Gerente general de SQM y potencial para elaborar baterías de litio en Chile: “Es difícil, pero no imposible”
Ricardo Ramos sostuvo que la integración industrial en las etapas posteriores a la elaboración de carbonato de litio es algo que el país se tiene que “ir cuestionando año a año”, pero ve necesario concentrarse en la sustentabilidad y en que “hacemos un litio de alta calidad”. Además ve que el precio actual “es muy barato” y que su nivel de equilibrio es superior.
El mercado del litio en Chile se apresta a cerrar un 2024 marcado por los precios bajos. El valor promedio al que SQM comercializó el denominado oro blanco en el tercer trimestre se ubicó por debajo de los US$10.000 la tonelada, niveles no vistos desde hace tres años, golpeando los resultados de la minera privada ligada al grupo Pampa. Sin embargo, la visión de la compañía es que los precios están por debajo de su nivel de equilibrio, por lo que es esperable una recuperación.
Así lo remarcó el gerente general de SQM, Ricardo Ramos, en una reciente presentación realizada en el marco del curso para periodistas “Litio: oportunidades y desafíos para Chile y el mundo”, organizado por Codelco, SQM y la Universidad Católica del Norte. Allí defendió los fundamentos del mineral para abastecer la demanda asociada la transformación energética y, especialmente, de la electromovilidad.
“El costo del litio en el auto eléctrico es del orden del 1%. Nadie podría decir que hay que buscar un reemplazante al litio porque es muy caro. Eso no es verdad. El litio sigue siendo la mejor materia prima para producir (baterías) para autos. De hecho, yo creo que el litio es muy barato hoy día y los precios de equilibrio, que es lo que dicen todos los analistas y todos los mercados, deben ser muy superiores a los precios actuales”, dijo Ramos.
En esa línea, enfatizó que uno de los principales aspectos que los grandes clientes les consultan a los productores de autos eléctricos pasa por cautelar que los procesos de producción del litio sean considerados como ambientalmente sostenibles. Algo que, aseguró, está en el centro de la alianza que alcanzó con Codelco para asociarse en el salar de Atacama hasta el año 2060.
“El acuerdo que tenemos con Codelco partió diciendo cómo vamos a hacer el mejor proyecto desde el punto de vista ambiental, a nivel mundial, en la producción de litio. Estamos convencidos de que los que no sean número uno en la sustentabilidad ambiental de la producción de litio, los que no estén en el rango de los mejores, no van a poder ser competitivos en el largo plazo”, señaló.
Ramos también abordó un aspecto clave en la estrategia para desarrollar la industria del litio en Chile: la integración a lo largo de la cadena para elaborar baterías de litio en el país. Allí, explicó que el almacenamiento estacionario de energía supone una oportunidad para elaborar dicho tipo de tecnologías a nivel local, pero que ello está limitado por el avances que grandes actores a nivel mundial como Panasonic, Samsung, BYD, LG y otros han acumulado en los últimos años para el suministro de baterías para la electromovilidad.
“Estamos hablando de una industria que es extremadamente avanzada en los temas de investigación y desarrollo. Pretender que nosotros vamos a desarrollar la tecnología de baterías competitiva, creo que también es un salto muy alto. Pensar que estas industrias se van a colocar en Chile, donde el litio es una parte muy pequeña del costo total (...) y que vamos a ser competitivos en producir baterías, es difícil también, pero no es imposible”, comentó.
SQM y Albemarle, las únicas empresas que extraen litio en Chile, deben entregar parte de su producción a un precio preferente. Dicha exigencia fue establecida en el mercado de los acuerdos que cada una tiene con Corfo, la dueña de las pertenencias mineras en el salar de Atacama, en una de las cláusulas de los contratos que originalmente vencen en 2030 y 2043, respectivamente. Ello supone entregar el 25% de su producción, que en cada caso equivale a cerca de 22.500 y 9.500 toneladas de carbonato de litio equivalente (LCE, por sus siglas en inglés) al año.
La cuota de SQM fue dividida en dos y durante 2023 fueron adjudicadas a BYD y Tsingshan, para que desarrollen material catódico del tipo LFP (LiFePO4). La primera tiene un proyecto para producir en Chile 50.000 toneladas al año de dicho material, y considera inversiones por US$233 millones, mientras que la segunda pretende alcanzar las 120.000 toneladas métricas anuales, con una inversión estimada en US$ 290 millones. Sin embargo, el avance de la iniciativa de Tsingshanno ha estado exento de polémica.
En tanto, el proceso para adjudicar la cuota de Albemarle comenzaría dentro de las próximas semanas, según ha dicho el vicepresidente ejecutivo de Corfo, José Miguel Benavente.
Pese al escepticismo de Ramos sobre las capacidades en Chile para desarrollar otras partes de la cadena de suministro de baterías, el gerente general de SQM cree que dicho debate “son de las cosas que como país e industria nos vamos a tener que ir cuestionando año a año, hasta dónde nos integramos”.
“Por ahora la clave es hacer un muy buen litio y seamos considerados a nivel mundial como un gran proveedor que cumple sus compromisos, que hacemos un litio de alta calidad y que sea un litio que es extremadamente sustentable desde el punto de vista ambiental”, subrayó.
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