Paula Vial y querella de Javiera Blanco en contra de exdiputado Hasbún: “Ella seguía brillando y eso generaba molestia, incomodidad”

Paula Vial
Foto: Andrés Pérez.

Tras ser liberada de las investigaciones que llevaba el Ministerio Público en su contra, la exministra de Justicia determinó inicialmente demandar al Consejo de Defensa del Estado, pero ahora sumó una querella en contra del exparlamentario de la UDI, a quien acusan por haber presentado una denuncia calumniosa. A juicio de su abogada, el otrora diputado desplegó una agenda que implicó una "afectación gravísima al prestigio" de Blanco.


La exministra de Justicia y exsubsecretaria de Carabineros Javiera Blanco está empecinada en limpiar su imagen tras verse envuelta -a su juicio, injustamente- en tres investigaciones del Ministerio Público. Por lo mismo, junto a su abogada, Paula Vial, no sólo emprendió acciones en contra del Consejo de Defensa del Estado (CDE) -organismo al que, asegura, fue obligada a renunciar cuando formaba parte de él-, sino que ahora también determinó arremeter en contra de quienes dieron pie a que se le persiguiera judicialmente.

Como explica Vial en entrevista con La Tercera, la semana recién pasada ingresaron una querella -que el viernes fue declarada admisible- en contra del exdiputado de la UDI Gustavo Hasbún, acusándolo de haber presentado una denuncia calumniosa en contra de la otrora autoridad de gobierno. Según sostiene la profesional, el exparlamentario señaló a su representada como responsable de fraude al Fisco, sabiendo que no había infracciones, como finalmente lo determinó la fiscalía. Todo, porque creen que al ser una mujer exitosa “generaba molestia”.

Por lo mismo, insiste la penalista, hoy quieren que se establezca la responsabilidad penal que le cabría a Hasbún.

¿En qué momento deciden presentar acciones en contra del CDE y del exdiputado Hasbún?

El hito que nos habíamos fijado previamente, incluso antes de analizar cualquier acción posible, era la necesidad de que Javiera fuera declarada inocente en todas las investigaciones que se llevaban en su contra. Eso ocurrió tanto en la causa del Sename, en la de Gendarmería y también finalmente en la de gastos reservados de Carabineros. Eso nos dio el pie para comenzar a analizar qué acciones correspondían.

¿Cómo se definió ese “plan de acción”?

En primer punto se analiza la situación general. Y lo que hemos hecho es ir identificando los hitos más relevantes de las acciones que se presentaron injustamente, y viendo dónde es posible intentar perseguir alguna responsabilidad. Porque también hay algún daño que se ha producido a raíz de declaraciones en la prensa, de apariciones, donde es muy difícil buscar una compensación o una posibilidad de rehabilitar su imagen.

Por eso, por ahora, vamos por lo referido a la situación propiamente laboral que se produjo con un cargo de tan alta estima y honra como es ser consejera del CDE, y luego contra algunas personas que accionaron o se dirigieron de manera muy intencionada en contra de ella, como es el caso del exdiputado Hasbún. Él actuó en calidad de exdiputado representante de la UDI. Además, en ese tiempo era candidato a senador y había desplegado una serie de acciones que daban cuenta de que esto no era al azar, sino que respondía a una agenda premeditada, bien concebida.

¿Por qué delito buscan que se le condene?

Nosotras lo estamos acusando, y creemos que la justicia debiera valorarlo en los mismos términos, por haber realizado una denuncia calumniosa. Eso quiere decir que acusó en falso y con conciencia de aquello. Él le imputó, la señaló y realizó materialmente una denuncia en su contra por un delito del que él sabía que ella no era responsable. Y hay varios elementos por los que nosotros consideramos que eso es así.

¿Como cuáles?

La situación la acciona un dictamen de la Contraloría respecto de una reclamación que él mismo había realizado respecto de unas contrataciones en Gendarmería. Pero esa resolución señala que no hay ninguna responsabilidad de mi representada, ni siquiera califica los actos, sino que simplemente ordena a Gendarmería reincorporar a esos funcionarios, pues no correspondía que fueran al Ministerio de Justicia. No se identifican contrataciones irregulares.

Entonces, con esa información y consciente de aquello -porque estamos hablando de un diputado que llevaba varios períodos, que había sido alcalde, una persona que conoce perfectamente el manejo, la nomenclatura, los usos y costumbres de las distintas instituciones-, no puede ser que haya incurrido en un mero error. En ese entonces dio una conferencia de prensa en el Centro de Justicia, imputando directamente a mi representada, como si no hubiese dudas de que ella era autora de delito. Pero bueno, finalmente la justicia mostró a través de una extensa investigación del Ministerio Público que no era efectivo. Algo que estaba clarísimo desde el día 1.

En 2016 también intenta acusarla constitucionalmente.

Sí, y en 2017 presentó otra denuncia, por otros hechos. Pero en este caso particular, por lo referente a Gendarmería, lo relevante es que la denuncia la hace coincidentemente con la asunción de ella como consejera del CDE. Es decir, cuando nuevamente estaba visible en un puesto de autoridad. Entonces, vuelve en campaña.

¿Qué razones cree que hay detrás de esa campaña de desprestigio que denuncian?

No lo sabemos. La verdad es que buscar motivaciones sería especular. Probablemente, dado su carácter de militante y parlamentario, puede haber una intencionalidad política, pero la verdad es que no es lo relevante. Lo relevante es que con sus acciones él busca y consigue perjudicar gravemente la honra y la dignidad de Javiera Blanco, porque, además, alienta otras intervenciones en contra de mi representaba. Lo concreto es que hay una merma, una afectación gravísima al prestigio y la reputación de la exministra.

Javiera Blanco ha dicho que con estas acciones busca de alguna forma limpiar su nombre. ¿Cree que eso es posible?

Ella es una mujer extraordinariamente capaz, competente y, por lo tanto, tal vez a diferencia de cualquier persona, tiene una capacidad de resiliencia y de reinvención inmensa. Pero, sin duda, para ella, y para cualquier otra persona que sea acusada injustamente, es muy complejo volver a un estado de situación original, que de alguna manera elimine o borre lo que han significado estos larguísimos seis años de distintas acusaciones. El esfuerzo que vamos a hacer y que estamos haciendo es para lograr el mejor de los resultados, con conciencia de que probablemente nunca va a ser lo mismo.

Efectos de la discriminación

¿Cómo cree que influyó el que fuera mujer?

Yo creo que la cancha sigue estando muy dispareja y, en general, las mujeres que llegan a posiciones de poder tienen ciertas características que las hacen muy visibles. Ese era el caso de Javiera. Ella es una persona muy competente, con mucha prestancia, y eso genera efectos, un tratamiento -creo- bien diferenciado. En la práctica, al menos hasta el día de hoy, efectivamente las mujeres en política y en cargos de autoridad son focos de mayor interés. Hay una mayor vulnerabilidad o una mayor fragilidad, pero no por ser mujer, sino por ser algo relativamente excepcional en ese espacio.

Creo que eso se manifiesta todos los días. Lo vemos, por ejemplo, con las presidentas de partidos -que afortunadamente tenemos varias- y son todas mujeres muy empoderadas, muy destacadas, con una extensa trayectoria política y, sin embargo, están permanentemente siendo cuestionadas. Todavía es algo en lo que tenemos que avanzar, para así lograr un tratamiento equilibrado, porque finalmente la pretensión tampoco es mayor que eso.

¿A qué atribuye esa desventaja pública que le tocó enfrentar a la exministra?

Yo creo que es algo multifactorial y complejísimo, pero una característica probablemente es la mayor visibilidad desde la excepcionalidad de que haya mujeres en esos espacios, lo que hace que, en general, destaquen mucho y sean un foco más ‘apetecible’. Y claro, además ella era una ministra muy destacada de la única Presidenta que ha habido en el país. Eso también genera un foco muy particular. Ya no estábamos en ese gobierno, pero ella seguía brillando y eso generaba molestia, incomodidad.

¿Había esa suerte de animadversión en María Eugenia Manaud, a quien en medio de la demanda contra el CDE se le atribuyen presiones indebidas para que Blanco dejara la entidad?

El factor determinante y único de la salida de Javiera del Consejo de Defensa del Estado es la conducta desplegada por la presidenta del consejo, que simplemente no quería tenerla entre sus filas, si era porque era mujer o no, lo ignoramos y no es fundamental.

¿Han podido dilucidar si el consejo tomó conocimiento de la petición de renuncia? Su representada puso en duda aquello, ya que la solicitud se hizo en periodo de vacaciones.

Yo creo que eso va a ser parte de la investigación. Lo ignoramos en términos concretos. Lo que sí sabemos es que efectivamente se dio en un momento inusual, donde objetivamente era imposible contar con la unanimidad del consejo, al menos con los titulares. Y, por lo tanto, probablemente va a ser esa investigación civil la que nos va a entregar más luces.

¿Tienen como descartado que en el marco de esa demanda puedan llegar a un acuerdo? Esto, considerando que el fin último es limpiar la imagen de la exministra.

No, por supuesto que no. Como siempre en materia jurídica uno está abierta a las negociaciones, a los acuerdos, a los acercamientos. Esta no va a ser la excepción, pero, por ahora, el conducto es el judicial.

¿Podrían venir otras acciones?

Estamos analizando con cuidado y con los plazos que se nos permiten, porque también hay algunas cuestiones que están fuera de nuestro alcance. Lo adecuado o lo más conveniente, por ahora, son estas dos acciones, pero seguimos trabajando en ese escenario global.

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