Jueces Muñoz y Vivanco enfrentan adverso panorama en el Senado tras aprobación de acusación por parte de la Cámara

Ángela Vivanco y Sergio Muñoz
En la imagen, los ministros de la Corte Suprema Ángela Vivanco y Sergio Muñoz.

Tras un tenso inicio de sesión, ante la infructuosa arremetida de las bancadas de gobierno, que pidieron dividir el libelo para salvar a Muñoz, una amplia mayoría de diputados aprobó el escrito contra ambos magistrados, que la próxima semana será resuelto por los senadores.


Con el impedimento para salir fuera del país quedaron los jueces de la Corte Suprema, Sergio Muñoz y Ángela Vivanco, luego de que la Cámara de Diputados aprobara por 97 votos a favor, 25 en contra y 20 abstenciones la acusación constitucional doble, presentada por las bancadas de Chile Vamos, en contra de ambos magistrados.

La aplastante mayoría -compuesta esencialmente por diputados de la UDI, RN, Evópoli, republicanos, socialcristianos, independientes, Demócratas y Amarillos-, también contó con apoyos de la DC, el PS, liberales, radicales, miembros del grupo PPD-Independientes e, incluso, de una legisladora comunista: la misma presidenta de la Cámara, Karol Cariola (PC).

La votación -que eleva el libelo al Senado que lo resolverá el martes 15 de octubre- daba cuenta de que había resultado el plan diseñado por Chile Vamos para acorralar al oficialismo.

Si bien el caso de Vivanco ya estaba fuera de discusión (de hecho, las bancadas de la alianza gubernamental presentaron una acción paralela contra ella), la situación de Muñoz, considerado el ministro más poderoso de la Suprema, enredó a los parlamentarios de gobierno.

El juez, quien en el pasado fue clave para esclarecer causas de derechos humanos, entre ellas el asesinato del presidente de la ANEF, Tucapel Jiménez, cometido por agentes de la CNI en dictadura, históricamente ha sido valorado por el antiguo mundo de la Concertación y de la izquierda y la centroizquierda, en general.

Por ello, los legisladores oficialistas intentaron infructuosamente dividir la acusación para votar por separado los textos contra Vivanco y Muñoz.

El problema de ambos magistrados es que ahora el panorama que enfrentarán en el Senado, donde la oposición es mayoría, es más adverso que en la Cámara.

Entre los senadores opositores existe una visión asentada de que el juez Muñoz, a quien consideran como el principal exponente del activismo judicial, al menos fue poco prudente en hechos que involucraron a su hija: Graciel Muñoz, jueza del 12° Juzgado de Garantía de Santiago. En su caso, los votos de la derecha y de los senadores de Demócratas (Ximena Rincón y Matías Walker) serían suficientes para cursar su destitución.

Por su parte, Vivanco, si bien tuvo un pasado como militante de RN y es considerada una jueza afín a la derecha, hay una visión transversal, desde el PC a la UDI, de que los hechos que se le imputan son “indefendibles”, por lo tanto, en su caso, hay una mayor probabilidad de que se apruebe al menos uno de los capítulos acusatorios.

A diferencia de la Cámara, que no podía dividir el libelo, el Senado está obligado a votar por separado cada apartado acusatorio. Muñoz enfrenta dos capítulos y Vivanco otros dos. Basta que se apruebe solo uno contra cada juez para que se les aplique la sanción que les impediría ejercer cargos públicos por un plazo de cinco años.

Tensión en la Cámara

El dilema de la “tabla de Carnéades” -que narra la historia de dos navegantes griegos, sobrevivientes de un naufragio y aferrados a una madera, que se enfrentan para dirimir quién puede salvarse- fue planteado por el abogado de la jueza Vivanco, Juan Carlos Manríquez, para argumentar por qué no se podía dividir la acusación constitucional doble en contra de los dos magistrados.

Por su parte el abogado de Muñoz, Jorge Correa, planteaba algo en sentido contrario y sostuvo que si no se dividía el libelo se vulneraba el debido proceso y los derechos humanos de su defendido.

La disquisición respecto de si se podía separar el libelo, en vista de que se reprochaba un “notable abandono de deberes” a dos jueces por dos hechos distintos, tensionó el inicio de la sesión de este martes en la Cámara.

La sesión, que no fue necesario extenderla hasta la medianoche, estaba convocada con el fin de resolver precisamente esta acusación doble, que le cuestiona a Vivanco su participación en las redes de influencia del abogado penalista Luis Hermosilla, mientras que a Muñoz le imputa haber entregado información privilegiada a su hija en una compra de departamentos.

No obstante, al inicio de la sesión, la presidenta de la Cámara debió hacer frente a una fuerte contraofensiva de las bancadas del oficialismo para pedir que se dividiera el libelo.

Pese a que los reclamos se multiplicaron entre sus pares de coalición, Cariola se apegó al criterio definido por el secretario general de la corporación, Miguel Landeros, de que el texto no se podía desagregar: debía votarse como un paquete cerrado y que, en caso de haber un vicio legal o constitucional, ese reclamo debía verse en la votación de la “cuestión previa”, fase en la se discuten precisamente estos aspectos de forma.

El primero en plantear la queja fue el diputado Luis Cuello (PC), quien señaló que la decisión de Chile Vamos de fusionar los cargos contra Muñoz y Vivanco, para obligar al oficialismo a aceptar la destitución del magistrado, junto con la jueza implicada en el caso Hermosilla, era una forma “torcida, porque se imputan hechos distintos”. “Vulnera toda garantía de un justo y normal procedimiento”, dijo.

Luego tomó la palabra la jefa de la bancada del Frente Amplio, Lorena Fries, quien comentó que “estamos ad portas de cometer una grave violación a los derechos humanos” si es que no se separaba el escrito contra los jueces acusados.

Al mismo reclamo se sumaron el diputado y presidente DC, Alberto Undurraga; los socialistas Daniel Manouchehri, Daniella Cicardini, Jaime Naranjo y Raúl Leiva; el comunista Matías Ramírez; el independiente PPD Jaime Araya y la frenteamplista Javiera Morales.

Por el contrario, diputados republicanos y de Chile Vamos emplazaron a sus pares del frente a hacer ese punto en la “cuestión previa”.

Dado que el debate comenzó a subir de nivel, Cariola, quien no se movió de su decisión de seguir la recomendación de la secretaría técnica, tuvo que hacer constantes solicitudes para que no se abusara del uso de la palabra.

“Desde la mesa hemos tomado la decisión, tal como lo hemos hecho en otras oportunidades, de respaldar a la secretaría técnica respecto de los procedimientos para llevar esto y asegurar y garantizar a todos quienes están llevando una acusación constitucional poder tener los resguardos necesarios y las garantías en el procedimiento”, dijo la presidenta de la Cámara, quien además mencionó que se pidió un informe en derecho para sustentar la determinación, que ya se distribuyó entre los diputados.

Sin embargo, dada la presión ambiental, resolvió citar a una reunión de los jefes de bancada para discutir el tema a puertas cerradas sin interrumpir la sesión.

El problema es que este encuentro se prolongó más allá de las exposiciones de los abogados defensores, Manríquez a nombre de Vivanco y Jorge Correa en representación de Muñoz, por lo que la sesión de sala igualmente tuvo que suspenderse, momento que fue aprovechado también para la hora del almuerzo.

Finalmente no hubo acuerdo de los comités para dividir la acusación y, al reanudarse la sesión, los diputados votaron la cuestión previa. En esta deliberación, la postura de los acusadores fue apoyada con una amplia mayoría de 91 votos y dos abstenciones, versus 52 legisladores que estuvieron por acoger la reclamación por el vicio de forma en la presentación. Esa votación fue la primera señal de que la suerte de Vivanco y Muñoz ya estaba echada. Incluso, en la votación de fondo posterior (la admisibilidad de la acusación), más diputados oficialistas se volcaron a aprobar el libelo doble.

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