La otra selección que Bielsa hace de Chile
Una especial visita tuvo Marcelo Bielsa esta semana en su claustro en el complejo Juan Pinto Durán. Luego del 1-0 ante Ecuador, con el que cerró la mejor participación histórica de Chile en las Eliminatorias, y mientras los jugadores del seleccionado abandonaban el país, sus hijas, Inés y Mercedes, llegaron de Argentina para compartir con el técnico. El hecho es inusual, pues es él quien viaja frecuentemente a Rosario, su ciudad natal, para visitar a la familia y retomar sus costumbres y hobbies, como el café y la lectura de diarios en algún local, las cenas con los escasos amigos que tiene en su país, o visitas al estadio a ver a Newell's Old Boys, club del que es hincha.
La frecuencia con que hoy viaja a Argentina, comentan en su círculo íntimo, es mucho menor que la de un comienzo, tras su arribo a Santiago en agosto de 2007. Esto, en gran medida, por un creciente acostumbramiento a la capital chilena y la comodidad que de a poco ha ido sintiendo. Si antes solía viajar a su país luego de las fechas de Eliminatorias, esta vez, cuenta uno de sus amigos, no lo hizo: "Pensé que ya estaba en Argentina, porque el domingo se celebra a su madre y además juega Newell´s con Estudiantes, pero aún estaba en Chile y recién iba a evaluar la posibilidad de viajar", comenta.
Fiel a su estilo meticuloso, desde antes de llegar a Chile, Bielsa se preocupó de interiorizarse del país en diversos temas, más allá de los netamente futbolísticos: contactó a varios de sus conocidos que habían trabajado en Chile y les preguntó por asuntos básicos, como el sistema de salud, de transportes o la calidad de vida en la capital. Una vez en Santiago, continuó con el aprendizaje. En su entorno aseguran que vio la serie "Grandes Chilenos" y que encontró en la película "Fiesta Patria", filme de Luis R. Vera que ha sido considerado por la crítica como un retrato social del Chile actual, un relato testimonial que va desde el régimen militar hasta hoy.
TRABAJAR EN CHILE O SUIZA
El país no le era desconocido, pues en 1992, durante una visita a Santiago como técnico de Newell's para jugar por Copa Libertadores con la Universidad Católica, recorrió la ciudad, destacó sus cualidades y se deslumbró con el complejo de la UC en San Carlos de Apoquindo. "Encontró que la ciudad era limpia, segura, ordenada y años después, en conversaciones, decía que no olvidaba San Carlos", recuerda Ricardo Lunari, ex jugador de ese plantel de Newell's y posterior figura de la Católica. Incluso fue más allá y en una entrevista a la revista Minuto 90 dijo: "Me gustaría dirigir apenas en dos partes del mundo: Suiza y Chile, que son dos países moderados".
Hoy y luego de más de dos años viviendo en Chile, Bielsa ha elogiado con amigos y cercanos algunos rasgos del país y de su gente, impresión que se basa en la comparación que hace con aspectos que considera negativos de Argentina. Uno de los temas que el adiestrador ha destacado es la eficiencia, algo que según quienes lo conocen, le obsesiona tanto en su vida personal, como en el fútbol. Según contó a un cercano, una de las cosas que más le llamaron la atención fue cuando concurrió a un local comercial de la Alameda a comprar un electrodoméstico: "Se sorprendió de que el tipo que lo recibió fue el que lo llevó al producto, esperó que se decidiera, lo llevó a la caja y le cobró, le pareció un sistema eficiente", dice uno de sus amigos en Argentina. También recuerda que para Bielsa la ineficiencia incluso le molestaba cuando era joven y poseía una Renoleta: consideraba ineficiente y una pérdida de tiempo, por ejemplo, tener que cerrarla con llave.
Ante sus amigos en Argentina, uno de los motivos que Bielsa ha esgrimido para sentirse cómodo es porque cree que Chile calza con su personalidad: "Es una combinación afortunada entre sus valores y algunos rasgos de conducta que aquí eran motivo de crítica", relata un cercano. Como ejemplo, cita el bajo perfil del entrenador. Mientras en Buenos Aires ser reservado le valió críticas, en Chile siente que se respeta su silencio y su obsesión por la planificación.
El técnico ha recurrido al lenguaje futbolístico para referirse a lo que le gusta de Chile: mientras en Santiago, dice, es posible trabajar a largo plazo, en su país se va planificando "partido a partido". También ha destacado del país la forma en que, a su juicio, los compromisos adquiridos se cumplen, tanto de palabra como contractuales. Eso incluye los negocios, con el Estado o entre particulares, en los que, según Bielsa, Chile da garantías. Por eso le recomendó a Hugo Chavarrieta -uno de los parrilleros más importantes de Buenos Aires y dueño de un restorán que el seleccionador visita con frecuencia durante sus viajes a la capital argentina-, instalar una sucursal de su negocio en Santiago. "Está muy contento, describe a Chile como un país serio y él y miembros de su cuerpo técnico me invitaron a que abriera una parrilla allá", dice Chavarrieta.
Ese rasgo es el que Bielsa, según ha comentado a sus amigos, encontró en la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP). Hace un mes, durante un foro comercial en Sao Paulo, el hermano del entrenador, el ex canciller argentino Rafael Bielsa, se acercó a la Presidenta Bachelet para comentarle que su hermano sentía "mucho respeto" por la seriedad de los dirigentes y que consideraba que no había encontrado en ningún otro lugar las facultades que se le dieron para trabajar en Chile. Esto, pese a que si bien ha mantenido sintonía con la mesa que lidera Harold Mayne-Nicholls, durante su permanencia en Chile sumó dos desencuentros con la ANFP. El primero, cuando por detalles contractuales decidió mantener su sueldo congelado y sólo lo cobró en marzo de este año. El segundo, en noviembre de 2008, cuando no se sintió respaldado ante la protesta de los clubes que no querían ceder jugadores para el partido ante España. En ese momento amenazó con la renuncia.
MENOS INVASIVOS
No hay ningún indicio de que Bielsa se esté proyectando a muy largo plazo en Chile. Sigue viviendo en el complejo de Pinto Durán y -a diferencia de algunos de sus asesores- mantiene a su familia en Argentina y no tiene intenciones de trasladarla.
A ellos y a sus amigos, el DT ha comentado algunos aspectos de la personalidad de los chilenos que considera similares a su propia manera de ser. Considera que la gente de la calle es respetuosa, no invasiva y que en general se le permite realizar su trabajo sin críticas infundadas. El DT ha dicho que no se ha sentido -al menos hasta antes de la clasificación- acosado por la ciudadanía durante sus esporádicas salidas a comer a restoranes -entre sus favoritos, uno de comida italiana en Bellavista-, sus paseos por la feria cercana a Pinto Durán o sus idas al cine.
Del mismo modo, ha comentado el entrenador, quienes lo saludan no le exigen formaciones -como estaba acostumbrado en Argentina- o le cuestiona los planteamientos que realiza en cancha. "No le dicen por qué no puso a Isla más adelantado o ese tipo de cosas", asegura uno de sus amigos desde Argentina: "Acá todos se sienten con el derecho de opinar de todo".
Otro aspecto de la sociedad chilena que Bielsa ha descrito a su entorno en Argentina, es que piensa que la mayoría de los chilenos entiende qué tiene que hacer, trata de hacerlo o perserveran hasta lograrlo, según comenta un cercano. En un restaurante, agrega como ejemplo la misma fuente, "el que lo atiende lo hace de la mejor forma posible, no es alguien que quería ser físico en EE.UU y le habla de eso, como sucedería en Argentina", comenta.
La sobreexposición nunca le ha acomodado. Pese a algunos incidentes iniciales, como cuando lo filmaron andando en bicicleta en una gira europea, se ha sentido respetado. Un amigo comenta que, más allá de los resultados, lo ha visto "feliz como no lo veía hace mucho tiempo". En la charla que dictó sobre conducción en el Hyatt en agosto, Bielsa dijo que "para ganar es necesario ser querido, no ser querido por que se ganó". "Esa fue una alusión directa a Chile, nunca dijo algo así", asegura un cercano desde Rosario.
Esta cercanía ha generado, por ejemplo, que Bielsa haya cambiado algunas costumbres. Pese a que su vida social es escasa, en Rosario dicen que es mucha comparada con la que tenía allá. "Desde que comenzó a entrenar profesionalmente, nunca fue al teatro en Argentina", dicen en su entorno respecto a una de sus nuevas aficiones. Una de las obras que fue a ver durante este año lo hizo pensar en su actitud hacia la prensa. Una vez finalizada la obra, el director invitó a los asistentes a preguntar y Bielsa aprovechó la ocasión. Para su sorpresa, el director consideró la pregunta inapropiada. "De forma amable, le hizo sentir que su pregunta era una imbecilidad y Marcelo reflexionó sobre el juicio que a veces le merecen las preguntas de los periodistas", narra uno de sus amigos
Al igual que lo hizo en Argentina, el adiestrador se ha preocupado de construir lazos con muchos colaboradores anónimos, a quienes agradeció en la conferencia tras la clasificación a Sudáfrica. Pero no sólo se quedó en eso: el jueves les ofreció una comida en Pinto Durán para 20 personas, como una forma de agradecerles.
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