Primer vicepresidente de la Sofofa: "A nadie le da lo mismo quien gane las elecciones presidenciales"
Si bien el representante de la industria reconoce que el modelo no está en discusión, advierte que se podría poner en riesgo el crecimiento económico.
Si bien es el primer vicepresidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), a fines del año pasado Cirilo Córdova debió asumir, en la práctica, el liderazgo del gremio industrial. Tras meses complejos para la cúpula, marcados por el fallecimiento de su presidente en ejercicio Andrés Concha, Córdova enfrenta la coyuntura con un prisma optimista, pero reconoce que se trata de un año que agrega dificultad a la actividad empresarial. Todo esto, a días de que la entidad elija a su nuevo presidente -que sería Hermann von Mühlenbrock- por los próximos dos años.
En un año electoral ¿cuáles son las aprensiones del sector privado?
Los años electorales son complejos, con un clima de mucho ruido, cuando los sectores aprovechan de hacer sus peticiones y los candidatos las recogen en propuestas. Desde el punto de vista de la actividad económica, son años en que las decisiones de inversión se complican, porque aparecen escenarios muy diversos; que si vamos a sacar una reforma tributaria, que si el otro pide una AFP estatal (...) Incluso, desde el punto de vista legislativo se puede alterar el orden, se pueden postergar cosas o no lograr acuerdos producto de un ambiente crispado. Pero esto ya no tiene que ver con lo que ocurría en los años 60 ó 70, cuando las alternativas eran si el país iba hacia el norte o hacia el sur. Estamos muy lejos de eso.
¿Entonces la preocupación no está centrada en el resultado de la elección presidencial?
Es que hay cosas básicas en las que hay bastante acuerdo, por ejemplo que Chile no puede ser un país con economía cerrada. No creo que alguien proponga que Chile se retire de sus acuerdos o suba aranceles. En Chile funcionan los mercados, funcionan las instituciones. Eso no esta en tela de juicio.
¿Da lo mismo quien gane?
No, obviamente a nadie le da lo mismo quién gane. Tendría que ser alguien muy neutro o que viva preocupado de otras cosas. Lo importante es que cualquiera que gane estemos en un barco que vaya bien encaminado, en un país que crezca.
¿Por qué no da lo mismo?
Porque en este tipo de cosas hay personas que piensan en un esquema de desarrollo -aunque creo que se ha disminuido la diferencia entre las alternativas-, con un Estado mucho más grande y protector. Otros creen en un Estado más pequeño y con mayor rol de los privados.
¿Está en riesgo el crecimiento económico?
Claro, hay muchas cosas que afectan el crecimiento y eso está demostrado. Pero hay personas que dicen que no importa, que prefieren que el país crezca menos pero que sea más protector. El crecimiento ha sido producto de políticas públicas que se han tomado en los últimos años, dentro de un esquema similar. Hay que sentarse y pensar cómo estamos en relación a otros países; creo que este país se ha desarrollado mucho y va por un sendero virtuoso.
¿Qué le parece el anuncio de reforma tributaria que emergió en el contexto de las candidaturas presidenciales?
Los impuestos no son neutros y el problema de la educación no se soluciona sólo con más recursos. Cuando tengamos claro cómo lograr educación de calidad, veamos qué se necesita.
¿Pero no se cierran a la idea de una nueva reforma tributaria?
Primero digamos qué es lo que vamos a hacer. Pero ¿por qué sólo en educación? Veamos también qué vamos a hacer en vivienda, en salud y cómo lograremos que el país siga creciendo y sea atractivo para la inversión. La educación no es el único punto importante. Lo que pasa es que los estudiantes fueron los primeros en salir y gritar.
¿Qué temas relevantes para el empresariado debieran estar en la agenda del próximo gobierno?
Resolver el tema de la judicialización y dar más certezas a los proyectos de gran envergadura. Hay un ranking de inversiones en minería del Instituto Fraser de Canadá, en el cual Chile ha bajado desde el octavo lugar al 23, por cosas como la incertidumbre al momento de invertir. También necesitamos la energía para ser competitivos.
¿Qué materias están afectando la actividad empresarial?
Uno de los ruidos que está impactando el proceso de toma de decisiones son las paralizaciones. Por ejemplo, lo que vimos con los puertos fue una petición de un sindicato a la empresa, que no estaba en el contexto de una negociación colectiva. Como no lo logró, recurrió a un acuerdo de solidaridad con el paro de otros puertos. Ese es un acto que no está dentro de la ley, porque sale del ámbito de la empresa y se transforma en un problema nacional, sectorial y pasa a ser un problema político. Lo mismo con el paro minero. Si la forma en que se están solicitando las cosas continúa así, afectará la institucionalidad.
¿Hay alguna autocrítica por parte de las empresas?
Siempre hay campo para mejorar, pero la relación de la empresa con los trabajadores de los sindicatos es muy normal. No veo que haya un problema de que los empresarios en Chile anden con el foco cambiado. Lógico que hay problemas puntuales, pero acá las paralizaciones responden más a motivaciones políticas.
¿Estarían dispuestos a abordar una reforma laboral que contenga cambios en materia de negociación colectiva?
Sí, pero no creo que la solución vaya por el lado de la sindicalización obligatoria. El acercamiento al pleno empleo también pone exigencias. Es necesario resolver bolsones, como disminuir el desempleo juvenil, fomentar la integración de la mujer y enfrentar el tema de las migraciones. Se podría hacer alguna adaptabilidad a la legislación laboral que tienda a incentivar, inducir, permitir que haya más posibilidad de trabajar, ya sea a través de la jornada de trabajo, o incorporar más a la mujer, o hacer algo con los jóvenes, o con la capacitación.
¿Qué desafíos tendrá el nuevo presidente de la Sofofa?
Además de representar bien a los socios, cumplir los objetivos y continuar contribuyendo a la definición de las políticas públicas, el gran desafío es lograr que el sector industrial chileno sea capaz de alcanzar y mantener el exigente nivel de competitividad internacional. Para eso necesitamos resolver problemas como la energía, el tipo de cambio, el clima laboral, la seguridad y las certezas para invertir. A cualquier cosa que vaya contra eso, en un año electoral, habrá que decir "ojo".
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