De atrás pica el indio".




La cumbia se toma el camarín visitante del estadio San Carlos de Apoquindo. Antes y después del partido. Colo Colo llegó a la precordillera cargado de optimismo y motivación, tras el empate de Universidad de Chile ante Barnechea. Sabía que un triunfo les permitía alcanzar el liderato.

Y así fue. Sufriendo y sin jugar bien, el Cacique venció por 2-1 a una deslucida Universidad Católica, igualando en 38 puntos a los azules, por lo que la alegría inundaba el vestuario albo.

No importó la forma ni que otra vez el fútbol bonito se ausentara. El conjunto que dirige Héctor Tapia ya tiene asimilado que lo más importante es ganar. Como sea. Jugando bien, mal, de forma ofensiva o defensiva. A estas alturas, la obtención de los tres puntos es la única prioridad.

Precisamente, fueron esas tres unidades las que se celebraron en grande dentro del camarín blanco, al que fueron entrando uno a uno los directores de Blanco y Negro, tras el triunfo, para felicitar a los jugadores. Si antes había espacio para quejarse por la forma, ahora no.

Los albos cambiaron el chip, y el mismo Tapia reconoció que en San Carlos tuvo que ser pragmático, sobre todo porque con el paso de los minutos sus principales figura sintieron el desgaste de una campaña extenuante.

"Cuando veíamos que Emiliano (Vecchio) y Jaime (Valdés) estaban muy cansados, tuvimos que jugar a lo que no juega Colo Colo, a refugiarse. Pero los que entraron demostraron mucha jerarquía y este equipo sigue demostrando que cuando tiene que aparecer, lo hace", expresó un satisfecho entrenador albo, a quien apenas le salía la voz.

En septiembre, el presidente de ByN, Arturo Salah, declaró que le gustaba cómo jugaba Colo Colo, pero que a veces se confiaba, dejaba crecer al rival y no cerraba los partidos. A Tapia no le gustaron dichas declaraciones. Pese al distanciamiento que generó el episodio entre ambos, ayer Tapia aplicó a la perfección las palabras del mandamás. Esto, porque apenas el Pajarito anotó el segundo gol, metió a Claudio Baeza por Vecchio. Luego ingresaron Claudio Maldonado y Sebastián Toro. El cerrojo albo fue impasable para los de la franja.

"Se nos dio la chance de quedar en la punta y el equipo la supo aprovechar, quizás no haciendo un buen fútbol. Agarramos la punta y ahora no la soltamos más", advirtió Tapia.

No es que se crean campeones, pero el sentimiento en la interna del Cacique refleja eso, sobre todo porque le tropiezo de la U disparó la motivación. "Hicimos un buen primer tiempo, después se nos complicó, pero tuvimos la fuerza para salir adelante. Estábamos motivados por el resultado de la U. Estamos felices porque era lo que estábamos esperando, tomar el liderato y ahora esperamos no soltarlo. Lo veníamos buscando de hace tiempo. Demostramos que este grupo está para cosas grandes. De atrás pica el indio", declaró Valdés, quien justamente celebró con un grito de guerra indio hacia la barra alba.

"Tenía una costilla fisurada por una jugada ante Audax, ahora tengo la otra. Con Tito llegamos a la conclusión de que debía salir", reveló un adolorido Vecchio luego del triunfo. El Gordo terminó contundido luego de un fuerte rodillazo de Matías Cahais, emulando, de alguna forma, el sacrificio de Valdés ante Audax Italiano, quien tuvo que combatir una faringoamigdalitis con suero previo a ese partido.

Pese al dolor, Vecchio se mostró feliz con el triunfo. "No había un mejor momento para agarrar la punta que ahora, a dos fechas del final. Colo Colo fue un equipo a la hora de defender y tiene individualidades para cuando debe atacar", destacó.

Ahora sí que el Cacique tiene a derecho a soñar con la 31.

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