Ex contratista de Marina mata a 12 personas en peor ataque en área de Washington desde 2001
El atacante, quien también murió en el tiroteo, trabajó en la Navy Yard, la sede más antigua de la Marina estadounidense. La policía cree que Aaron Alexis, de 34 años, actuó solo.
El Navy Yard de Washington es el centro militar más antiguo de la Marina de EE.UU. Fue creado en 1799, hoy es la sede de la Dirección General de las Operaciones Navales y está a sólo cuatro kilómetros de la Casa Blanca, en una de las riberas del río Anacostia. Incluso, alberga la residencia del jefe del Estado Mayor de la Marina, almirante Jonathan Breenert, por lo que la seguridad opera al máximo. Pero ayer, todos los resguardos fueron pocos y las falencias quedaron al descubierto, cuando pasadas las ocho de la mañana, un hombre disparó a quemarropa al interior del recinto. El hecho dejó al menos 13 muertos -incluido el atacante- y 12 heridos.
El individuo, identificado como Aaron Alexis, de 34 años, perpetró la masacre con un rifle de asalto AR-15, una escopeta y una pistola semiautomática. Hasta anoche había más dudas que certezas sobre esta matanza, que pone en tela de juicio la seguridad en una de las ciudades más protegidas del mundo y ocurre a cinco meses de las bombas en el maratón de Boston, en abril, y a 10 meses del tiroteo en la escuela de Newtown, en diciembre de 2012.
Alexis, oriundo de la ciudad texana de Fort Worth y ex contratista de la Marina, resultó muerto tras el ataque y la policía afirmó, esta madrugada, que habría actuado solo, pese a que antes habían dicho que buscaban a un posible segundo sospechoso.
El tiroteo se convirtió en el incidente más grave al interior de una instalación militar desde el ataque de Fort Hood, en Texas, donde 13 personas perdieron la vida en 2009, y en el más grave en el área de Washington desde el ataque contra el Pentágono, el 11 de septiembre de 2001.
Según el diario The Washington Post, Alexis se habría graduado de la Marina en 2007, institución en la que habría trabajado como eléctrico hasta ser dado de baja en enero de 2011, tras ser detenido en septiembre de 2010, por disparar en Fort Worth. También tuvo un incidente similar en 2004 en Seattle.
El atacante, que -según The Washington Post- profesaba el budismo, vestía ropa militar cuando comenzó a disparar ayer en todas direcciones, en el edificio 197 de la base.
"Fue una locura", coincidieron los testigos. Siete minutos después de que Alexis comenzara a disparar, llegaron los oficiales de policía al lugar de los hechos. Luego, el caos: agentes del FBI, unidades de la Marina, soldados y helicópteros intentando proteger a las más de 16 mil personas que trabajan en el recinto, ubicado en el sur de la capital estadounidense.
DETECTOR DE METALES
Según un analista de programas citado por la agencia AP, el atacante disparó desde el balcón de un cuarto piso hacia una cafetería localizada en el primero. Según indicó anoche el FBI, Alexis utilizó un pase válido para ingresar al centro militar.
De acuerdo con la agencia alemana Dpa, los familiares y amigos de quienes trabajan en el Navy Yard buscaron desesperados informaciones tras los primeros reportes.
Sin embargo, la Marina prohibió el uso de celulares, con lo cual muchos estuvieron marcando interminablemente números que no lograban comunicarlos.
El Presidente Barack Obama calificó el ataque como un "acto cobarde. Nos encontramos otra vez ante un tiroteo generalizado", se lamentó el mandatario.
"Haremos lo posible para que, quien sea que realizó esto, sea responsabilizado", advirtió Obama.
A raíz del incidente, los vuelos del aeropuerto local Ronald Reagan fueron cancelados por casi dos horas.
A su vez, fue cerrado el Congreso y las autoridades locales suspendieron el partido de béisbol de los Washington Nationals contra los Atlanta Braves, que debía disputarse en la capital.
Las escuelas y autobuses tuvieron protección adicional y el transporte público cambió su recorrido.
Poco después, además, un alerta de seguridad obligó a cerrar por algunos momentos la Casa Blanca, luego de que un hombre arrojara petardos afuera de sus portones.
La noticia fue confirmada por el portavoz del Servicio Secreto, Edwin Donovan, quien desvirtuó los informes iniciales en orden a que se produjeron disparos.
Según testigos, los agentes de ese organismo inmovilizaron a un hombre en el suelo después del incidente.
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