Felipe Aguilar despide a su caddie tras un yerro fatal

A mediados de 2009, Felipe Aguilar supo que el argentino Rafael Echeñique había despedido, como era su costumbre, a otro caddie. Lo había visto antes, tenía algunas referencias y no lo dudó: contrató a Omar Peralta, también transandino, ex golfista profesional, ex asistente de Daniel Vancsik y conocido como Tony Manero.

En el debut, anotaron dos rondas de 66 golpes en el BMW International Open, en Munich. La nueva dupla fue cuarta y el golfista chileno sumó 78.700 euros.

Partía una relación que sería larga. Sin ir más lejos, compartieron la alegría este año de ganar en Singapur el segundo torneo en el historial del valdiviano.

Pero todo terminaría mal.

Sábado 15 por la mañana en Antalya, sede del Turkish Airlines Open. Aguilar y Peralta no pudieron terminar el viernes su segunda ronda y se preparaban para jugar en 15 minutos más los últimos cuatro hoyos. "Cántame las yardas del primer hoyo", le pide Aguilar, aun en los lockers. "Son 224", contesta el caddie. "No tengo fierro para eso, el híbrido no sirve y con el fierro cuatro me voy a pasar", se quejaba el valdiviano. Vino entonces el consejo de Peralta: "Cambiemos, pongamos el fierro 3 y saquemos el 4".

Aguilar dudó. Antes de cada ronda, en todos los circuitos, los jugadores informan cuáles serán los 14 palos que llevarán consigo. Pueden modificar la lista en la ronda siguiente si quieren. Eso lo confundió. "La culpa es mutua, porque yo le creí. El me dijo que estaba seguro de que se podía", dice el chileno.

Salieron a jugar. El valdiviano pegó con el palo de la discordia y hasta le comentó a sus compañeros de ronda estar satisfecho por haber metido ese palo a la bolsa. Inmediatamente, uno de sus partners le advirtió que eso no se podía hacer. La duda persistió hasta que el grupo finalizó esa segunda ronda.

El nacional se acercó al director del torneo, el español Miguel Vidaor, y le contó lo ocurrido. El hispano hizo la consulta y descalificó a Aguilar. Ahí, en pleno campo, delante de los mejores jugadores del circuito, el chileno y el argentino tuvieron un fuerte diálogo. Fuerte.

Al rato, Vidaor volvió y le aclaró a Aguilar que se había equivocado, que la pena correcta era de dos golpes de castigo por cada hoyo que jugara con el palo cambiado en la bolsa, con un máximo de cuatro palos de castigo, que fue lo que recibió el sureño. Peor aún: su tee time para la tercera manga era en seis minutos más.

El castigo es inapelable y podría haberlo desmoralizado, pero Aguilar se jugaba la clasificación a la Final de Dubai (ver recuadro).

Salió, entonces, a jugar la tercera ronda, con el mismo Peralta como ayudante, pese a que las normas no prohiben cambiar al caddie, incluso en medio de una jornada.

"El castigo fue justo, cometí un error. Él me dijo que se podía y yo le dije que cambiara el palo. Él no reconoció su error y se fue despedido", aclara el valdiviano sobre el motivo de fondo de la desvinculación. Y tiempo tuvo, pues Aguilar esperó hasta el lunes la disculpa del argentino, la que nunca llegó. Ese día lo despidió.

¿Está Aguilar en busca de un nuevo caddie? Dice que no.

Aguilar, a la espera de que corra la lista 

Aguilar se jugaba en Turquía la clasificación a la Final del circuito, en Dubai . Llegaba 58º en el ranking y si caía tres ubicaciones se quedaba fuera. Finalizó 64º ese torneo, lo que le significó bajar a la 62ª casilla del ranking. El golfista igual está en Dubai, pues incluso hoy podrían avisarle si entra al campeonato, pues es el primer suplente.