Cámara de Diputados acuerda pedir la renuncia de Giorgio Jackson con desmarques oficialistas
Nuevamente por descuelgues, indisciplinas y también infortunios, la Cámara aprobó una resolución crítica contra figuras del Frente Amplio. La declaración impulsada por la bancada del Partido Republicano, que pedía la salida del ministro de Desarrollo Social fue aprobada por 68 votos a favor, 52 en contra y 5 abstenciones, y visibilizó las voces oficialistas que piden un cambio de gabinete.
Terminada la votación, la diputada Maite Orsini (RD) se acercó rápidamente a la testera para pedir que al menos quedara en el acta que se había equivocado al votar.
En los instantes previos, una resolución impulsada por la bancada del Partido Republicano, que pedía la salida del ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, había sido aprobada por la Cámara por 68 votos a favor, 52 en contra y 5 abstenciones.
Si bien fueron en su mayoría diputados de oposición los que aprobaron la iniciativa, Orsini fue una de los dos legisladores oficialistas que aparecieron apoyando la declaración. Lamentablemente para ella, su voto ya no se podía cambiar.
“La Cámara acuerda solicitar a S. E. el Presidente de la República que considere pedir la renuncia al ministro de Desarrollo Social, señor Kenneth Giorgio Jackson Drago”, decía el texto, que detallaba razones como su “deficiente gestión” y el “vínculo” de su partido (RD) con los traspasos irregulares de recursos públicos a fundaciones.
A esas alturas, el error de Orsini, quien milita en el mismo partido de Jackson, ya era una anécdota más que coronaba un nuevo revés del Ejecutivo en este tipo de votaciones, que aunque no sean vinculantes, añaden presión a las voces que han empujado un cambio de gabinete en medio de la crisis derivada por los líos de platas entre fundaciones y reparticiones públicas.
Además de Orsini, sin embargo, también votó a favor de la salida de Jackson el diputado PPD Raúl Soto, expresidente de la Cámara, quien, en la mañana, había realizado un público llamado a Jackson para que diera un paso al costado.
“Voté a favor en consciencia, más allá de las consideraciones específicas del proyecto de resolución y sin compartir las imputaciones por responsabilidades criminales o administrativas que ha hecho la derecha y de lo cual tomo distancia, porque eso corresponde que se determine en las investigaciones, creo que hay una crisis política en el gobierno, que se requiere un golpe de timón y un cambio de rumbo”, dijo Soto.
El voto del legislador PPD era una señal explícita. Sin embargo, en esa misma votación hubo otros gestos implícitos que buscaban el mismo objetivo de pedir un cambio de gabinete.
Por ejemplo, este miércoles, un conjunto de diputados oficialistas salió de la Sala para no dar un respaldo a Jackson, a quien se le reprocha ser una suerte de “responsable simbólico” de la crisis, debido a su liderazgo en RD, cuyos militantes hoy son los principales involucrados en las irregularidades detectadas, que el mismo gobierno y el contralor Jorge Bermúdez ya califican de corrupción. Entre los que optaron por no votar estaban: Héctor Ulloa y Jaime Araya (ambos independientes-PPD) y Sebastián Videla (independiente-liberal).
Al explicar su decisión de salir de la Sala, Ulloa dijo que “no era prudente darle un punto político a la derecha. En segundo lugar, no voté en contra, porque también sería otorgarle una garantía al propio ministro y creo que el ministro debe evaluar en la interna sobre si hoy está siendo un aporte o un costo para el gobierno”.
Araya, en tanto, explicó que “estamos en un momento complejo. Cuando uno está en un partido importante y un jugador está muy lesionado le pide cambio al técnico. Hay que tener la fortaleza y prudencia de poder evaluar en conjunto lo que está ocurriendo y pedir el cambio”.
Por su parte, otra diputada oficialista, Marta González (independiente PPD) también apareció en las abstenciones. Ella explicó que su voto también fue una señal crítica al gobierno.
El problema para el Ejecutivo es que se está haciendo una costumbre que la Cámara apruebe resoluciones, críticas contra el oficialismo, en especial contra figuras del Frente Amplio, por desmarques y falta de disciplina de los propios parlamentarios de la alianza gubernamental.
El hecho ponía en duda la eventual nueva mayoría que había logrado construir el ministro secretario general de la Presidencia, Álvaro Elizalde (PS), al lograr rechazar la acusación constitucional en contra del titular de Educación, Marco Antonio Ávila (RD). Esa misma mayoría, además, permitió que el oficialismo y sus aliados retuvieran la presidencia de la Cámara con la elección del DC, Ricardo Cifuentes.
Un dato llamativo, posiblemente casual, es que sólo dos diputados de RD (Jaime Sáez y la suspendida militante Catalina Pérez) estuvieron en la sala para rechazar la resolución en contra del ministro. Además del error de Orsini, la diputada Ericka Ñanco sufrió una descompensación de salud, lo que la obligó a salir de la Sala. Por ese incidente, incluso, se suspendió la sesión. A ella, en todo caso, el RN Hugo Rey le ofreció gentilmente un pareo (restarse de la votación para equiparar su ausencia).
No obstante, en calidad de inasistentes y, al menos, sin pareos formales, figuraban otros RD Jorge Brito (por viaje al exterior) y Consuelo Veloso (con licencia médica).
También había dos socialista en viaje en el extranjero, Tomás de Rementería y Leonardo Soto, cuya ausencia tampoco estaba compensada formalmente.
La semana pasada, producto de indisciplinas, viajes, desmarques y también infortunios, la misma Cámara había aprobado una mordaz resolución ideada por la bancada de la UDI.
“La Honorable Cámara de Diputados acuerda solicitarles a todos los partidos que componen el Frente Amplio, pero en específico a Revolución Democrática, que les pidan perdón a las miles de familias vulnerables y de escasos recursos de nuestro país, entre ellas a quienes viven en situación de campamento, por haber sido vergonzosamente despojadas de millonarios recursos a manos de distintas fundaciones ideológicamente falsas, que fueron creadas con el único objetivo de defraudar al Estado para fines electorales o beneficio propio, y cuyo monto cuestionado asciende, sólo por ahora, a más de $ 8.800 millones de pesos”, dice la declaración, que finalmente fue aprobada por 69 votos a favor.
En la ocasión sólo hubo 49 votos de rechazo, en defensa del Frente Amplio.
En esa otra resolución, salieron de la Sala los cuatro diputados del Partido Liberal, entre ellos, el expresidente de la Cámara, Vlado Mirosevic, además del mismo Raúl Soto.
El actual timonel de la corporación, Ricardo Cifuentes, tampoco votó, a pesar de que estaba dirigiendo el debate en esos instantes. Consultado por La Tercera, Cifuentes descartó una señal política y explicó que dado que recién se estaba instalando en el cargo, aún no se “acomodaba” a la forma de votar desde la testera.
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