Desde la “inoportuna” aspiración presidencial de Allamand hasta el round de Desbordes y Pérez: Los dardos cruzados y las críticas a La Moneda de los nuevos ministros de Piñera
Disputas entre ellos, polémicas con La Moneda e incluso cuestionamientos hacia e propio Mandatario han protagonizado los nuevos ministros designados el martes por el jefe de Estado.
Ayer martes, se materializó el quinto cambio de gabinete del gobierno de Sebastián Piñera desde que llegara a La Moneda en 2018. El ajuste estuvo marcado por la llegada al equipo ministerial de figuras claves de los principales partidos de Chile Vamos: la UDI y RN.
En el caso de Renovación Nacional, su actual presidente, Mario Desbordes, asumió Defensa, mientras que el ahora exsenador, Andrés Allamand, llegó a hacerse cargo de la Cancillería. Ambos hoy secretarios de Estado habían protagonizado una dura rivalidad de cara a las elecciones internas de noviembre, que buscan desactivar ahora con su llegada al gobierno.
Ambos, además, como parlamentarios, tuvieron más de una discrepancia e incluso enfrentamientos con La Moneda.
El ahora exdiputado evidenció diferencias con el Ejecutivo, por ejemplo, con el estallido social y el diagnóstico y gestión frente a las movilizaciones. “Hay que separar las legítimas demandas de la ciudadanía y no vincularlas a los violentistas”, recalcó Desbordes en una de las primeras reuniones sostenidas por Piñera luego del 18 de octubre de 2019.
Desbordes también complicó al Ejecutivo con el respaldo a algunos proyectos de ley que no contaban con el apoyo del gobierno, como la propuesta de condonación de las deudas del Crédito con Aval del Estado, que lo enfrentó con el titular de Hacienda, Ignacio Briones. “No habría habido ninguna polémica, ninguna, si el ministro de Hacienda se limitaba a decir ´lo veo complicado pero lo vamos a analizar en su mérito', señaló en su minuto el ahora exdiputado.
Luego vino el apoyo de Desbordes al proyecto de retiro del 10% de las AFP. Si bien en la votación en general se abstuvo, finalmente dio su voto a favor en la votación de la semana pasada, junto con valorar el despacho de la iniciativa.
La determinación de Desbordes le valió críticas de Allamand, que lo acusó de abrir la puerta desde el oficialismo al proyecto, y las tensiones se recrudecieron.
Molestia con Piñera
Reflejando los vaivenes propios de la política, solo un año antes -14 meses con mayor precisión- Desbordes había sido el escudero de Allamand en una disputa entre RN y La Moneda, o más precisamente entre el partido y el Presidente Piñera. Todo inició cuando el Mandatario aludió en una entrevista a las supuestas aspiraciones presidenciales del entonces senador RN asegurando que ”hay muchos que toda su vida aspiran a ser candidatos presidenciales. Cuando recién van 15 meses de Gobierno, no es oportuno ni conveniente iniciar campañas”.
Aunque se refería a una declaración del propio Allamand, que había señalado que “si a uno le preguntan si está dispuesto a pensarlo, uno tiene que contestar con franqueza: sí yo estoy disponible a pensarlo”, la frase cayó como una bomba en RN.
“La encuentro lamentable, desproporcionada e innecesaria (la respuesta del Presidente). Todos tenemos la obligación de cuidar los liderazgos de Chile Vamos, todos, y eso incluye al Presidente de la República. De Sebastián Piñera para abajo estamos todos obligados a cuidar los liderazgos, y en eso no nos podemos equivocar”, fue la réplica de Desbordes como entonces timonel del partido.
Para bajar la tensión, Allamand y Desbordes, terminaron siendo invitados a La Moneda.
Al igual que Desbordes, el hoy canciller también tuvo sus distanciamientos y diferencias con La Moneda, que se agudizaron con la crisis social y posteriormente lcon la pandemia.
Los dardos se fueron concentrando en la figura del ahora exministro del Interior, Gonzalo Blumel. “El gobierno, a través del Ministro del Interior, debe dar un giro en su manejo del orden público. Hay que respaldar con más fuerza a Carabineros, aplicar toda la nueva normativa legal, especialmente la ley antibarricadas, y monitorear directamente todos las situaciones complejas”, afirmó en una oportunidad el nuevo secretario de Estado.
En las últimas semanas, acusó una falta de conducción política. El nuevo ministro afirmó que Blumel “tiene que ajustarse a ese nuevo escenario, y eso implica un rol más activo e influyente del que ha desempeñado hasta hoy”, señaló.
Víctor Pérez vs RN
No son los únicos roces que han protagonizado los nuevos ministros ya sea entre ellos o con el Ejecutivo.
El nuevo ministro del Interior tuvo un intercambio en junio del año pasado con la entonces vocera de gobierno, Cecilia Pérez (RN), quien había manifestado que “sabemos que nuestros partidos, la UDI, RN, Evópoli y el PRI, no solo lo saben, lo entienden y comparten que Chile Vamos, el gobierno del Presidente Piñera, no es un gobierno de cuoteos políticos, es un gobierno de equilibrios políticos”.
Ante estos dichos, el entonces senador calificó de “lamentables las declaraciones de la vocera de gobierno, porque no hay duda que quiere decir que no entiende el verdadero problema”. Pérez agregó que “al parecer mientras menos disciplinado sea uno, mientras menos leal sea uno, mientras más se critica, más se puede participar del gobierno. Creo que eso es malo para el gobierno”.
La respuesta de Desbordes a su hoy compañero de gabinete no tardó en llegar: “fue cobarde lo que hizo (Víctor Pérez), fue poco ético de su parte, eso no se hace. Diga las cosas de frente, es lo mínimo que uno pide”, lanzó, solicitando de paso al entonces senador “cortar ese espectáculo tan lamentable que se dio (Pérez) la semana pasada”.
La réplica de Pérez también fue rápida: “A mí verdaderamente las personas que descalifican, que insultan, me dan pena. Aquí hay un tema político, que es el desequilibrio que generó el cambio de gabinete, que es un desequilibrio evidente”, afirmó.
Bellolio y la improvisación con encuestas
En agosto del año pasado, en plena discusión del proyecto de reducción de jornada laboral semanal a 40 horas, el hoy vocero de gobierno cuestionó la postura del gobierno frente a la iniciativa que surgió desde el PC. “La discusión de las 40-41 horas es un buen ejemplo de algo que no debiese volver a suceder. Primero se mira en menos el proyecto de las 40 horas, suponiendo que no va a crecer, y después, a medida que empieza a ser más popular, el Gobierno dice: ‘El mío el mejor’”, dijo.
En una frase que recibiría cuestionamientos desde el propio oficialismo, agregó: “Hay momentos en los cuales uno ve que se improvisa semana a semana de acuerdo a la encuesta y eso no está bien. Si uno de verdad cree que hay que reducir la jornada con flexibilidad para dar una adaptabilidad y con gradualidad, bueno, hay que hacerlo de una”.
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