Laurence Golborne: "Nuestra política social debe ir orientada a la clase media emergente aún vulnerable"
Laurence Golborne, candidato presidencial de la UDI, asegura que no necesita "una reforma tributaria" para llevar adelante su programa de gobierno, que no cree en un Estado benefactor y que es importante hacer participar a todos del desarrollo.
No para en estos días Laurence Golborne Riveros (51 años ), candidato presidencial de la UDI. Incluso confidencia que si bien a lo largo de su vida ha trabajado a ritmos intensos, los requerimientos de la campaña imponen un estandar mayor. Tras una reunión con asesores en su comando temporal -en marzo se irían al definitivo-, cambia el "switch" y se concentra para entregar el rayado de cancha de su mirada y convicciones económicas. De entrada se define como un hombre de pensamiento de centroderecha, que cree en la libertad de emprender, en el esfuerzo personal y no en un estado benefactor que entregue apoyo a cambio de nada. Desde esa óptica, estima que en Chile la gente no está "cansada" del modelo económico, sino que por el contrario, quiere más de él.
Si bien señala que es un imperativo moral seguir luchando contra la pobreza, anticipa que un foco esencial de la política social de su eventual gobierno estará centrado en la clase media emergente que todavía requiere apoyo del estado para no volver atrás.
¿Cuáles serán las prioridades económicas de su gobierno si llega a la presidencia?
Existen tres ejes en nuestro programa de gobierno. El ámbito de la movilidad social, que apunta a dar las condiciones para que las personas progresen y tengan bienestar en lo material. Incluye educación, emprendimiento y vivienda digna, entre otros elementos. Un segundo eje se centra en condiciones para la felicidad. Queremos que las personas tengan las condiciones para realizarse y eso va de la mano de la tranquilidad: de no ser asaltadas en sus casas, de tener un sistema de salud que ante una emergencia responde, etc. El tercer aspecto tiene que ver con una economía que permite llevar adelante tanto la movilidad social como las condiciones para la felicidad. Una economía que crece, diversificada y productiva, con alta capacidad de adaptación a los tiempos modernos.
Pero dentro de ese conjunto de objetivos, ¿dónde estarán los énfasis económicos?
La economía no es un fin, es un medio. Nuestro fin es que la sociedad sea mejor. Históricamente en la centroderecha, cuando tratamos estas materias, tendemos a centrar nuestro discurso en un tema netamente económico. Nosotros no queremos crecer por crecer. Apuntamos a una sociedad más desarrollada desde el punto de vista social y para ello necesitamos los recursos económicos. Dentro de eso queremos poner el foco en la capacitación para la productividad, en innovación y en emprendimiento. Necesitamos además fortalecer la institucionalidad, para que sea respetada por todos los actores sociales. Asimismo, es muy importante hacer participar de este desarrollo social a todos los sectores: gremios, trabajadores, empresarios, estudiantes. Eso no significa que no debamos poner acento en quienes no cumplen las reglas del juego, en quienes traten de violar nuestra institucionalidad. Esas personas deben ser sancionadas, pero como en todas las actividades existen buenos y malos empresarios, trabajadores, políticos, académicos. No se debe estigmatizar.
Hernán Buchi dijo que en las próximas elecciones se juegan las bases del progreso que ha tenido Chile. ¿Comparte esa visión?
Creo que la elección del 2013 es una de las más importantes de los últimos 20 años. Se van a contrastar dos visiones distintas de la sociedad. La visión económica que va a presentar nuestra candidatura está basada en la libertad, en el emprendimiento, en la creación de valor. Con un Estado que nivela la cancha y que entrega las condiciones para que las personas se desarrollen desde el punto de vista material. Esto se va a contraponer con una visión más de izquierda de la Concertación, asociada a una redistribución potenciada por una reforma tributaria. Van a plantear reformas en los ámbitos laboral, de salud y educación, con los mismos propósitos nuestros, pero con mecanismos ideológicamente distintos. Yo creo en la libertad, en que el emprendimiento es el motor de la creación de valor, que tenemos que nivelar las condiciones para que todas las personas puedan participar de ese desarrollo, pero que son las personas las que generan su propio bienestar. No creo en un Estado benefactor, en un Estado a través del cual se beneficie a las personas, pero sin pedir un esfuerzo individual adicional. Esta vez vamos a ver propuestas muy diferentes.
Pero si uno le pregunta a los empresarios, no ven grandes diferencia en un gobierno de un signo o del otro…
Discrepo con esa visión, porque lo que veo hoy en el conglomerado de la Concertación más el Partido Comunista, es un cuestionamiento a las bases del modelo que nos ha dado 30 años de desarrollo. Por eso decía que esta elección es bastante más importante que la anterior. No da lo mismo quien gobierne, ni quién legisle. Se trata de una elección fundamental para el futuro del país.
¿Cree que parte de la ciudadanía comparte ese cuestionamiento al modelo de desarrollo?
A nivel político hay algunos que creen que el modelo ha sido capaz de generar valor, bienestar y crecimiento para el país, y otros que creen que el modelo sólo ha generado desigualdad. Ciertamente las desigualdades se producen y tenemos que avanzar hacia una mayor equidad y justicia para que el desarrollo les llegue a todos. Pero pensar que la base del modelo es la génesis de la desigualdad, es una diferencia filosófica profunda. En ese sentido, tendremos que ver quién gana la batalla de las ideas a nivel de la Concertación y del Partido Comunista. En cuanto a la gente, estoy convencido que no está cansada del modelo de libre mercado, sino que quieren más del modelo. Lo que hay es un cuestionamiento a cómo vamos continuar este proceso de desarrollo y cómo logramos que este modelo nos dé bienestar a todos. Cómo logramos que ese bienestar no sólo se traduzca en elementos económicos, sino también en otros elementos de calidad de vida. Nuestro modelo de 30 años no ha estado centrado en la tranquilidad ni en la felicidad. Su foco ha sido la productividad. Nosotros queremos cambiar esa propuesta y ponderar en mayor proporción la tranquilidad y bienestar de las personas. No caer en una carrera continua por tener más, producir más y generar más riquezas. También tenemos que generar más felicidad. Yo no quiero que una persona trabaje 60 ó 70 horas a la semana, quiero que trabaje lo justo y tenga tiempo para su familia, para la recreación. Eso tiene que ver con un enfoque distinto de cómo hacemos una mejor sociedad.
En la derecha también se ha hablado de la batalla de las ideas. En un reciente libro que usted prologó, Jovino Novoa critica al Gobierno por tomar banderas de la Concertación.
El presidente planteó un programa de gobierno de centroderecha y lo ha ido cumpliendo a cabalidad. Por tanto, no soy partícipe de esas críticas, y tal como he dicho, en materia de lealtades no me pierdo. He sido ministro en tres carteras de este Gobierno y me hago cargo de sus aciertos, que han sido muchos, y también de eventuales errores.
¿Cómo abordará la relación con el empresariado?
Los emprendedores son la base del desarrollo económico del país y tenemos que potenciarlos en todos sus niveles, partiendo por las empresas más pequeñas hasta las más grandes. En una economía de mercado, libre, la competencia es la clave y por lo tanto no se pueden permitir situaciones de abuso contra la competencia. Situaciones como las que hemos visto en el pasado tienen que sancionarse drásticamente sin estigmatizar a nadie, porque las faltan las cometen personas, pero el sistema debe protegerse de manera tal que quién la hace la debe pagar. Para eso tiene que haber una institucionalidad clara, con un sistema legal que funciona y donde los castigos son acordes a la falta que se comete. Cuando un sector de la economía o un grupo de poder ejerce una presión indebida o se colude, eso debe ser sancionado drásticamente. Lo mismo cuando hay faltas a la fe pública como ocurrió en el caso de La Polar. Casos como La Polar desvirtúan el sistema completo.
¿En su eventual gobierno podría enfrentar un test de independencia del sector empresarial por provenir de él?
De ninguna manera, no creo que vaya a pasar ningún test. Soy una persona independiente, lo he sido toda la vida, he trabajado en 10 empresas distintas como empleado de ellas y no tengo que dar ninguna prueba a nadie. Lo que sí tiene que haber es una absoluta transparencia en los intereses, en los vínculos desde el punto de vista patrimonial. Y en mi caso ha sido así como ministro de Estado y lo sería como Presidente.
PIB e impuestos
¿Cuál va a ser su estrategia para impulsar el crecimiento económico del país?
Dar las condiciones para que el emprendimiento privado tenga el campo de acción adecuado para generar ese crecimiento. En ese sentido, la agenda pro competitividad es esencial y hay que profundizarla. Dentro de ello es fundamental reducir la burocracia estatal, que es una carga para la economía y mucho más para las pymes.
¿Pretende elevar el PIB potencial que sigue en torno a 5%?
Para llevarlo al 6% necesitamos una inversión del 28% del PIB por año. Hemos pasado de tasas del 22%- 23% a 24%-25%. Debemos establecer los mecanismos para alcanzar ese 28% de inversión. Es un desafío fundamental que voy a impulsar con fuerza.
¿Se fijará una meta de crecimiento promedio en su período como hizo Piñera, que apuntó al 6%?
Más que un número específico, hay que plantearse metas en función relativa a lo que es el crecimiento del mundo y de Latinoamérica. Si nosotros nos planteamos crecer entre 1% y 2% por encima de la expansión de Latinoamérica o el mundo, debiésemos estar con una meta ambiciosa y razonable.
¿A ese ritmo se alcanzaría el desarrollo en su eventual gobierno?
No me gusta hablar del desarrollo como una cifra del PIB. No es sólo llegar a US$ 25mil dólares per cápita. El desarrollo de un país se debe medir también en otras variables y creo que aún estamos lejos. Está relacionado al desarrollo social. Eso significa reducir elementos de desigualdad y de injusticia, pero también significa aumentar los niveles de civilidad. Yo no quiero hablar de un Chile desarrollado a menos que tengamos esas tres dimensiones: un ingreso per cápita importante, buenos índices del punto de vista social y equidad, y una sociedad que respeta a los demás.
¿Impulsará una reforma laboral? ¿Se jugará por buscar los consensos para ello?
Nuestro país ha hecho una tremenda labor en generación de empleos, ahora el desafío será generar mejores empleos. Falta profundizar mayores y mejores condiciones laborales para jóvenes, mujeres jefas de hogar y personas de tercera edad que quieren trabajar. El foco se centrará en ellos a través de capacitación para el trabajo y manejo de condiciones que compatibilicen sus necesidades con la de los empleadores. Hay que promover también que los trabajadores se organicen en buenos sindicatos, grandes y con capacidad de negociación más amplias que las que ahora faculta la ley. Todo esto requiere consensos en el mundo político, laboral y empresarial, y los impulsaremos con fuerza dado que existe comunidad de intereses en esta dirección. Es el tiempo de avanzar en acuerdos concretos.
¿Su política social apuntará a los más desposeídos o pretende abarcar también a la clase media?
Va a apuntar hacia la tranquilidad de las personas y en ese sentido el imperativo moral de luchar contra la pobreza va a ser una prioridad. Sin embargo, la fuerza de nuestra política social debe ir orientada a esa clase media emergente que ha salido de la pobreza de acuerdo a los indicadores, pero que aún está en una situación de tremenda vulnerabilidad. No puede ocurrir lo que me cuentan cuando estoy en terreno en la población Pedro Aguirre Cerda: "Mire yo arreglé mi casa, le puse reja, la pinté, vinieron las visitadoras sociales y ahora no tengo ningún tipo de ayuda". No debemos olvidarnos de quienes aún requieren un sustento un apoyo para no volver atrás. Ese foco es el desafío que tenemos como país y hacia él hay que orientar las políticas, para evitar la frustración y la sensación de que nuestro modelo de desarrollo no genera las condiciones de estabilidad y de tranquilidad que las personas necesitan.
¿Cómo financiará los recursos para ello? ¿Tocará los impuestos?
Los impuestos son una herramienta y no un fin en sí mismo. Lo que queremos hacer es plantear nuestro programa de gobierno y definir las materias a realizar, para luego analizar de qué recursos disponemos y cuánto más necesitamos. Pero desde ya les digo que hay distintas fuentes de financiamiento. Además del crecimiento, el país tiene capacidad de endeudamiento, de efectuar mejoras en la recaudación, y espacio para una mayor eficiencia. Hoy tenemos un presupuesto público cercano a US$ 65.000 millones. Un 1% de mayor eficiencia del Estado nos permitiría contar con US$ 650 millones de dólares para gasto social. Yo he trabajado en el Estado y les digo que se puede hacer.
¿Eso significa que no se requiere una nueva reforma tributaria como plantea la Concertación?
No considero que sea necesaria una reforma tributaria para llevar adelante nuestro programa de gobierno. Se acaba de hacer una y hay que ver cómo funciona y cuál es su efecto. El tema tributario no es un tabú, pero hay que mirarlo con especial atención por los impactos que genera sobre la actividad económica. No podemos pensar que el crecimiento del país está garantizado.
En el plano fiscal este gobierno cerrará con un déficit estructural de 1% del PIB. ¿Volverá a 0%?
Este gobierno recibió un déficit del 3% y lo llevó al 1%. Nuestra posición va a ser mantener ese nivel de déficit.
Y en materia de pobreza, ¿a cuánto buscará reducir su tasa?
El presidente Piñera ha anunciado el término de la extrema pobreza. Nosotros tendremos que apuntar a reducir la pobreza a una meta ambiciosa, pero realista. Queremos mejorar la educación pre- básica, básica y media, y la salud primaria entre otras muchas cosas. Todo eso va a demandar recursos significativos. Entonces, yo voy a entregarle al país un programa de gobierno que le permita soñar, pero que mantenga los pies en la tierra. No es posible reducir la pobreza a 0% en los próximos 4 años, si queremos hacer las otras cosas simultáneamente. Nuestra meta tiene que ser coherente con un presupuesto y los ingresos fiscales del período.
"Hay que avanzar en tener una base de energía termoeléctrica"
EN caso de ser elegido, ¿qué tan relevante será superar todos los problemas energéticos? La energía es clave para la competitividad de la economía y Chile tiene los costos más altos de América. Eso impacta a las grandes empresas, pymes y hogares. Las personas pagan cuentas de luz muy caras.
Para resolver el problema se deben usar varias vías. Una es la eficiencia energética. La pequeña industria, que tiene un motor eléctrico que consume mucho, porque es de los 70 u 80, podría usar tecnología moderna e invertir para obtener uno que gaste la mitad o un cuarto. Hoy no tenemos mecanismos que ayuden e incentivar el recambio. Lo segundo es desarrollar proyectos de envergadura. Debemos llegar a un consenso amplio que nos permita avanzar en una matriz energética de largo plazo.
Las bases técnicas de ese acuerdo están en el documento del Consejo Asesor de Desarrollo Eléctrico que creé cuando era ministro de Energía. Ahí hay un elemento muy valioso para poder llegar ahora a consensos políticos.
¿Qué energía privilegiará?
Hay que avanzar fuertemente en tener una base de desarrollo termoeléctrico (gas y carbón), como en el resto de los países. En el mundo, las plantas de carbón son viables, incluso en medio de ciudades, con las condiciones de control medioambiental adecuadas. Esto involucra inversiones, como precipitadores y filtros. Además, hay que aprovechar las capacidades hidroeléctricas al máximo a través de grandes y pequeños proyectos. Una tercera fuente son las energías renovables no convencionales. Debemos elaborar políticas para que tengan elementos de competitividad adecuados.
Pero la ciudadanía se opone a casi todos los proyectos eléctricos.
Debemos hacer un trabajo de educación. No hay una tecnología que sea mala o buena per sé. Todas tienen impacto en el medioambiente. Lo que debemos definir es qué tipos de impactos son los que la sociedad está dispuesta a aceptar y en base a esos criterios definir qué obras se realizarán. Además, debemos establecer mecanismos para que los proyectos puedan llevarse adelante y que nuestra institucionalidad sea suficientemente robusta para que una empresa que cumplió con las normas y obtuvo sus permisos tenga la tranquilidad de que eso va a ocurrir. Pongamos todos los resguardos en la obtención de esos permisos y demos certeza jurídica de que son permisos sólidos.
¿Impulsará HidroAysén?
Estoy dispuesto a impulsar el uso de los recursos naturales de Chile en beneficio de todos los chilenos siempre. Los recursos hidroeléctricos son una bendición que tiene nuestro país. Es energía limpia y barata. Ahora, los proyectos específicos, le corresponde a cada uno de los gestores promoverlos, gestionarlos y sacarlos adelante.
Pero si HidroAysén cumple todos los requisitos, ¿está dispuesto a pagar el costo político de ir adelante con él, pese a que sea impopular?
La clave es respetar la institucionalidad. Si el país estima que debe sacrificar su desarrollo hidroeléctrico en pos de otros objetivos, debemos especificarlo en nuestras normas e institucionalidad. Mientras nuestras leyes permitan que estos proyectos se hagan, como autoridad lo que corresponde es respetar esa institucionalidad.
¿Eso significa que no deberíamos ver en su eventual gobierno un caso como Barrancones?
Los canales para resolver los problemas deben estar definidos de manera institucional y esas son las herramientas que el gobierno debe usar. Si no nos gustan esas herramientas se deben cambiar.
¿El Presidente Piñera no actuó bien?
No me voy a referir a casos específicos. He sido bastante claro en lo que pienso en la materia.
¿Es necesario un mayor nivel de planificación del Estado en energía?
Se requiere cierto nivel de planificación, especialmente en transmisión, que optimice el bien social por sobre el bien privado. Debemos definir más claramente dónde es posible desarrollar qué tipo de proyecto. La clarificación territorial debe seguir y ser parte de la solución de la matriz energética.
¿Retomarán los estudios de la energía nuclear?
Los estudios en esa materia deben mantenerse vigentes. Si bien Chile está muy lejos para llegar a condiciones que permitan la energía nuclear y es difícil que exista una planta antes de 25 años, no puede renunciar a estudiar el tema. Pero faltan muchos años para llegar a tomar una decisión.N
Sistema de pensiones
El perfeccionamiento del sistema de pensiones no escapa a las preocupaciones de Golborne.
Afirma que es una materia a abordar por su eventual gobierno, en el contexto de las "tranquilidades que una persona necesita para ser feliz". Pero aclara que no se debe enfocar el tema de manera equivocada, "pensando que el problema tiene que ver con rentabilidades garantizadas que nadie puede dar, sino darse cuenta que tiene que ver con edades de jubilación, con períodos y montos de cotización y con pensiones garantizadas por el Estado".
En esa línea, considera que una de las aristas más urgentes de solucionar es el de las lagunas previsionales, que presentan un número importante de afiliados a las AFP. "Hoy, hay muchas profesiones y trabajadores que no cotizan durante su vida laboral. Es una materia de la que tenemos que hacernos cargo", enfatiza.
Si bien evita ahondar en medidas específicas y no se pronuncia sobre si propiciará un aumento de la edad de jubilación o del tope imponible como han sugerido algunos expertos, admite que lo más probable es que las posibles soluciones tengan un componente tanto de mayor aporte de las personas como del Estado.
Salud e isapres
En materia de salud, Golborne anticipa que su prioridad será el funcionamiento del sistema público. "La salud privada llega a menos de 20% de la población, el 80% restante vive con otra realidad muy distinta", explica. En ese ámbito, indica que el foco estará puesto en la salud primaria: "Ahí hay una tarea importante en reforzar la calidad de la atención a lo largo de todo el país. Cuando no tenemos una atención primaria de buen nivel, eso redunda en mayores problemas y atochamientos en la atención secundaria y terciaria, donde los costos son dos o tres veces más altos".
En cuanto a la Ley de Isapres, que está en el Congreso, dice compartir el objetivo del gobierno "de avanzar a través de un plan garantizado que no discrimine por edad ni por sexo, que propicie un mayor nivel de control en materia de alzas de planes, con indicadores adecuados que permitan, en línea con lo que estableció la Corte Suprema, definir los mecanismos de reajustabilidad de los planes. Probablemente, esa materia va a quedar pendiente para el próximo período y yo la impulsaría con mucha fuerza".
Empresas públicas
En el caso de las empresas públicas con problemas de endeudamiento y viabilidad, como Enap y Ferrocarriles, Golborne sostiene que "hay que buscar la forma de volverlas a un nivel de estabilidad. No podemos tener empresas deficitarias permanentes".
En Enap su apuesta es a encontrar los mecanismos de financiamiento que permitan explorar distintas líneas de negocios. Desde esa perspectiva, asegura que "no veo inconveniente, si un proyecto lo justifica, incorporar asociaciones con terceros privados o públicos extranjeros". En cambio, no cree que el Estado deba deshacerse de ella: "No es razonable perder toda la historia, el conocimiento y la capacidad de una empresa como Enap, pero debe generar valor para todos los chilenos", manifiesta.
Por su parte, en Ferrocarriles estima que "hay que avanzar más en la definición de su plan estratégico, focalizándose en el tema de carga que es la fortaleza y dando un buen servicio de pasajeros".
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