Fernando Viveros, consejero (PC): “La derecha está repitiendo el mismo error de la Convención, tomándose todos los espacios, sin voluntad de diálogo”
Uno de los dos representantes comunistas en el Consejo pone en duda que las palabras a favor de los acuerdos que dijo la presidenta del órgano, Beatriz Hevia (Republicana), en su discurso inaugural se mantengan en el tiempo. "Hoy día se habla de lograr unidad y acuerdos ante todo el país, pero en los hechos ellos están avasallando todos los espacios que puedan", dice.
El consejero comunista de la Región de Coquimbo, Fernando Viveros, fue el único representante oficialista que la semana pasada alzó la voz para criticar que la derecha negociara, sin la izquierda, las cuatro presidencias de las comisiones temáticas del Consejo Constitucional.
En esta entrevista profundiza sus dichos, critica a los republicanos y a Chile Vamos, y los acusa de estar cometiendo los mismos errores que tuvo su sector durante la fallida Convención Constitucional.
¿Qué lectura hace del contraste de la instalación con lo que fue la ceremonia de la Convención?
Desde la presidencia se hablan palabras buenas y de buenas intenciones de lograr acuerdos por el bien de Chile, pero el contraste fundamental es que la derecha está repitiendo el mismo error de la Convención, tomándose todos los espacios, sin voluntad de apertura, ni de diálogo y evitando dar espacios de participación mucho más dinámicos dentro del Consejo Constitucional.
¿Qué le pareció el nombre de Beatriz Hevia? En su discurso remarcó su disposición a llegar a acuerdos amplios, ¿confía en que esa será la actitud durante todo el proceso?
No, yo sería un poco más mesurado en confiar, pero sigo teniendo la esperanza de que podemos lograr acuerdos constitucionales. El problema es que el anteproyecto sobre el que estamos trabajando es muy frágil, por lo tanto espero que la presidencia haga todos los esfuerzos por lograr acercar a las partes y no solamente que la presidencia sea un buzón de administración, sino que le dé conducción a este proceso.
¿Esa actitud de la que habló Hevia es compatible con el hecho de que la derecha haya negociado sola la presidencia de las cuatro comisiones?
El discurso no coincide con lo que está ocurriendo. Es como el padre Gatica. Hoy día se habla de lograr unidad y acuerdos ante todo el país, pero en los hechos ellos están avasallando todos los espacios que puedan y por eso pongo en duda cómo va a ser el comportamiento. Si hoy día, por algunos espacios de presidencias se está dando esta actitud, yo pongo enseguida el signo de interrogación en cómo será el comportamiento cuando demos la discusión por los diferentes derechos sociales.
¿De parte de la mesa no ha habido apertura al diálogo?
Eso se ve reflejado fundamentalmente en cómo la derecha toma las comisiones y pasa la aplanadora y la retroexcavadora, cerrando todos los espacios de participación más directa de conducción de las comisiones y repite la fórmula de avasallar todo lo que puedan encontrar. Yo creo que va a ser el reflejo de lo que viene en el futuro. Son buenas intenciones en las palabras, pero en los hechos distan mucho de eso.
Usted dijo que el hecho de que la derecha se quedara con las cuatro presidencias era una “una pésima señal de partida”. ¿A qué se refería?
A que es una señal de que en realidad no tienen voluntad de apertura, no tienen voluntad de diálogo. Es legítimo que ellos se quieran tomar todo, pero nosotros, los 17 consejeros que estamos en el progresismo, representamos casi un tercio del país y ese tercio debería tener una representación mucho más proporcional, en un gesto de apertura y conciliador respecto de la discusión que vamos a dar. Pero aquí lo que se está intentando es tomar un control total de las comisiones, de las presidencias y en realidad cometer el mismo error que se cometió en el proceso anterior, imponiendo mayorías, ideas y no dando un debate mucho más sincero o con la apertura de lograr acuerdos.
Pero ustedes tampoco fueron activos en esta fase. La derecha dice que nunca pidieron una presidencia de comisión. ¿Les faltó iniciativa? El consejero Ljubetic reconoció que esto no fue tema para ustedes.
Para mí que grupos de cualquier pensamiento queden excluidos es un error y no relativizaría el significado político que tiene que un sector se tome todas las comisiones. Los acercamientos han sido escasos porque estamos recién construyéndolos. Ha existido mucho hermetismo en las conversaciones y por eso esperábamos que fuera una propuesta un poco más generosa y no tan rígida o estricta como está ocurriendo.
Pareciera que ustedes solo están resignados, de brazos caídos.
No sentimos resignación, pero hubiéramos preferido que las cosas se dieran de otra forma. Aquí no hay tiempo para brazos caídos. Lo que tenemos que hacer es trabajar en forma activa, volcarnos estas semanas a seguir fortaleciendo las iniciativas populares de norma, la participación ciudadana, tratando de restablecer temas clave que están ausentes en el texto, como el derecho de niños, niñas y adolescentes, los derechos humanos, derechos reproductivos y sexuales, reconocimiento de tratados internacionales o la opinión de nuestros pueblos originarios. Entonces, a través de la participación ciudadana, tratar de impulsar que volvamos a discutir estos temas y ser mucho más activos.
Dado que son solo 17 consejeros y considerando los cupos que tendrán en las comisiones, es un hecho que serán minoría en todas esos espacios, ¿qué tanto más podrían conseguir?
Hoy día, entendiendo las votaciones, existe una alta posibilidad de que muchas de las cuestiones que tratemos de instalar o que están escritas en el texto puedan variar, pero eso sería un tremendo error. El acuerdo que existe es un acuerdo que en sí establece un piso desde el cual se puede construir y esperamos que ese piso no se rompa. Por lo tanto, a pesar de que podemos ser minoría en las comisiones, lo importante es dar el debate de las ideas, intercambiar los diferentes puntos de vista que tenemos e intentar incidir en que esas redacciones no deterioren más los derechos sociales y que, al contrario, nos permita mejor la realidad que tenemos hoy día.
Usted de cierta forma valora el anteproyecto, pero líderes de su partido, como el alcalde Daniel Jadue, han dicho que ese texto es “involución total”. ¿Comparte esa visión?
No quisiera decirlo así, pero sí considero que es un texto que le falta mucho. Permite un punto de partida, pero que es muy frágil, es como el cuento del lobo. Esta, a lo más, es la casita de paja y cualquier viento la destruye. Por eso los republicanos y la derecha tienen una responsabilidad enorme para no desmantelar o profundizar las desigualdades en este texto.
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