Piñera abre nueva fase en apuesta por liderazgo internacional

"Tenemos que liderar esto los dos juntos", le comentó el lunes el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, al Mandatario Sebastián Piñera, al término de una reunión con los líderes del Acuerdo de París -en el marco del encuentro de la ONU en Nueva York-, en la que se potenció el mensaje sobre aumentar las medidas para luchar contra el cambio climático de cara a la cumbre COP5 que se realizará en Chile.

Luego, según presentes, Piñera le comentó a su par francés que iría a hablar con la prensa chilena sobre la reunión. "¿Quieres que te acompañe?", le preguntó Macron. Finalmente, el líder francés salió junto a Piñera y fue él quien habló con los periodistas. "Sí, estaré en Chile en diciembre, porque apoyaré a mi amigo, el Presidente Piñera, y lo ayudaré a hacer de esta COP un éxito", dijo Macron.

La escena grafica -dicen en La Moneda- el camino a la "consolidación" del liderazgo internacional de Piñera en una gira que califican como la "más exitosa" de su segundo mandato. De hecho, según las mismas fuentes, gracias a fortalecer los lazos con líderes internacionales y los temas que comenzó a instalar en la agenda -cambio climático y guerra comercial- Piñera logró entrar a la escena mundial. Y, además, consiguió constituirse como "una voz relevante y confiable" en estas dos materias.

En el gobierno dicen que esto quedó en evidencia no solo con el episodio con Macron, sino también con uno que, afirman, ocurrió con la canciller alemana, Ángela Merkel. El lunes, previo a ingresar al salón donde se iba a desarrollar la reunión por bosques lluviosos, uno de los asesores de Merkel se acercó a uno de los de Piñera y le planteó que la canciller quería ingresar junto al Presidente al encuentro. Y así fue.

En el Ejecutivo afirman que con la gira a Estados Unidos, la estrategia de Piñera en política exterior pasó a una tercera etapa. Esto, porque en el gobierno explican que durante 2018 el Mandatario se enfocó principalmente en buscar construir un liderazgo al interior de América Latina. Su principal tema durante casi todo ese año fue levantar una ofensiva para que Nicolás Maduro deje el poder en Venezuela. Ese fue el primer paso para concretar una de las aspiraciones de Piñera: tener un liderazgo internacional relevante.

La segunda etapa, sostienen las mismas fuentes, partió en diciembre de 2018, en el G20 en Buenos Aires. Ahí comenzó a gestar su estrategia internacional enfocada en temas mundiales, como el cambio climático y la guerra comercial entre China y Estados Unidos. Este diseño se continuó en sus encuentros en el G20 de este año en Osaka y en la cumbre del G7 en Francia. Y, por esta razón, en Palacio dicen que ahora comienza una tercera etapa en la que buscan mostrar los resultados concretos para consolidar el liderazgo de Piñera. Y la gran vitrina para mostrar eso es la cumbre de la COP25 y el encuentro Apec.

De hecho, por esta misma razón es que en el gobierno dicen que Piñera no tiene contemplado salir del país -salvo para el gabinete binacional con Perú, en octubre- con el objetivo de concentrarse en el trabajo para el éxito de estos dos encuentros. "Las cumbre son la demostración de todo lo que se ha hecho", comentan en el gobierno. Y uno de los principales desafíos con el que se medirá, en parte, el liderazgo internacional de Piñera y el éxito del encuentro de Apec es si asiste el Presidente de EE.UU., Donald Trump.

En este contexto, en La Moneda dicen que con su paso por Nueva York, Piñera avanzó en fortalecer su rol en el exterior y que, esta tercera etapa, también contempla continuar potenciando los tres grandes temas que le interesan: cambio climático, guerra comercial y latinoamérica. Y, esta última área, tiene tres subtemas: Venezuela, Prosur y Alianza del Pacífico. Esto -afirman en Palacio- le permite proyectar su liderazgo más allá de este gobierno.

En el gobierno, en todo caso, reconocen que el camino no ha sido fácil y que, en la misma gira por Nueva York, ocurrieron tres episodios que tensionaron el ambiente y que pusieron a prueba a Piñera: la cumbre por bosques lluviosos, Prosur y el Acuerdo de Escazú.

En cuanto a lo primero, se tenía que lograr una reunión que no afectara las relaciones entre Chile y Brasil. Esto, debido a que la idea original de ese encuentro era abordar medidas para enfrentar la situación de los bosques de la Amazonía, iniciativa que también era impulsada por Macron, quien ha tenido enfrentamientos públicos con Jair Bolsonaro. De hecho, este último no asistió a esa cita.

En este escenario, Piñera le propuso al líder francés ampliar el tema y que se abordaran los "bosque lluviosos", con el objetivo de que fuera una materia más general que incluyera zonas "tropicales y templadas". Esto, para que no fuera solo sobre la Amazonía -consciente de que eso era visto con recelo por Bolsonaro- y se incluyeran, incluso, bosques de Chile. Así, también se encargó de que en las declaraciones que se hicieran no se pasara a llevar la autonomía e intereses de Brasil.

En relación a Prosur, el problema radicó en que costó sacar la firma de los países para tener el reglamento. De hecho, Brasil, Perú y Argentina se resistieron por distintos motivos, ya que buscaban un documento que "reflejara" lo que se había acordado en marzo, en el sentido de tener un foro flexible. Finalmente, se logró sacar el reglamento.

Y, por último, respecto a Escazú, es un tema que se transformó en un flanco para Piñera, considerando que el gobierno no lo ha firmado y que, durante la gira, reflotaron las críticas de la oposición y de organizaciones medioambientales.

Por esta razón, dicen en el gobierno, Piñera optó en Nueva York por abrirse a firmar este acuerdo, dejando en suspenso la decisión final y, de esa manera, "bajar la presión". Eso sí, reconocen que se tendrá que tomar una decisión antes que se realice la COP25.