Disputa por deuda argentina podría durar hasta 2016
Plan de realizar un nuevo canje evidencia la poca disposición de las autoridades a negociar una salida, dicen analistas.
El proyecto de un nuevo canje de deuda fue presentado por la Presidenta Cristina Fernández y su ministro de Economía, Axel Kicillof, como una forma de cumplir con quienes vieron sus pagos detenidos por decisión del juez Thomas Griesa, en la batalla que Argentina e inversionistas que no participaron en los canjes previos libran en un tribunal de Nueva York.
Pero la propuesta no fue bien recibida por los analistas, que la consideran un intento por evadir el cumplimiento del fallo judicial y ven problemas legales, técnicos y prácticos en su implementación.
En breve, la idea es que los inversionistas cambien sus bonos, ya sea que hayan participado o no en los canjes de 2005 y 2010 por bonos bajo ley argentina, y reciban sus pagos a través de una filial del Banco de la Nación Argentina en lugar del Bank of New York Mellon.
Ayer BNP Paribas, Credit Suisse, JPMorgan y los gestores de fondos Adelante y Fideuram Asset Management plantearon sus dudas. "Dadas las órdenes del tribunal de Nueva York, es poco probable que los intermediarios financieros en Estados Unidos colaboren en el proceso", escribió Vladimir Werning, economista de JPMorgan en una nota a clientes citada por Bloomberg. El anuncio "es un balde de agua fría" para quienes esperaban un acuerdo con los holdouts para enero de 2015, añadió.
La percepción de que el problema se alargará hasta 2016 se vio reforzada por el discurso de la presidenta, quien declaró que "a mí me queda poco de mandato, por eso no es para este gobierno, sino para el que vendrá".
Otros apuntaron a que hay inversionistas institucionales cuyos estatutos les prohiben tener bonos bajo jurisdicción extranjera. Asimismo, aumentan las probabilidades de que los inversionistas pidan una "aceleración" o pago inmediato del total de la deuda, algo que fue reconocido por el mismo ministro Kicillof.
El plan aumentó la incertidumbre e impactó en el mercado cambiario: el dólar blue o paralelo llegó a 13,55 pesos, ampliando a 62% la brecha con el oficial.
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