Raqqa, el último bastión del Estado Islámico en Siria
Rusia afirmó este viernes que habría matado al líder del grupo yihadista. Se trataría de un duro revés para el EI, también acorralado en Mosul.
La última imagen confirmada del líder del Estado Islámico (EI), Abu Bakr Al Baghdadi, es de 2014. Por ese entonces, quien había asumido cuatro años antes como jefe del grupo terrorista, proclamó el nacimiento de un califato en Mosul, Irak. Y desde esa fecha, Al Baghdadi ha sido declarado muerto en varias ocasiones: a finales de 2014, en abril de 2015, en junio de 2016 y el pasado 11 de junio. Nada se ha escuchado sobre Al Baghdadi públicamente desde noviembre del año pasado, cuando el EI lanzó una grabación de él en la que instaba a las fuerzas a permanecer firmes en Mosul ante a la ofensiva iraquí, apoyada por EE.UU. Pero este viernes, el Ministerio de Defensa de Rusia dijo que sus fuerzas atacaron una reunión que celebraba el EI el 28 de mayo en Raqqa, Siria, por lo que posiblemente había dado muerte a Al Baghdadi y a otros 300 miembros del grupo.
El Pentágono dijo que no tenía información para corroborar esos reportes y Rami Abdul Rahman, fundador del Observatorio de Derechos Humanos de Siria, señaló que era ilógico que un líder del EI se quedara en Raqqa "durante la operación militar". Esto, porque en las últimas semanas se ha intensificado la lucha por el control de esa ciudad. La semana pasada, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), apoyadas por EE.UU., dijeron que habían entrado al centro histórico de Raqqa. El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo que no tenía por el momento "la confirmación al cien por ciento" de la muerte de Al Baghdadi.
Rusia ingresó a la guerra en Siria en 2015. En un principio, Moscú dijo que entraba solo para prestar ayuda humanitaria, pero más tarde anunció operaciones militares. El gobierno de Barack Obama -EE.UU. lidera la coalición internacional de más de 30 países creada en 2014 que luchan contra el EI- señaló en ese período que los ataques perpetrados por Moscú mostraban que la real intención del Kremlin era apoyar a las fuerzas del gobierno de Assad en la lucha contra los rebeldes opositores.
En 2013, Al Baghdadi aprovechó el momento. Tras la Primavera Arabe y el endurecimiento de la guerra civil en Siria, que implicó el retiro de gran parte de las tropas del gobierno de Assad del norte de Damasco, el Estado Islámico comenzó a ganar terreno. Se apropió de parte del sector del río Eufrates y llegó en 2013 a Raqqa sin problemas, y la proclamó como su capital. La ciudad ha sido hogar de líderes del grupo y sus familias, y se estima que allí viven entre 3.000 a 5.000 combatientes. Después de tomar Raqqa, se desplazaron a Mosul, la segunda ciudad más importante de Irak, que cayó en 2014 en manos yihadistas.
En marzo, el diario The New York Times, anunció que muchos combatientes estaban dejando Raqqa al ver que las FDS ingresaban a la ciudad. Perder Raqqa significaría un duro revés para el grupo. En diciembre del año pasado las fuerzas de Assad recapturaron Aleppo, y en Mosul, la batalla entre el EI y las fuerzas iraquíes, que comenzó en febrero, continúa. Este viernes, los iraquíes tomaron el control de tres pueblos estratégicos de Mosul.
Aunque no está claro qué pasará dentro de las filas del EI. si Al Baghadi resulta estar muerto, según el Times sería un duro remezón para el grupo yihadista, quizás solo comparable con la muerte de Osama bin Laden, en Pakistán en 2011, para Al Qaeda.
En tanto, Human Rights Watch denunció que EE.UU. ha empleado en diversas ocasiones fósforo blanco en ataques en Irak y Siria, un químico que puede ser utilizado como arma incendiaria y que está prohibido por el Derecho Internacional.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.