Vida y muerte de Sir Perro, el can más famoso de Concepción
Los penquistas están de luto. El perro más conocido de la ciudad, criado en el campus de la universidad y que relataba sus aventuras a miles de lectores a través de Facebook, murió tras batallar con una cantidad indeterminada de enfermedades. Hoy los estudiantes piden que se levante una estatua del mejor amigo de nadie. Aquí, La Tercera reconstruye su historia.
Quiltro, patudo y altanero. Nadie sabe con exactitud su edad (la sitúan entre los 7 y 10 años), ni cuándo llegó al campus de la Universidad de Concepción, ni cómo empezó a entrar a las salas de clases, a dormir dentro de la biblioteca, a liderar las marchas de los estudiantes -lo que incluso le costó recibir un perdigón en su cuerpo-, a participar de los jolgorios o a protagonizar los espectáculos del foro, convirtiéndose en uno de los personajes emblemáticos de la casa de estudios.
Tampoco se sabe si tuvo otro nombre o si dejó descendencia, pero justamente ese pasado misterioso sumado a su carácter huraño y dominante lo convirtieron en el perro más famoso de Concepción, a tal punto que tenía un grupo de escuderos que velaban por su bienestar y una página de Facebook dedicada a contar sus aventuras, donde las publicaciones sumaban miles de me gusta.
Sir Perro falleció este 18 de enero, luego de batallar varias veces contra un sinnúmero de enfermedades y accidentes producto de sus andanzas, las mismas que lo tenían desaparecido durante semanas provocando la preocupación de sus cuidadores que iniciaban campañas en redes sociales para encontrarlo.
Uno de sus últimos diagnósticos fue un cuadro de distemper y, como siempre, los ex alumnos, penquistas y tantos otros chilenos repartidos por el país y el mundo colaboraron económicamente para su recuperación. Esta vez no se salvó. Ahora sus seguidores piden un monumento y un homenaje tras su partida.
El potencial de un noble
Caminar lento pero seguro, cuello estirado y mirada al frente. Con esa propiedad Sir Perro se movía por el campus de la Universidad de Concepción. En pleno 2012, uno de los alumnos de la UDEC pensó en su potencial y decidió convertirlo en una estrella: primero de la universidad, y luego en una figura de reconocimiento nacional e internacional.
El responsable de su fama es Fito (26), quien creó la fan page en honor a Sir Perro y que por primera vez cuenta su historia, manteniendo el anonimato que caracteriza a los escuderos del noble can. "Me acuerdo que estaba en una clase en el Plato (Edificio Salvador Gálvez) y Sir Perro entró atrasado y se sentó en una de las butacas. A todos nos llamó la atención y el profesor incluso paró la clase para tomarle una foto", relata.
Después de ese primer encuentro, Fito no quiso perderlo de vista y se dedicó a descargar de Facebook cada imagen de Sir Perro que aparecía en su timeline.
Cuando reunió 30, creó la página y eligió el nombre. "En una de esas fotos, Sir Perro aparecía en las escaleras de la Biblioteca Central con el cuello en alto, como si fuera un noble, un caballero de la mesa redonda. Ahí decidí llamarlo Sir", relata a La Tercera. Y agrega: "Este era un perro patudo, no un líder, andaba solo y hacía lo que quería. Por eso era único".
Puro talento
Quien haya asistido a los conciertos de la Sinfónica de la Universidad de Concepción habrá visto en más de una oportunidad a Sir Perro sobre el escenario. Pero esas no fueron sus únicas apariciones: a lo largo de su vida cultivó una carrera artística que lo llevó a improvisar en distintos espectáculos.
En enero de 2012, en el marco de la escuela de verano de la Universidad de Concepción, se presentó la obra Parrandeando, en el foro de la casa de estudios.
El show que combina danza y teatro había comenzado hacía quince minutos cuando Sir Perro irrumpió sobre el escenario, mientras bailarines, actores y músicos trataban de integrarlo. Pero Sir Perro se negó a ser uno más, al punto de que trató de morder a los artistas que se acercaban para acariciarlo.
"Yo diría que a Sir Perro disfrutaba mucho más del arte que de estudiar", dice Maximiliano Alarcón (26), egresado de la UDEC e integrante de "Los Viejóvenes", banda que acompañaba el espectáculo.
https://youtu.be/0sFKiKHKiJQ
Carrera presidencial
Dicen que en la vida hay que plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo. No hay registro de que Sir Perro haya cumplido las dos primeras, y sobre la tercera, algunos aseguran que dejó descendencia porque hay otro perro muy parecido a él en el campus.
Sin embargo, logró algo que muchos aspiran y pocos logran: una carrera presidencial.
Corría 2014 y en plena campaña por llegar a la presidencia de la federación de estudiantes, irrumpió la lista "P" liderada por Sir Perro, acompañado por otros canes famosos en el campus, como el también famoso Napoleón.
La locura se desató en su fan page. Cientos de jóvenes querían aportar con donaciones o participar de las actividades del candidato. Los muros de la universidad se repletaron con afiches en su nombre.
Los ideólogos de la campaña fueron Fito y Paulina Gavilán (52), quien se convirtió en su principal escudera. Ella es estudiante de pedagogía en Artes Plásticas y funcionaria de la Pinacoteca de la Universidad de Concepción. Hace unos años relevó a Fito en la administración de la página de Facebook y asumió su cuidado a tiempo completo, junto a otros voluntarios.
También cambió la forma que tenía Sir Perro de comunicarse con sus seguidores. De los "guau guau", pasó a relatar sus aventuras en la voz de su cuidadora.
"El lema de la campaña era 'Aperrando junto a ti', porque donde estaban los estudiantes allí andaba Sir Perro. Nunca los abandonó. En las tomas, en las marchas, en los partidos, en los jolgorios. Incluso en una de sus últimas intervenciones quirúrgicas descubrimos que tenía alojado un perdigón en su cuerpo, de cuando alguna vez escapó del guanaco", explica Paulina.
Sir Perro no cumplió los requisitos para inscribir formalmente su lista, pero de haberlo logrado, es probable -dice Paulina- que habría peleado codo a codo la presidencia.
Aunque no llegó a las altas esferas del poder, Sir Perro está siendo despedido con los honores propios de una autoridad. Su muro de Facebook acumula miles de comentarios y los alumnos esperan rendirle un homenaje en alguno de los espectáculos de verano que se presentan en el foro, y gestionar que se levante una estatua en su nombre.
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