Exembajador Capdevila responde arremetida del gobierno y descarta que sus aseveraciones sean imprecisas o falten a la verdad
En un nuevo capítulo de la pugna abierta tras su polémica salida del Ministerio de Relaciones Exteriores, el exrepresentante diplomático de Chile en Francia afirmó que todos sus comentarios "se basan en hechos objetivos y concretos".
La pugna entre el exembajador de Chile en Francia, José Miguel Capdevila, y el gobierno del Presidente Gabriel Boric tuvo un nuevo episodio este jueves.
Es que el ex representante diplomático, a quien se le pidió la renuncia aduciendo que tenía un sumario administrativo por la denuncia de dos funcionarias diplomáticas sobre un presunto maltrato laboral, retrucó las declaraciones que hizo a nombre del Ejecutivo la canciller (s), Gloria de la Fuente.
En una nueva misiva a El Mercurio, Capdevila descartó -como señaló la autoridad de gobierno- que sus aseveraciones sobre su salida sean imprecisas o falten a la verdad. Por el contrario, afirmó que todos sus comentarios “se basan en hechos objetivos y concretos que ocurrieron”.
“Respecto de su ofrecimiento de dos opciones para asumir como jefe de Misión en el exterior, donde expresa que yo las había rechazado, la subsecretaria omite que consultó mi opinión y manifesté que prefería quedarme en Santiago por razones familiares, las que conocía a través de una carta que le envió mi señora -que nunca tuvo respuesta- manifestándole las consecuencias sicológicas para nuestra hija por el fallido traslado a Canadá y luego a Chile, perdiendo un año de colegio”, dice el texto.
Sobre la solicitud de beneplácito que no habría prosperado en Canadá, apunta que “efectivamente es prerrogativa del Estado receptor la concesión del beneplácito. Sin embargo, y como es habitual en la práctica diplomática, hay situaciones en las que es pertinente realizar gestiones bilaterales para facilitar el proceso, tales como proporcionar antecedentes complementarios que permitan una mejor comprensión de la designación”.
Así mismo, asegura que nunca exigió “encabezar una dirección específica, bajo condiciones especiales” y sostiene que solo solicitó ser destinado a una dirección en la que pudiera aportar con su experiencia. “Conozco el funcionamiento del ministerio y jamás pretendería imponer un criterio respecto de una facultad exclusiva de la autoridad”.
En su misiva -dice respecto a la respuesta de De la Fuente- “alude a ‘formas muy poco cuidadas, tratándose de una instancia formal con su superiora jerárquica’. Creo que si hay algo que caracterizó todo el proceso desde mi salida de París hasta la solicitud de renuncia fue, más bien, la falta de respeto hacia mi persona, mi familia y mis derechos como funcionario público”.
“Tampoco la subsecretaria contesta puntos relevantes de mi nota, como por qué no se respetó la presunción de inocencia, la igualdad ante la ley, la imparcialidad en el sumario y se me exoneró una semana después de ofrecer dos embajadas, que es un acto de confianza. Asimismo, sobre la renuncia de una secretaria de la embajada en París por acoso laboral de una denunciante, no hay mención”, expresa en la carta.
Finalmente, plantea que “sería interesante que estas preguntas fuesen abordadas en el marco de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara”.
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