El mapa de la cannabis en EE.UU.
En las elecciones del 8 de noviembre, Donald Trump no fue el único ganador. La legalización de la marihuana recreativa y medicinal se impuso en ocho estados y así quedó el panorama de consumo.
El famoso cartel de Hollywood que adorna los cerros en la ciudad de Los Angeles, en California, amaneció modificado el primer día de 2017. Sus últimas dos letras O fueron reemplazadas por dos E, y la palabra Hollyweed sorprendió a los turistas que se acercaron a ese cerro a fotografiarse con uno de los mayores símbolos de la "ciudad de las estrellas". El cambio de sus letras, que según la policía fue realizada por "supuestos bromistas", no fue al azar: Hollyweed es una clara referencia a la marihuana.
Precisamente el uso recreativo de esta sustancia es legal desde el 1 de enero en todos los estados del oeste de Estados Unidos, incluyendo California y Nevada, luego que la medida fuera aprobada en las elecciones del 8 de noviembre. Además de elegir al próximo inquilino de la Casa Blanca, los votantes de esos estados se inclinaron por aprobar el uso de esta sustancia por placer. Eso sí con algunas condiciones.
Tanto en California como Nevada, cualquier persona mayor de 21 años puede poseer legalmente hasta 28,3 gramos de marihuana, fumarla en sus casas o en espacios privados. También se puede cultivar hasta un total de seis plantas. Sin embargo, fumar en espacios públicos sigue estando prohibido y en la práctica, la compraventa no estará permitida hasta que los legisladores locales desarrollen en una serie de reglas y mecanismos para implementar el negocio, lo que no sucedería antes de 2018.
El 8 de noviembre los votantes también aprobaron el consumo recreativo de cannabis en Maine y Massachusetts. Sin embargo, las leyes no han entrado en vigor por distintos motivos. En Maine, una fuerte tormenta de nieve dificultó el recuento de las papeletas y los habitantes de este estado esperan ahora que su gobernador, el republicano Paul LePage, proclame válidos los resultados electorales, que entrarán en vigor 30 días después. En Massachusetts, en cambio, el gobernador Charlie Baker firmó a fines de diciembre una ley para retrasar hasta 2018 la apertura de tiendas en la que los ciudadanos puedan comprar cannabis. Desde el 15 de diciembre, sin embargo, la posesión de marihuana ya es legal y también su consumo privado.
Los primeros estados en legalizar el consumo recreativo de la marihuana fueron Colorado y Washington, en 2012, aunque entró en vigor en 2014. En noviembre de ese año se unieron Oregon, Alaska y el Distrito de Columbia, donde sólo es legal la posesión de marihuana, pero no su venta, a diferencia de los otros cuatro estados, donde las ventas -en distintos grados- están permitidas.
Por otro lado, el uso medicinal de la marihuana está aprobado en 28 de los 50 estados del país. Los últimos estados en aprobar la medida, el 8 de noviembre, fueron Arkansas, Florida, Montana y Dakota del Norte.
En 2016 una ola de legalizaciones prácticamente se tomó Estados Unidos. Pero otros estados podrían sumarse a esta tendencia en los próximos años. Según la organización Marijuana Policy Project, nueve estados podrían empezar a discutir la posible legalización de la marihuana (en distintos niveles) en 2019: Connecticut, Delaware, Illinois, Maryland, New Hampshire, Rhode Island, Texas, Vermont y Michigan.
El mercado de la marihuana legal en Estados Unidos alcanzó ganancias de US$ 9,3 mil millones en 2016, un incremento de 30% en comparación con el año anterior, según un reporte de ArcView Market Research. Para 2021, las ganancias podrían alcanzar US$ 20 mil millones.
Para California, el estado más rico del país, la legalización es una buena noticia en el ámbito económico. Se espera que las ganancias por el mercado legal de la marihuana en California excedan las obtenidas en la actualidad por los productores en Washington y Colorado. Sólo en ventas de cannabis para su uso medicinal, el estado obtuvo ganancias de US$ 2.700 millones en 2015, lo que representa casi la mitad de las ventas del país, según ArcView y Frontier. La aprobación de la venta y consumo para su uso recreativo en noviembre podría duplicar el mercado para 2020.
La experiencia de Colorado
La consecuencia más evidente de la legalización de este estupefaciente en el estado de Colorado fue una caída en los arrestos por delitos relacionados a la venta de marihuana. Según la revista Forbes, los arrestos en este estado cayeron de 12.894 en 2012 a 7.004 en 2014, el primer año en que entró en vigor la medida, es decir una caída del 46%. Los cargos por marihuana presentados en los tribunales de Colorado cayeron 81% entre 2012 y 2015, desde 10.340 a 1.954.
Lo positivo, según las autoridades locales, es que los recursos estatales pueden enfocarse en problemas mucho mayores de seguridad pública. La tasa de criminalidad tampoco aumentó -como se temía- en este estado.
Pero hay dudas sobre el impacto en la seguridad del tráfico. Las detenciones por conducir bajo los efectos de la marihuana cayeron 1% entre 2014 y 2015. Pero según la Policía de Denver, las citaciones de este tipo aumentaron el doble entre 2013 y 2014 y volvieron a subir en 2015, de 66 a 73. Estas cifras se ven alteradas no sólo por un aumento del consumo, sino que también por el endurecimiento en las políticas de prevención del estado, que aumentaron tras la legalización.
Según la Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la Salud, el uso de esta droga ha aumentado desde su legalización. El consumo en jóvenes entre 18 a 25 años aumentó de 26,8% en 2012 a 31,2% en 2014. Durante el mismo período, el uso entre adultos mayores de 26 años, pasó de 7,6% a 12,4%.
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