Republicanos y Chile Vamos abren diálogo para consensuar enmiendas y dar una señal que agrupe a los 2/3 del Consejo Constitucional

Pasadas las 16.10 de la tarde, en el pasillo de la Cámara en Santiago, los delegados de Chile Vamos -Arturo Phillips (Ind.-UDI) y Pilar Cuevas (RN)- improvisaron una pequeña reunión junto a sus asesores Francisco Bartucevic y Benjamín Lagos.

Un par de metros más allá, en la sala multiuso de la Cámara, se encontraba el delegado republicano Luis Silva acompañado del jefe de asesores de esa bancada, Jorge Barrera. Estaban ahí esperando a sus pares de Chile Vamos para tener el primer encuentro formal entre ambas bancadas. Todo eso, a solo seis días de que venza el plazo para ingresar las enmiendas al anteproyecto que redactó la Comisión Experta.

A las 16.18, los delegados de Chile Vamos entraron a la sala para dar inicio a la reunión. El objetivo de la cita, comentan fuentes de la derecha, era tener un primer diálogo formal respecto de la posibilidad de ingresar enmiendas en conjunto.

Esta conversación se da luego de que ambas fuerzas políticas ordenaran sus filas internas. Los consejeros republicanos se reunieron el sábado, lunes y martes en extensas reuniones en un hotel de la comuna de Las Condes. Lo mismo han hecho sus asesores, quienes además se quedaron el domingo hasta tarde sistematizando la información. En esos encuentros la bancada definió sus líneas rojas y amarillas. Con esas claridades, el objetivo es poder tender puentes con Chile Vamos.

Quienes supieron de la reunión comentan que ese fue uno de los temas abordados. Los puntos en común que logren tener los republicanos y Chile Vamos se transformarán en una señal potente. Las tres bancadas en su conjunto controlan los 2/3 del Consejo, un quórum notoriamente superior a los 3/5 que exige el reglamento y la Constitución para aprobar una enmienda.

De hecho en la bancada republicana algunos consejeros comentan que si las conversaciones tienen éxito, al momento de firmar esas enmiendas deberían plasmarse rúbricas de todos los partidos del sector, tanto de republicanos, UDI, RN y de la única consejera de Evópoli.

Las enmiendas que se logren consensuar, dicen fuentes de la derecha, deberían apuntar a los principales nudos políticos del texto y no solo a temas menores. El ideal sería unir esfuerzos en tópicos sensibles como salud, educación, seguridad social, agua, protección de la vida del que está por nacer, libertad sindical, entre otros.

Desde Chile Vamos son enfáticos en señalar que si logran enmiendas junto con republicanos eso no significa “una clausura del debate”, sino que todo lo contrario, implica “el inicio de una conversación con el oficialismo”. De conseguir indicaciones unitarias de toda la derecha la única señal que estarían dando, agregan desde ese bloque, es realizar un ejercicio de transparencia respecto de las ideas que quiere defender el sector.

La izquierda también sigue trabajando en sus enmiendas. Los asesores de los consejeros y comisionados del oficialismo son quienes están sistematizando toda la información y ya trabajan en los comparados para tener claridad de las normas que se quieren agregar y los incisos que se quieren suprimir. Las indicaciones apuntarían a mantener el grueso del anteproyecto y avanzar hacia escaños reservados, descentralización, paridad, derecho al cuidado, paridad y la “defensa al Estado social de derecho” y los cinco derechos sociales: salud, educación, seguridad social, vivienda y agua.

Ayer, los asesores estuvieron reunidos en la sala de lectura del Senado viendo tema por tema. En este trabajo las tres bancadas de consejeros oficialistas han tenido una fuerte ayuda por parte de los comisionados. De esta manera los expertos Gabriel Osorio (PS), Antonia Rivas (CS), Domingo Lovera (RD), Catalina Lagos (PS) y Alexis Cortés (PC) se han visto casi todos los días en el Congreso acompañando el trabajo de los representantes oficialistas.

Este miércoles hubo un primer acercamiento entre los asesores del PS y los republicanos. Desde ambos mundos exploraron la posibilidad de ingresar enmiendas unitarias de todo el Consejo, es decir, entre toda la izquierda y la derecha. Esto, pese a que se trate de indicaciones menores que solo aborden asuntos de forma o que no han sido materia de disputas políticas.

La idea, dicen en la derecha, es hacer un gesto de unidad para que el discurso de los acuerdos se traduzca en el trabajo de las enmiendas. Sin embargo en el oficialismo toman distancia de esta idea ya que no quieren entregar el punto de forma tan fácil, más aún cuando las señales que ha dado republicanos apuntan a ingresar indicaciones potentes que modificarán aspectos sustantivos del anteproyecto.

Por lo mismo es que el oficialismo, a través de sus delegados, ha tratado de tener una reunión con la derecha antes de la presentación de indicaciones. Pese a que la derecha ha dicho que tiene disposición, lo cierto es que la cita no tiene fecha y el tiempo se acaba.

“Dentro del debate democrático es sano que cada uno dé cuenta de las enmiendas que responden a su electorado. A nosotros nos hubiese gustado que ese proceso se hubiese dado previo a una conversación, pero entendemos que por tiempo no va a ser posible. Confiamos en que el diálogo y el proceso de consenso se dé posterior a la presentación”, dijo el delegado de RD Julio Ñanco.

Una visión similar tienen en la bancada socialista. “Yo puedo entender que ahora todas las bancadas presenten enmiendas que vayan más allá de lo razonable, pero yo esperaría que exista un proceso de negociación antes del 17, de tal manera que presentemos enmiendas que sean adecuadas a un proceso de convergencia constitucional que una a los chilenos y que nos permita concurrir con éxito este proceso”, afirmó el consejero Christian Suárez (Ind.-PS).