Francisco Huenchumilla : "La DC no debate ideas y funciona mucho en términos de poder interno"

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El senador por La Araucanía Francisco Huenchumilla cuestiona las reformas del gobierno y pide la salida del subsecretario del Interior Rodrigo Ubilla.

En el día que se realiza la Junta Nacional de la Democracia Cristiana, el legislador pide a su partido aprender a manejar las diferencias, definir cómo verse frente al gobierno y discutir los futuros desafíos.


Pese a que no llegará hasta la sede de Santiago del Congreso, donde hoy se realizará la Junta Nacional de la Democracia Cristiana, el senador Francisco Huenchumilla espera que las ideas que viene planteando ahí se discutan. Entre ellas, que su partido se defina claramente como opositor al gobierno, se muestre dialogante con la centroizquierda y discutan temas de fondo más que las lógicas internas.

"Nunca vamos a estar de acuerdo en un 100%, ojalá las concordancias superen el 50% y dejemos de lado las diferencias", dice el senador por La Araucanía al analizar la actual situación de la oposición tras una tensa semana por la elección de la mesa de la Cámara de Diputados.

¿Comparte la forma como la bancada DC resolvió sus conflictos para definir al candidato a la testera?

Manejar cuestiones personales que inciden en política no es fácil, pero se actuó con bastante prudencia porque en vista de que su situación personal tenía efectos políticos, Gabriel (Silber) dio un paso al costado. Fue prudente y que eso haya sido acogido por la bancada de diputados es lo que procedía.

¿Y la manera en que se resolvió al candidato para reemplazar a Silber? La bancada se vio dividida.

En las bancadas no siempre hay unanimidad. Lo importante es que cada grupo mayoritario o minoritario tenga una oportunidad. Costó un poco acá ponerse de acuerdo, pero al final tuvo un final feliz.

Pasaron susto en la primera votación para la mesa de la Cámara.

Efectivamente. Es un proceso de aprendizaje, no es posible estirar demasiado la cuerda con estas diferencias. Eso puede producir un efecto no deseado como hubiera sido que terminara en la testera de la Cámara un personero de gobierno. Entonces, esto puede ser un buen proceso de aprendizaje para anticiparse a los conflictos y buscar una solución consensuada.

Se habló también del ala conservadora de la DC versus el ala progresista. ¿Eso es algo que pasa en la DC, más allá de la bancada?

Es legítimo que en un partido pueda haber matices. La gente se va agrupando en torno a las distintas ideas, maneras de ver las cosas, ocurre en todo el mundo, el tema es cómo resuelves esas diferencias.

¿Es posible convivir en un partido con tantas diferencias?

No hay que tenerles miedo a las diferencias, en la medida que tales diferencias no sean de tal magnitud que no logres sentirte interpretado por el partido. Las diferencias tienen un límite. Si no te sientes para nada representado, no estarías en ese partido. Parto de la base que tenemos un mínimo común entre los grupos que nos hace estar en la DC y que las diferencias, no son insalvables.

¿En la Junta Nacional de hoy se debería hablar sobre cómo resolver las diferencias?

La tarea permanente de un partido, más en una Junta Nacional, es siempre un debate de ideas respecto de la realidad, respecto de cómo verse frente al gobierno, frente al futuro. La manera de administrar las diferencias ya no es un asunto de ideas, es un asunto de tener capacidad de gestión política y ahí los dirigentes deben tener esa visión estratégica de cómo manejar las diferencias y no pensar que dirigir un partido es simplemente un problema de acumulación personal de poder, sino que jugando en conjunto te potencias mucho más que arrinconándote con tus amigos.

Fuad Chahin ha apelado a que unidos inciden más. ¿Ha logrado eso su administración?

La DC no hace un debate de ideas, por lo menos yo como senador nunca he participado en instancias formales que se me haya invitado para tener un debate respetuoso y profundo respecto de muchos temas. La DC mira mucho para adentro y tiene que mirar más para afuera. La DC funciona mucho en términos de poder interno y debería funcionar mucho más del poder hacia afuera.

La DC comenzó a trabajar con el Frente Amplio en la Cámara. ¿Ve futuro en esa alianza?

Si somos oposición y tenemos pronto un reconcurso en materia de alcaldes, de concejales y gobernadores, tenemos que ver de qué manera vamos a enfrentar este test frente a la ciudadanía. Pero eso no puede ser voluntarista, tiene que ser una cosa gradual, de acercamiento, de respeto y de evitar los vetos entre los distintos sectores. Nunca vamos a estar de acuerdo en un 100%, ojalá las concordancias superen el 50% y dejemos de lado las diferencias. Si uno quiere tener ese horizonte, hay que partir por hacer gestión y el arte de la política, quiero decir, no forzando las cosas.

Varias figuras de la DC que antes eran lejanas a coordinaciones con el FA han ido cediendo. ¿Valora eso?

Aquí se trata de dar una señal a la ciudadanía de que no somos un partido de derecha. La gente quiere saber qué somos y a partir de ahí nos coordinamos con la oposición. Para eso es fundamental tener claridad de qué es lo que tú piensas. Si están hablando de las pensiones, necesitas saber primero qué piensas del sistema de pensiones, cuáles son tus ejes estratégicos, objetivos políticos, lo que es indispensable, cosas que no estás dispuesto a tranzar. Lo mismo pasa con la reforma tributaria.

¿Ese es el debate de ideas que cree que no se ha dado en la DC?

Exactamente.

¿Y las mesas que ha hecho Chahin no han sido útiles en ese sentido?

Todo es útil, pero hay temas más duros y otros temas menos complicados. Por ejemplo, en reforma tributaria tengo una visión en temas de impuestos, que a lo mejor no todos comparten.

¿Y cuál es la visión ? ¿Es distinta a la de los diputados de oposición?

Partí valorando que los diputados busquen concordancias en materia de reforma tributaria, pero centrar el debate solamente en recaudación y en los instrumentos que pueden dar mayor o menor recaudación es negociar en la cancha del gobierno. Me parece que el núcleo central de la reforma tributaria es si vamos a tener un sistema integrado o desintegrado y me parece que integrar el sistema es volver al año 1984, al sistema tributario de Pinochet.

¿Usted comparte entonces que se rechace la idea de legislar?

Si no se toma en cuenta eso, y se vota la idea de legislar, el gobierno va a imponer su tema, porque después del segundo, tercer trámite, vamos a terminar en una comisión mixta y el gobierno lo va a imponer mediante el veto. Para rechazar el veto necesitamos los dos tercios y no los tenemos. Mientras no resolvamos el debate de la integración, soy partidario de rechazar la idea de legislar.

¿Qué le parece la decisión del gobierno de dividir el proyecto de Admisión Justa e ingresarlo uno por cada cámara?

Eso contradice lo que el gobierno ha señalado de querer entenderse con la oposición para sacar adelante los proyectos. No sé si es buena táctica legislativa lo que está haciendo. Le va a costar mucho más al gobierno llegar a acuerdos de esa manera.

¿Qué le parece el conflicto en el que se ha visto al subsecretario Ubilla respecto de la compra de terrenos en tierras indígenas?

Las compras de tierras del subsecretario Ubilla es un tema político, no jurídico. El problema está en que si el gobierno dice que en La Araucanía hay terrorismo, que los mapuches son terroristas, yo digo cómo un subsecretario, que está a cargo de toda la parte policial, ¡compra tierras en territorio terrorista! Eso no tiene presentación política.

¿Es contradictorio?

Claro. Por otro lado, la demanda histórica del mundo mapuche es sobre un engaño permanente en la historia de la propiedad de la tierra, respecto de que usando subterfugios en la ley mucha gente se apoderó de tierras mapuches. Eso es un baldón político del cual el subsecretario debe hacer cargo. Veo inconsecuencia y por ende debería dar un paso al costado simplemente.

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