Al filo del cierre de 2024, la Compañía Chilena de Fósforos vivió cambios relevantes en su propiedad. No hubo cambio de control, pero sí dejaron la empresa accionistas que habían participado en la compañía las últimas dos décadas. La más relevante fue la salida de la propiedad de la familia del empresa Juan Eduardo Errázuriz Ossa, miembro del grupo controlador de Sigdo Koppers, Enaex y Puerto Ventanas.

El 24 de diciembre la sociedad Los Ángeles Sociedad de Inversiones Limitada se desprendió de 6.214.286 acciones de Fósforos a un precio de $ 480 por unidad, operación por la que recaudó $2.982 millones. En total, la sociedad se deshizo así del 10,1% del capital de la empresa.

A través de esa empresa, Errázuriz ingresó a Fósforos hace dos décadas, Pero en esa sociedad hoy participan sus ocho hijos, quienes decidieron hacer líquido ese patrimonio de una empresa en la que no participaban activamente, para consolidar sus inversiones en asuntos que estuvieran bajo su control. Con ello, la famiilia dejó de participar en la empresa a la que ingresaron en 2004, tras un cambio en la estructura de propiedad de Fosforos.

En 2003, la familia liderada por el empresario Carlos Cardoen vendió su participación en Fósforos y compraron sus actuales propietarios: los empresarios, y entonces gestores de la empresa, Gustavo Romero Zapata y José Luis Vender Bresciani, fallecido en 2017. La memoria de 2004 mostraba que Inversiones Cell Chile, controladora de Fósforos, era a su vez controlada por Inversiones San Martín, donde participaban Romero, Vender y otros como el empresario Juan Eduardo Errázuriz y el director de empresas Felipe Montt. Errázuriz ingresó al directorio y se mantuvo en la firma hasta 2010.

Más tarde, el grupo controlador se dividió y en Inversiones San Martín, hoy dueña del 56,25% de la empresa, sigue como controladores en partes iguales Gustavo Romero, a través de Inmobiliaria Volcán Verde, y José Luis Vender Acevedo y su familia, mediante Inmobiliaria Volcán Azul.

La operación de compraventa en Bolsa fue realizada por Larraín Vial y, según se desprende de la información pública, el comprador fue Sigma Administradora General de Fondos, que compró para su Fondo de Inversión Privado NP Uno, un total de 6.750.367 acciones a un precio unitario de $480, por la que desembolsó $3.240 millones. En total, la AGF se hizo con el 10,97% de la compañía.

Además de la familia Errázuriz, hubo otros vendedores: en la misma fecha y al mismo precio, Felipe Montt vendió, a través de su sociedad Inversiones Puente, 472 mil acciones por las que recaudó $ 226 millones.

Después de estas transacciones, Felipe Montt Fuenzalida renunció al directorio de la empresa. Ingeniero comercial de la Universidad Católica, Montt ha sido director de numerosas empresas como Enersis, Banmédica, Pampa Calichera, Forestal Copihue y Telefónica CTC Chile.

Al cierre de 2024, otro accionista tomó la dirección contraria: la sociedad Inmobiliaria Dos Robles compró 227 mil acciones de Fósforos, equivalente al 0,37% del capital, por $ 450 por acción totalizando $102.157.200. Con esta adquisición, la firma alcanzó el 3,34% de la propiedad. La sociedad está ligada -según datos del Conservador de Santiago- al director de Fósforos, Francisco José Gardeweg Ossa. El empresario también es director de Agunsa y Portuaria Cabo Froward.

Sigma es una AGF que administra tres fondos públicos: Uin Invest, orientada a la inversión en renta fija; Doble Impacto -con un patrimonio de $3.782 millones-, que invierte “principalmente en créditos a empresas que tiene la categoría de impacto de sectores tales como: educación y cultura, desarrollo social y medio ambiente”, reseña la página web de la compañía; y Dinero y Conciencia -con un patrimonio de $11.471 millones-, busca invertir en acciones sin derecho a voto de una sociedad constituida en Chile denominada Matriz Belat SpA, cuyo objeto es “invertir, directa o indirectamente, en sociedades chilenas o extranjeras que desarrollen actividades inspiradas por los principios de la Banca con Valores´'”.

La Compañía Chilena de Fósforos fue fundada en 1870, pero hoy es mucho más que fósforos. El denominado segmento de productos asociados al encendido, cuyo principal producto es el fósforo doméstico, aportó el 40% de los ingresos en 2023, con un 54% destinado a Chile y un 46% repartido en mercados como Estados Unidos, Perú, Brasil, Fiji y Japón.

En 2023 otro 35% provino de productos de madera, como palos de helado, paletas de pintura o cubiertas de madera y puertas. El 68% se exportó. Y un creciente 25% de los ingresos totales tuvo origen en el negocio agrícola, con producción de arándanos, manzanas, uvas viníferas y cerezas. Este último segmento fue el único con ganancias el año 2023, año en que la empresa a nivel consolidado ganó solo $ 814 millones.

A septiembre de 2024, sin embargo, Fósforos reportaba pérdidas por $1.527 millones. En sus estados financieros a septiembre, la compañía informó ingresos consolidados por $27.487 millones, superiores en un 18% al período anterior. En su análisis razonado, explicó que el alza de los ingresos al tercer trimestre se produjo por un ingreso estacional en venta de fruta de la filial el Álamo, que incluye la venta de cerezas y arándanos.

“Por su parte, la matriz Fósforos presenta un incremento del 3,9% en sus ingresos, como consecuencia de estabilización en ventas en el mercado local y exportación, esto transversalmente en las líneas de negocios, fósforos, iniciadores de fuego, pellet y splint. La filial Terciados y Elaboración de Maderas S.A. presenta un aumento de ingresos en torno al 7,7% respecto del periodo anterior. Los mayores aumentos se concentran en los productos palos de helado, trampas y cubiertos”, detalló en su análisis razonado.