El empresario al que acusa la SEC

Dicen que Juan Bilbao se enteró recién el lunes, cuando la SEC de Estados Unidos lo demandó en Nueva York, que era investigado por uso de información privilegiada en la compra de acciones de CFR.




El sábado 20 de diciembre, a las 17.30 horas, Juan Bilbao Hormaeche celebró el matrimonio de uno de sus hijos en la iglesia San Juan Apóstol, en Vitacura. Bilbao comentó ese día a varios de los asistentes su intención de radicarse en España en el corto plazo. Con ese país, el empresario mantiene una cercanía especial: su familia es de origen vasco y hoy tiene primos y tíos viviendo en territorio hispano. Uno de sus hijos reside allá.

Dos días después de la celebración, los planes cambiaron radicalmente para el entonces presidente de Consorcio y director de otras siete empresas. El lunes 22,  la Securities & Exchange Commission (SEC), el organismo regulador del mercado estadounidense, acusó a Bilbao de usar información privilegiada para ganar más de US$ 10 millones en la operación de venta de CFR (ex Laboratorios Recalcine) a Laboratorios Abbott, transacción que se anunció en mayo y finalizó en septiembre. La SEC acusó a Bilbao de comprar entre marzo y mayo acciones por US$ 14 millones, cuando aún no eran públicas las negociaciones con Abbott, pero ya se habían discutido en el directorio que él integraba. Según el organismo, Bilbao adquirió los títulos a través de una sociedad creada en las Islas Vírgenes Británicas: Somerton Resources Limited. 

CFR no era una acción desconocida para Bilbao. El ejecutivo entró al directorio en abril de 2011, invitado por su amigo Alejandro Weinstein, entonces controlador y máximo ejecutivo de CFR. Según la memoria de la empresa de 2013, Bilbao tenía el 0,44% de la propiedad. Pero en 2012 y en 2011 había realizado transacciones debidamente informadas. En 2011, su sociedad Yelcho Inmobiliaria compró 28 millones de acciones a $ 85 cada una. En 2012, vendió cada papel a $ 114, logrando una ganancia total de $ 817 millones.

La demanda de la SEC también apunta a Tomás Hurtado Rourke, gerente de inversiones de las tres aseguradoras de Consorcio, director del banco del grupo y director de LarrainVial AGF. Hurtado ganó casi US$ 500 mil, según la SEC. Y esta semana, al igual que Bilbao, renunció a todos sus cargos. 

Bilbao se enteró ese mismo día de la acusación en su contra. "No sabía que lo estaban investigando", asegura un cercano. La demanda, comentan otras fuentes de su entorno, causó sorpresa en socios, familiares y amigos del empresario. "Supieron el mismo lunes 22, cuando se hizo pública la demanda. Todos quedaron descolocados", señalan fuentes consultadas.       

La noticia golpeó con más fuerza al círculo estrecho de Bilbao. La demanda habría provocado sorpresa y molestia en Patricio Parodi, su socio en Consorcio y amigo de la época en que estudiaron en la Universidad Católica. Lo mismo con Alejandro Weinstein. "La noticia sí generó molestia y asombro en amigos y socios, porque ensucia una trayectoria profesional exitosa y mancha a reputadas empresas del mercado", afirman cercanos a Bilbao. 

El martes 23, Bilbao renunció a la presidencia de Consorcio Financiera, las tres aseguradoras del grupo y las mesas directivas de las sociedades anónimas Paz Corp, Blumar, Entel y Watt's. Al dejar todos esos puestos, Bilbao marcó una distancia tajante: "Quiero precisar que estos cargos son de orden estrictamente personal y no tienen ninguna relación con los ámbitos de negocios de ninguna de las empresas antes mencionadas. Por el contrario, sólo se refieren a mi ámbito privado", estampó en una declaración de cuatro párrafos.

Desde ese mismo día, Bilbao está concentrado en su defensa. Para ello, contrató a los abogados Cristóbal y José María Eyzaguirre Baeza, de Claro & Cía. La elección del equipo legal no es casual. Se trata de expertos en litigios y temas corporativos y socios principales de uno de los mayores estudios de abogados del país. Con una nutrida experiencia internacional, un aspecto clave para Bilbao, dado que parte relevante de la arquitectura de su defensa deberá hacerse en Estados Unidos, los hermanos Eyzaguirre han representado a Anglo American en su disputa con Codelco; a la estadounidense AES en la compra de Gener; a los Cueto en la alianza de Lan y Tam; a Citibank en su fusión con el Banco Chile; a la canadiense Hydro-Quebec en la enajenación de Transelec, entre muchas otras operaciones. 

SU RUTA PROFESIONAL

La historia profesional de Juan Bilbao partió con Manuel Cruzat,  en el departamento de estudios Forestal. Siguió con Sebastián Piñera en Citibank y se consolidó tras pasar por Bankers Trust. 

Su camino laboral se cruzó, también, con un grupo de partners que mantiene de la época universitaria: el ex canciller Alfredo Moreno y Francisco Pérez Mackenna, gerente general de Quiñenco, su amigo y compadre. Ambos tienen departamento en el mismo edificio en Las Brisas de Santo Domingo y se juntan regularmente a jugar golf.

Un trío que nació en las aulas de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la UC, en 1976, y que se consolidó en Chicago, cuando partieron a estudiar en los 80. El grupo de la UC lo integraba, además, Alejandro Weinstein. 

Moreno y Bilbao se conocieron en el colegio San Ignacio -el primero iba dos cursos más arriba-, pero sólo se hicieron amigos cuando se encontraron en la UC. Mientras Pérez Mackenna y Bilbao entraron en 1976 a Ingeniería Comercial, Moreno ya estaba en Ingeniería Civil en la misma casa de estudios. Un ex compañero de la época recuerda que el grupo permanente que se juntaba a estudiar lo integraban, también, Fernando Coloma, Felipe Larraín, Fernando Sánchez, Andrés Zabala y Gustavo Subercaseaux. Muchos recuerdan, de esos años, a Bilbao como el showman de la facultad, el animador de todos los eventos, famoso por sus parodias, imitaciones y chistes.

Al regresar a Chile en 1983, Juan Bilbao dictó cátedra en la Facultad de Economía de la UC y fue profesor de Patricio Parodi. Un par de años después, en 1985, Sebastián Piñera los llamó a ambos para que se sumaran a Citicorp. Ahí, Bilbao fue parte de un semillero en el que estaban Patricio Jottar, José Cox e Ignacio Guerrero. Al equipo también llegó a instalarse Pérez Mackenna.

A Bilbao, Piñera lo puso a liderar el área de fondos mutuos de la entidad, donde empezó "a foguearse en el área financiera y a formarse como hábil ejecutivo", destaca un empresario de la época. Piñera lo ha considerado un interlocutor en el mundo privado: en enero de 2012, Bilbao asistió a La Moneda a un almuerzo con el mandatario y varios otros empresarios. 

El banco estadounidense Bankers Trust lo contrató en 1986 como gerente comercial, aunque pronto, el 88, lo nombró gerente general del Consorcio Nacional de Seguros -entonces filial de la norteamericana-, y en 1991 lo ascendió a presidente de esa firma. 

El meteórico ascenso al interior del banco de inversiones estadounidense continuó y en 1995 lo catapultó directo a Nueva York, para hacerse cargo de los negocios del Bankers para América Latina, un área que movía alrededor de US$ 5.000 millones.

Pero el Deustche Bank compró el banco de inversiones norteamericano y las cosas dejaron de ser como a Bilbao le gustaban: ágiles, autónomas, con capacidad para tomar riesgos y con libertad absoluta para manejar los recursos, recuerda un ex ejecutivo que trabajó con él en ese tiempo.

Ya fuera del Bankers y de vuelta en Chile, su primera intención fue mantenerse en el mundo de las finanzas. Compró una acción de la Bolsa y una oficina en Isidora Goyenechea: quería dedicarse a las asesorías y darles tiempo a sus múltiples hobbies. Pero el llamado de Juan Hurtado Vicuña y Eduardo Fernández León cambió su ruta y lo regresó a un viejo conocido: Consorcio, que había sido comprado por la dupla de empresarios. Los nuevos dueños le ofrecieron, junto a Patricio Parodi, seguir encabezando la plana ejecutiva. Bilbao aceptó, pero con la condición de entrar como socio. Así, concretó su ingreso como accionista a través de BP, la sociedad que formó con Parodi. En 2013 tenían un 6,1% de un holding que tenía un patrimonio de US$ 1.229 millones y administra activos por US$ 11.765 millones. Por cierto, una sociedad que nada tuvo que ver, tal como el mismo Bilbao aclaró, con la operación por la cual ahora es acusado.

Aunque es hincha de Unión Española, Bilbao fue accionista de Blanco y Negro, y en marzo de 2006 ingresó a la mesa directiva.

Pese a sus múltiples actividades, a Bilbao no deja de lado uno de sus pasatiempos favoritos: la caza. Tal es el gusto que tiene por esta práctica, que todos los que han compartido con él una mesa de negociaciones, un seminario o un cóctel lo han escuchado hablar de sus hazañas en estas lides. Incluso, para practicar este deporte ha viajado a Africa, a la selva del Paraná, en Brasil, y suele hacerlo con habitualidad en Córdoba, Argentina. Bilbao, además, tiene su propio coto de caza en su campo de San Rafael, cerca de Talca. Ahí destinó 400 hectáreas a la cacería de liebres y otras 350 hectáreas a la de ciervos. Ahí invita, por cierto, también a sus amigos.

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