Nuevo túnel binacional es rentable y sería licitado en 2010
Estudio confirmó que el proyecto del paso Agua Negra, en la frontera entre Chile y Argentina de la IV Región, tiene viabilidad financiera. Será uno de los más largos del mundo.
De seguro que los camioneros estarán entre los más contentos si se llega a construir un nuevo túnel en plena cordillera de la IV Región, entre Chile y Argentina. Si ambos gobiernos cumplen con el acuerdo firmado en octubre pasado por las presidentas Michelle Bachelet y Cristina Fernández, los conductores de carga se ahorrarán 75 curvas menos entre las montañas de la Región de Coquimbo y la transandina provincia de San Juan.
Y hay más: el viaducto rebajaría en 44 kilómetros el camino actual, disminuiría en 1.177 metros la altura en el lado chileno y 730 metros en el lado argentino.
El postergado proyecto de un nuevo túnel binacional del paso Agua Negra está cada vez más cerca: recientemente se terminó el estudio de demanda y prefactibilidad, encargado por el gobierno regional de Coquimbo a la consultora CIS Asociados, y la conclusión fue positiva: se estableció la plena viabilidad financiera de la obra, con una rentabilidad probable de 6,56%, superior al mínimo exigido por la ley chilena para permitirle al estado financiar una obra pública.
Así se calcula que el próximo año se iniciaría la licitación de la obra, que debe ser financiada en un 74% por Argentina, pues casi 10 kilómetros del túnel estarán en ese país.
El nuevo túnel tendrá un total de 13,97 kilómetros de largo, con entradas situadas a 3.603 y 4.050 metros sobre el nivel del mar, y a un costo aproximado de 916 millones de dólares. La idea es constituir un eje bioceánico que vincule los puertos de Coquimbo y Porto Alegre (Brasil), en el Atlántico, cruzando por provincias transandinas como La Rioja, Córdoba y Santa Fe.
Un sueño que hasta hoy choca con la geografía. El actual paso se sitúa a 4.780 metros sobre el nivel del mar y es el más alto en toda la frontera chileno-argentina. Puede usarse únicamente en verano y parte del otoño; durante el resto del año, el clima lo vuelve intransitable.
Entre los beneficios se cuenta un aumento de la demanda turística hacia los balnearios como La Serena y Tongoy, y un incremento de la disponibilidad de carga para el puerto de Coquimbo, sobre todo despachar unas 120 mil toneladas anuales de soya argentina, entre otros.
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