Política monetaria expansiva de la FED podría acabar antes de tiempo por mejora en el mercado laboral
El masivo programa de compras por US$85.000 millones mensuales de la Reserva Federal de EEUU podría estar llegando a su fin ante mejores datos económicos del país y declaraciones que han sostenido directores del organismo. <br>
El comienzo del fin del masivo programa de compra de bonos de la Reserva Federal de Estados Unidos podría ocurrir antes de lo que muchos inversores creen, si las recientes mejoras en el mercado de trabajo siguen avanzando.
Mucho dependerá de cómo evolucionen en los próximos meses los datos económicos, que han ofrecido señales mixtas sobre las perspectivas de crecimiento. Los informes sobre el crecimiento del empleo podrían ayudar mucho a los funcionarios de la Fed a determinar si es el momento adecuado para reducir la velocidad de sus compras mensuales de US$85.000 millones.
La mejora del mercado laboral desde que el banco central de Estados Unidos emprendió su tercera ronda de flexibilización cuantitativa, conocido en inglés como QE3, ha llevado a algunos halcones del Gobierno a sugerir que es hora de pisar el freno de los estímulos.
El salto de aproximadamente un 50% en la creación mensual de empleos incluso ha logrado el apoyo de los centristas, abriendo al menos la posibilidad de que la Fed pueda reducir el volumen de sus compras tan pronto como el próximo mes.
"Podríamos reducir un poco el ritmo de nuestras compras de valores, quizás tan pronto como este verano", dijo el presidente de la Fed de San Francisco, John Williams, el jueves, añadiendo que el verano comienza a mediados de junio.
La próxima reunión de política monetaria del banco central está programada para el 18 y 19 de junio.
El balance de la Fed ha crecido hasta unos US$3,3 billones y funcionarios han estado debatiendo si eso representa un riesgo de futura inflación o de creación de una burbuja, incluso mientras intentan ayudar la tímida recuperación económica.
El presidente de la Fed, Ben Bernanke, y otros importantes funcionarios han subrayado que cualquier cambio en el ritmo del QE3 no apuntaría al retiro del estímulo monetario y que continuarán con el programa por un buen tiempo a un menor nivel o incluso acelerándolo si fuera preciso.
La mayoría de los economistas no esperan una desaceleración de las compras de bonos hasta más tarde este año, en parte por los débiles datos de inflación.
Pero los comentarios de Williams llevaron a una caída de las acciones y a un repunte del dólar, que avanzó aún más el viernes a medida que los inversores se preparaban para estímulos menos agresivos.
"Parece que muchos funcionarios de la Fed están cada vez menos cómodos con el patrón de US$85.000 millones por mes en el que se encuentran", dijo Dana Saporta, economista de Credit Suisse en Nueva York.
Pero aún así, Saporta no espera el primer ajuste de las compras hasta septiembre, aunque dice que no descartaría una acción en junio.
"Creo que están preocupados con que cuanto más mantengan este ritmo de US$85.000 millones, más exagerada o adversa será la reacción del mercado cuando llegue la hora de finalmente hacer un ajuste", dijo. "Cuanto más flexibles y variados sean, menos exagerada podría ser la reacción del mercado".
Bernanke ha buscado enfatizar precisamente esa flexibilidad. En marzo dijo que tenía más sentido tener una política variable en la que el flujo de las compras respondiera "de un forma más continua o sensible a los cambios en la perspectiva".
El comité de política monetaria de la Fed fijó esa visión en un memorando emitido tras su última reunión el 1 de mayo, diciendo que estaban "preparados para aumentar o reducir" las compras a medida que cambien los pronósticos del mercado de trabajo o inflación.
Bernanke tiene previsto ofrecer una conferencia de prensa tras la reunión de junio, donde podría explicar cualquier cambio de política e intentar tranquilizar a los ansiosos inversores de que la Fed continúa siendo flexible.
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