Iniciativa de la CMF podría ser un gran salto en la sustentabilidad empresarial
En pleno proceso de modificación a la normativa que busca que las compañías abiertas a bolsa mejoren sus prácticas medioambientales, sociales y de gobernanza corporativa (ESG), se encuentra el regulador, algo que podría contagiar, en general, a todo el sector privado chileno.
Un hito clave está dando la sustentabilidad corporativa en Chile, mediante la modificación de una normativa de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) para los emisores de valores de oferta pública, propuesta que se dio a conocer hace menos de un mes y cuyo proceso de consulta pública vía web finalizó el viernes pasado, aunque se anunciaron que vendrán mesas de trabajo a partir de ahora.
La iniciativa tiene como objetivo modernizar y perfeccionar la información en materia medioambiental, social y de gobernanza (ESG) que deben remitir dichas empresas, para que así los inversionistas tengan mayor información sobre cuáles son los avances de las compañías en el relacionamiento con sus comunidades, su huella de carbono, la equidad de género o brechas salariales, entre otros elementos.
¿Cuáles son los principales cambios propuestos por la norma bajo consulta? Haciendo un poco de historia, la Norma de Carácter General (NCG) 30 es la que indica cómo se hacen las memorias financieras en Chile. En 2015, la CMF (en ese tiempo SVS) emitió dos NCG: la NCG 385 sobre difusión de información de gobierno corporativo; y la NCG 386, que amplía la información de diversidad y brecha salarial que debe incorporarse en las memorias anuales. El objetivo fue mejorar la información sobre los reportes y reforzar las prácticas relacionadas con responsabilidad social y desarrollo sostenible al interior de las organizaciones.
Desde entonces, la NCG 385 exige que todos los 31 de marzo las empresas presenten un cuestionario, respondiendo una serie de preguntas estándar acerca de sus prácticas de gobierno corporativo y sostenibilidad. “En Chile no existen regulaciones específicas que obliguen a las empresas a reportar información de sostenibilidad. La NCG 385 no obliga a reportar nada, solo indicar si cumples con ciertos requisitos o no. Luego, el inversionista debe acceder a la información particular de las empresas para profundizar”, comenta Daniela Winicki, directora de la consultora suSTrategy.
Lo que trae la nueva propuesta de la CMF es una especie de fusión de toda la información de las NCG 30, 385 y 386, solicitando que las prácticas sostenibles se detallen en una suerte de memoria anual mejorada. “Dicha información permitirá a los inversionistas distinguir aquellas entidades que están mejor preparadas para identificar, cuantificar y gestionar riesgos ESG y, por tanto, en las cuales sus intereses estarán mejor resguardados”, indican en la CMF.
Esta memoria permitirá, por ejemplo, conocer la forma en que la entidad estructura su gobierno corporativo; cómo se gestionan los riesgos, y cuáles son sus metas y avances en materias tales como su vinculación con proveedores, su consumo de energía, o la inversión en capacitación de trabajadores, entre otros. Todo esto, pondría a las compañías chilenas en un nivel de “reportabilidad sustentable” de países más desarrollados.
El cambio que viene
Pero este cambio podría significar una nueva etapa en una serie de empresas, no solo en las que están reguladas por la CMF. Por eso, la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) ha estado mirando y trabajando muy de cerca respecto de esta modificación, con el fin de que una nueva etapa de ESG contagie al sector privado en general. Rafael Palacios, secretario general y director de Políticas Públicas de Sofofa señala que “lo más importante es que las empresas no solo harán un checklist de sus elementos sustentables. Ahora se apropiarán de un proceso, al integrar los elementos de ESG en la memoria anual. Antes solo reaccionaban y tenían que responder. Las empresas van a tener que modificar sus procedimientos”, Y agrega: “El directorio y la administración (de las compañías) van a poder gestionar esa información, y eso es un cambio radical y muy relevante”.
Matías Canelo, gerente general de Gestión Social, estima que “se estaba haciendo necesario poder tener una norma que estandarizara la medición del desempeño ESG. Las compañías, cuando parten realizando su primer reporte de sostenibilidad, se apegan al estándar, son exhaustivos en la obtención de la data, pero al avanzar el tiempo comienzan a ‘relajar la mano’ para poder sacar rápidamente el reporte, con el objetivo de cumplir con el compromiso voluntario adquirido. La situación es diferente cuando aparece la CMF con una norma en torno al tema, haciendo que las empresas sean más rigurosas en el proceso”.
En el estudio “Sumando Valor” de Acción Empresas, Sofofa, CPC y Pacto Global Chile, se concluye que la práctica de reportar ESG en Chile no es nueva. Solo en 2019 se presentaron voluntariamente 140 reportes de sostenibilidad o integrados, demostrando que hay campo fértil para la transparencia corporativa. Incluso, de esa cantidad, el 87% sigue la metodología GRI (uno de los estándares internacionales) y solo un tercio son reportes integrados (financiero y sustentable).
Por eso, Winicki cree que, si bien este cambio es positivo, “ya había 140 empresas que reportaban sus indicadores y metas en sostenibilidad, sin ningún tipo de exigencia. Debemos valorar y destacar este esfuerzo proactivo de las empresas, y cuidar que las futuras regulaciones no desincentiven a reportar los impactos ambientales, sociales y económicos reales”.
Luego de terminada la consulta pública, durante abril y mayo, la CMF realizará un proceso de mesas consultivas en donde se espera que aparezcan nuevos elementos que ayuden a cerrar los aspectos de la nueva normativa.
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