Ministra Orellana: “La diputada Pérez le hace un flaco favor a la lucha de las mujeres (al deslindar responsabilidades en dos hombres adultos)”
A juicio de la titular de la Mujer, "la sororidad en política" no tiene que ver con "evadir responsabilidades políticas". Remarca que el financiamiento irregular de la Fundación Democracia Viva "quiebra la confianza de las personas" y agrega que los involucrados aún "no dimensionan el daño que le han hecho al Frente Amplio".
A pesar de que su cartera no está directamente vinculada a la emergencia, la ministra de la Mujer, Antonia Orellana (Convergencia Social), estuvo desplegada todo el fin de semana al igual que todo el gobierno. Estuvo en San Antonio y ayer, en la tarde, viajó a Biobío para seguir recorriendo lugares afectados por el temporal y recoger inquietudes de los damnificados.
Sin embargo, en medio de la emergencia climática, Orellana, quien es la única ministra del Frente Amplio (RD, Comunes y Convergencia Social) dentro del comité político, hace una pausa para referirse a la otra contingencia que también tiene preocupada a La Moneda.
Cuando surgió la polémica por unas declaraciones del ministro Giorgio Jackson, a propósito de la estatura moral, usted dijo que no creía en las “escalas diferentes” entre generaciones. Ahora independiente de esa polémica, desde el Frente Amplio siempre existió una mirada de que ustedes ofrecían una gestión política más honesta, con mayor prioridad, ¿o no es así?
Creo que como sector crecimos principalmente en base a dos ideas. Una, ofrecer una opción de izquierda alternativa a la Socialdemocracia como a la izquierda comunista. Y, por otro lado, también como una respuesta a un malestar creciente por los escándalos de financiamiento en la política. Por eso es que tenemos que ser muy duros con cualquier atisbo de corrupción. Porque eso mina nuestras posibilidades como gobierno. No es solamente un delito, sino que también quiebra la confianza de las personas. Es una de las cosas más graves.
El diputado Jaime Mulet dijo hace poco que mientras más alto está el santo, se rompe en más pedazos cuando cae del altar. ¿Están sometidos a una vara más alta que otros sectores políticos?
No. Nosotros mismos tenemos una percepción de que esto es inaceptable. Cuando salió el escándalo, yo estaba en Washington. Estaba asistiendo como vicepresidenta de la Comisión Interamericana de Mujeres a la Asamblea General. Y estuve conversando, por ejemplo, con el alcalde Tomás Vodanovic. Los alcaldes de RD tuvieron una reacción muy categórica y pidieron que no hubiera ningún tipo de blindaje y se establecieran las responsabilidades penales, administrativas y también políticas. Independiente del estándar con el que otros nos evalúen, es nuestra reacción la que debe ser categórica. El ministro Carlos Montes entregará los antecedentes reunidos a la fiscalía para que investigue con total independencia.
Causó mucho ruido cuando la diputada Catalina Pérez deslindó responsabilidades en “dos hombres adultos”, lamentablemente eran dos personas cercanas a ella. ¿Es una mala estrategia apelar a ese tema de género o deslizar que hay un tema de género detrás?
La sororidad en política tiene que ver con no ocupar estereotipos que tradicionalmente se nos han asignado. No evadir responsabilidades políticas.
¿La frase no fue afortunada de la diputada Pérez?
Yo creo que le hace un flaco favor en la lucha de las mujeres.
Cuando el Presidente dice no meto las manos al fuego, ¿es una señal dura de desconfianza con sus colaboradores o no?
No es desconfianza establecer que tenemos que hacernos cargo de que Chile ha vivido una crisis de deslegitimación de las instituciones desde hace bastante tiempo y que, por lo tanto, la manera de recuperar la confianza es precisamente la transparencia y la sanción de todo tipo de corrupción.
El presidente de su partido, Convergencia Social, el diputado Ibáñez, dijo que hay que sacar las manzanas podridas. ¿Esa frase revela que hay una crítica muy fuerte a RD dentro de Convergencia Social?
Yo no lo tomaría como una cuestión hacia el partido, sino hacia personas que hasta el día de hoy no dimensionan el daño que le han hecho al proyecto del Frente Amplio, que es profundo.
¿Esto puede complicar, por ejemplo, el plan de fusión hacia un partido único?
Me parece que, en una semana de emergencias, como la que vivimos, y en una discusión tan delicada como es la probidad, no es una prioridad.
Respecto de la emergencia climática, ¿cómo están colaborando? Me imagino que están activándose en roles que tal vez no son habituales del ministerio.
El ministerio, a través de sus autoridades regionales, siempre estará a disposición de las urgencias. Si se requiere que todos los automóviles fiscales, nuestras camionetas estén para trasladar a personas aisladas, están disponibles. Al igual que nuestros funcionarios estarán a disposición para apoyar en los albergues. El foco especial que hacemos nosotras es, en primer lugar, incorporar la idea de la seguridad de las mujeres en emergencias. Es habitual que, en contextos de convulsión de cualquier tipo, se relajen las medidas de protección a las mujeres. Nuestra tarea es insistir con todos los actores que no se pueden relajar las medidas y estar atentas ante cualquier indicio. Por otro lado, apoyar, desde el enfoque de género, la recuperación. Las mujeres, sobre todo en el campo, no suelen ser usuarias de los servicios de apoyo y, por lo tanto, se necesita un ojo especial. Para eso, estamos trabajando con el Indap y también con Prodemu, que es una institución pública aliada y que tiene una presencia mucho más amplia en las zonas rurales.
¿A usted le incomodó la frase de la ministra de Obras Públicas (Jéssica López) sobre los “tips de mujer” y la recomendación que hizo para juntar agua en la lavadora?
(Ríe) Creo que es una constatación de que, efectivamente, las mujeres somos las que lavamos la ropa. Y, segundo, me parece de una falta de calle insoslayable (de quienes critican) no saber que para la mayoría de las personas que tenían una lavadora con tambor, el agua se guardaba allí. Creo que sí es muy preocupante que personas, no bots, hagan comentarios clasistas. Cualquier persona de clase media en Chile tuvo una lavadora con tambor, no de carga frontal. Y hubo hasta quienes jugamos en ese tambor, algo peligroso, no lo recomiendo, pero sí, se hacía, se juntaba agua así.
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