La intensa noche de Gary Medel: Se peleó hasta con sus compañeros

El Pitbull discutió con Alexis Sánchez y tuvo fuertes encontrones con Edinson Cavani. Una torpeza suya, además, le costó a Chile el empate parcial antes de irse al descanso.




A veces, la guapeza se confunde con torpeza. Todo para justificar un personaje que muchas veces sólo sirve para divertir a la tribuna. El tema es que cuando no se controla, termina jugando en contra.

Gary Medel personifica quizás más fielmente en esta Selección este tipo de comportamiento en el fútbol. Tipo guapo como pocos en la cancha, sacó chapa de ídolo nacional al jugar casi en una pierna un partido de octavos de final ante Brasil. La imagen del Pitbull desconsolado en el Mineirao, tras haber resistido más de 110 minutos con un desgarro, le valió, incluso, un reconocimiento del Ejército.

Pero así como tiene esas demostraciones de valentía, también luce de las otras, las que terminan perjudicando al equipo. Pero, fundamentalmente, al propio Medel.

De lo contrario, no se explica su reacción sobre el filo del primer tiempo, cuando tras cometerle una falta a Álvaro Pereira, sobre la línea de costado, quiso ir más allá y lo encaró por exagerar la caída. Hasta ahí, todo casi normal, sobre todo porque quedaba poco para irse a camarines.

La tarjeta amarilla de Carlos Vera parecía ser el corolario para la escena. Pero el jugador de Inter de Milan todavía tenía ganas de seguir discutiendo. Entonces, cuando se le acercó Edinson Cavani para calmarlo, de muy buena manera, el Pitbull no sólo no le aceptó sus palabras, sino que se le fue encima, con ganas de noquearlo con una mano.

En ese minuto se hizo inevitable recordar lo sucedido en esa misma cancha, hace dos años, justamente la última vez que Medel estuvo en ese campo de juego. Aquel día, ante Colombia, en septiembre de 2012, se iría expulsado por un golpe hacia un rival, sin explicación lógica, en la mitad de la cancha. La desventaja numérica le terminaría pasando la cuenta a Chile, que cayó 3-1.

Como esa tarde, esto también era evitable. Tanto como el gol que se gestó justamente por esa infracción. La reacción de Medel sacó de concentración a un equipo que, hasta ese minuto, lucía casi perfecto. Sin fallas, en una de sus mejores versiones del año, tomando en cuenta los galones del rival. Sin embargo, la defensa corporativa hacia su compañero los sacó del partido, sobre todo a Arturo Vidal, que perdió la marca de Diego Rolán, autor del 1-1 parcial.

La reprimenda de Sánchez

Todos miraron a Medel, pero sólo Sánchez tuvo la valentía para ir de frente. Lo miró cara a cara y le recriminó su comportamiento. El zaguero de la Roja no se quedó atrás y, tal como a Cavani, le respondió duro. Sólo sus compañeros lograron evitar que el incidente no pasara a mayores.

Fuera de control, el Pitbull intentaba justificarse delante de sus compañeros de que nadie le venía a levantar la voz. Ni rivales ni compañeros. La mayoría sólo lo miraba en silencio, mientras Claudio Bravo lo trataba de llevar hacia un lado. Al capitán sí lo respeta.

Aquella jugada marcaría el declive de Chile. Ni siquiera el descanso volvió a poner en su lugar a un equipo que tuvo 44 minutos a un gran nivel. Más allá de jugar casi siempre en terreno rival, ya no se veía la misma fluidez ni intensidad, las que no volverían a apreciarse en el Monumental. La gente se dio cuenta.

Para colmo, Medel seguiría siendo protagonista. Y otra vez con Cavani como rival. Primero, magnificando un manotazo en la cara, tratando de hacerle creer el árbitro que le habían disparado en la sien. Al rato, sí cobró duro, pero su rival apenas sería amonestado, cuando correspondía roja.

Medel pagaba en su ley una noche en la que volvió a ser traicionado por el personaje que lleva dentro. Chile terminaría pagando caro ese arrebato del primer tiempo y  el jugador se llevaría de recuerdo una gran reprimenda de Sánchez y un codazo en pleno rostro por parte de Cavani. Así, todo lo bueno que había hecho en 44 minutos, quedarían en el olvido. Todo por confundir la guapeza con la torpeza.

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