Lautaro Carmona (PC): “Lo único que hicieron los excesos fue permitirle a la derecha descalificar el fondo de las manifestaciones”

Lautaro Carmona, presidente del Partido Comunista. Foto: Andres Perez

El presidente del Partido Comunista afirma que ellos no tuvieron incidencia en los orígenes del estallido social y menos en los hechos de violencia que se produjeron. Sí reconoce que, en medio de la crisis, buscaron destituir al entonces presidente Piñera porque estaba "superado", pero a través de mecanismos constitucionales.


El presidente del Partido Comunista, Lautaro Carmona, no tiene problemas en hablar de “estallido”, “revuelta” o “irrupción social”, siempre y cuando no se haga con una connotación negativa de lo que ocurrió el 18 de octubre de 2019. Para el histórico dirigente, la semántica es algo secundario y lo relevante hoy, a cinco años de la crisis, es que las principales demandas del movimiento se encuentran más vigentes que nunca.

“El gobierno del Presidente Boric tenía una reforma tributaria para abordar parte de ellas y la derecha lo impidió. Lo mismo ocurre con la reforma previsional, que hasta la fecha seguimos discutiendo, mientras el descontento se mantiene”, comenta Carmona, la mañana del viernes pasado, desde la sede del PC en plena Plaza Italia, donde a diferencia de lo que ocurría hace justo cinco años, reina una completa calma.

¿Por qué el PC no hizo un acto conmemorativo por los cinco años del estallido social?

La verdad es que no existe un cálculo político. En estos años no hemos hecho ninguna actividad conmemorativa, por respeto al rigor de un movimiento que tuvo una proporción de autoconvocatoria muy determinante y que ningún partido puede apropiarse. Estábamos trabajando con el resto de los partidos (oficialistas) una declaración conjunta, pero debido a la contingencia, los temas de campaña en que están las directivas y tantas cosas que se juntaron en estos días (no se pudo hacer). Ante ello y sin pretender nada, sacamos hoy (viernes) nuestra declaración clara y categórica de valoración a ese proceso como una manifestación de profundidad democrática (ver a continuación).

Al revisar las conclusiones de los plenos del comité central realizados en 2019 se aprecia cómo el PC buscaba empujar un proceso de movilización social para instalar un nuevo proyecto de desarrollo para Chile. ¿El PC tuvo algo que ver con el estallido social?

Sería faltar a la verdad si yo asociara una mirada o acción nuestra con los resultados de la convocatoria del 18/O, que surge esencialmente del mundo social y que tuvo una extensión del 18 de octubre hasta marzo de 2020 y, si no hay pandemia, no se desmoviliza. Lo que hace el PC es darle un juicio de valor a ella, dados los contenidos de sus propuestas.

¿Le sorprende que hoy exista un bajo apoyo ciudadano al 18/O?

Yo percibo una contradicción en eso, porque al mismo tiempo que se desacredita, las encuestas indican que los cinco problemas más importantes que les afectan hoy a los chilenos, salvo la seguridad pública, son los mismos que dieron origen a las manifestaciones: pensiones dignas, mayores recursos para la salud pública y listas de espera, el derecho a la vivienda y educación de calidad. Le sumaría otro tema que afortunadamente está en la propuesta vinculada al tema del CAE, que es el tratamiento del Estado a los deudores. Hoy, salvo unos pocos, todos los chilenos viven bajo la angustia de las deudas, al punto de que mucha gente está comprando su mercadería en el supermercado a 12 meses plazo. O sea, para comer, es deudor; para pagar el dividendo, es deudor; para pagar el vehículo, es deudor, para todo los chilenos hoy deben endeudarse. Y los únicos que no se afectan ni se alteran por ello son los bancos y las financieras, que parecen ser inmaculados.

Carmona: "Las encuestas indican que los cinco problemas más importantes que afectan a los chilenos, salvo la inseguridad, son los mismos que dieron origen a las manifestaciones". Foto: Andrés Pérez

¿Por qué cree que existe esta contradicción en torno al estallido?

Porque las preguntas en algunas encuestas, a veces, se reducen a la parte más violenta que hubo en las convocatorias, que fue una expresión no convocada ni deseada por los movimientos sociales... Nadie quiere volver a tener un caos en su ciudad, ni siquiera los que estamos de acuerdo con que esas luchas siguen más vigentes que nunca, y menos los que no están de acuerdo con enfrentarlas.

Pero lo cierto es que la violencia empañó el movimiento y eso está muy presente entre los chilenos. ¿Eso usted lo reconoce?

Sin duda, cómo no los van a afectar, por ejemplo, los incendios a las iglesias. Mi pregunta, entonces, es ¿quiénes eran los interesados en hacer esas expresiones de violencia que terminaron facilitando el camino a los que querían homologar todo el movimiento a la violencia? ¿Quiénes eran los llamados “intramarchas”? Hay una serie de episodios (de violencia) que no están aclarados hasta el día de hoy.

Dirigentes y analistas cercanos a la derecha estiman que el PC debiese hacer una autocrítica por su rol en el estallido y el haber validado la violencia, aseguran, como método de presión política.

La derecha quiere asignarle al PC una mirada licenciosa respecto al tema de la violencia o los excesos que tuvo la convocatoria y que no correspondió a sus convocantes. Nos quieren hacer aparecer como que a nosotros nos pareció natural y normal la violencia que hubo. Y eso no es verdad. Nosotros valoramos las movilizaciones y no una condición de violencia. Los excesos, lo único que hicieron, fue permitirles a sectores de la derecha descalificar el fondo de las manifestaciones, y creo que en eso hoy vuelven a cometer un error. Recordemos que en ese momento los empresarios, la Primera Dama (Cecilia Morel) y el propio Presidente (Sebastián Piñera) valoraron las movilizaciones pacíficas.

“El presidente Piñera estaba superado en sus capacidades”

Tempranamente el PC pidió la renuncia del entonces presidente Piñera. Hoy, con la perspectiva del tiempo, ¿cree que fue una decisión apresurada?

A juzgar por lo que ocurrió después del 18/O, cuando el Presidente declara que hay un enemigo interno muy peligroso y que estamos en guerra, no fue apresurado. Él estaba abordando el tema con una mirada, digamos, conspirativa, respecto al pueblo, y su gobierno no estaba dando el ancho para responder a las demandas y garantizar el orden público, salvo tratar de sofocarlas por la vía de la represión.

Pero muchos cuestionan que se buscara la salida de un mandatario elegido democráticamente.

El Presidente estaba superado en sus capacidades y lo que hace el PC, junto a otros partidos, es usar los recursos institucionales que tiene el país. La posibilidad de acusar constitucionalmente a un Presidente de la República está en la Constitución.

A diferencia de 2019, cuando Piñera era el principal blanco de las críticas, hoy las personas no lo asocian a la crisis ni lo culpan de sus efectos. ¿Le sorprende ese cambio?

No, yo creo en la sabiduría del pueblo y en la manifestación sana que tiene para evaluar cada tiempo. El pueblo per se no tiene una fobia contra alguien, lo que tiene es un juicio crítico sobre una autoridad. Un hecho lamentable, como lo fue la trágica muerte del ex Jefe de Estado, no lo libera de sus responsabilidades políticas.

¿Cuál es la responsabilidad del PC y la izquierda al no haber podido encauzar esa demanda en el primer proceso constituyente?

Se encuentra pendiente un análisis de cuánto esfuerzo hicimos los que teníamos representaciones -nosotros teníamos seis de 150 convencionales- para convenir cuál sería la centralidad aconsejable y que no fuera el infinito a resolver. Nosotros hemos asumido nuestra responsabilidad. Otros no lo han hecho. Para mí la guinda de la torta de la desacreditación de este proceso fue este señor Rojas Vade, que aún no tengo claridad cuál fue su motivación para hacer tanto daño.

Lautaro Carmona: "Hay una serie de episodios (de violencia) que no están aclarados hasta hoy". Foto : Andres Perez.

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