Moisés Naím, analista venezolano: "Nunca habíamos visto una Europa tan unida en contra de Rusia"
A juicio de Naím, con la toma de Crimea, Putin empujó a Ucrania hacia Europa.
"El fin del poder: los tiempos que vivimos". Ese fue el nombre que Moisés Naím escogió para la exposición que ofreció ayer en el marco de la Segunda Conferencia Internacional de la Industria Aseguradora, realizada por la Asociación de Aseguradores de Chile. Allí el influyente analista y economista venezolano e investigador del Carnegie Endowment for International Peace se refirió a la actual crisis en Ucrania. Tras el evento en CasaPiedra, Naím conversó con La Tercera sobre el tema.
Usted ha afirmado que la toma de Crimea por parte del Presidente ruso Vladimir Putin "es una manifestación de su debilidad". Esa no parece ser la visión de Occidente.
No hay duda de lo que ha pasado en Crimea y Ucrania ha ayudado a aumentar la popularidad de Putin en Rusia, especialmente entre los grupos más nacionalistas. Pero a mediano plazo vamos a descubrir que este fue un error suyo. Hay varios ejemplos de esto. Lo primero, es que le ha dado un golpe aún mayor a una economía que ya estaba debilitada. Hubo más fuga de capitales en estos primeros meses de 2014 de la que hubo en todo 2013. El rublo se ha devaluado, la Bolsa ha caído, los inversionistas están posponiendo o cancelando los proyectos en Rusia y el Banco Mundial acaba de publicar un informe que anticipa que la economía rusa va a entrar en recesión. En segundo lugar, el 30% (en promedio) de las necesidades energéticas de Europa dependen de las importaciones de gas de Rusia. Y no hay duda de que Europa va a disminuir su dependencia energética de Rusia y eso puede ser un duro golpe en el mediano plazo, ya que una de las consecuencias de los años de Putin en el poder ha sido la definitiva transición de Rusia hacia ser un petro-Estado. En tercer lugar, Ucrania históricamente había sido visto como un país que estaba dentro del ámbito y de la esfera de Rusia, de la URSS. Putin se quedó con Crimea y probablemente se quede con algunas partes de Ucrania donde hablan ruso, pero el resto del país va a voltearse. Claramente empujó a Ucrania hacia Europa de una manera definitiva. Lo cuarto que ha logrado es unificar a Europa políticamente. Nunca habíamos visto una Europa tan unida en contra de Rusia. Asimismo, en Alemania tenían la Ostpolitk (política del Este), que históricamente significaba que parte de lo que tenía que hacer Alemania era ser el interlocutor, el intermediario entre Rusia y el resto de Occidente. Y ese vínculo ahora está roto. Y finalmente, logró darle vida a uno de sus principales enemigos. Putin detesta a la OTAN. Ahora la organización tiene una nueva misión gracias a la persona que más la detestaba.
Es de imaginar que Putin anticipaba todas estas consecuencias. ¿Cuál era su objetivo final entonces?
Yo creo que hay varias razones. Unas de política interna. Putin también tiene una clase media que está con apetencias que no puede satisfacer a la velocidad con las que se producen. Hay una clase media que quiere más libertad, que no le gusta el estilo autoritario que impera en Rusia. Putin le tiene mucha cautela, mucho temor a lo que se llaman las revoluciones Colorada, Naranja, la Primavera Arabe o el Maidán (los manifestantes de la Plaza de la Independencia en Kiev). En el fondo, a lo que Putin le tiene miedo es a un Maidán en Moscú.
Según The New York Times, el Kremlin estaría preparando el terreno para una intervención militar en Ucrania. ¿Cómo ve eso?
Estamos ante un acto de teatro geopolítico, donde todo el mundo está tomando posturas. Es imposible pronosticar lo que va a pasar. Pero lo que sí es claro es que Putin está muy temeroso de las sanciones. No necesita ir adelante con una guerra tradicional. Lo que puede hacer es seguir desestabilizando la parte oriental de Ucrania, hacerla ingobernable.
Hasta ahora EE.UU. y China aparecían como los verdaderos actores globales. ¿Cree que Putin de alguna forma está tratando de recuperar el protagonismo perdido por Rusia a nivel mundial?
Absolutamente sí. Lo que le está pasando a Rusia es que está perdiendo peso geopolítico. No hay que olvidar que era una de las dos superpotencias del siglo XX y ahora es simplemente un petro-Estado. Se parece más a un país árabe que a una superpotencia. Entonces, la nostalgia y el rescate de una Rusia que es respetada, temida en el mundo y que tiene un peso importante geopolítico, es un impulso que tiene Putin.
¿Y qué rol juega China en la crisis?
China está descubriendo que ser una potencia tiene costos. Entonces tiene que reconciliar objetivos irreconciliables. Lo único que estamos viendo es una China que está aprendiendo a ser superpotencia y que tiene que navegar con dificultad entre múltiples compromisos y objetivos, algunos de los cuales están claramente en contradicción.
¿Cree que Putin aprovechó las falencias que supuestamente ha mostrado el Presidente de EE.UU., Barack Obama, en el plano internacional para escalar esta crisis?
Sí lo creo. Putin fue un protagonista importante del evento en Siria, donde Bashar Assad usó armas químicas y el presidente de EE.UU. no pudo intervenir. Eso le dio a Putin claramente la sensación de que aquí estamos en presencia de una superpotencia norteamericana que no tiene capacidad de actuar.
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