Presidente de Sonami afirma que organizaciones empresariales no aceptarán “más trampas” tras críticas por rol de gremios en pacto fiscal

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Jorge Riesco cuestionó la manera en que se recogen las preocupaciones de los empresarios en distintos diálogos convocados por el Ejecutivo, y apuntó a que existe utilización por una parte, y una expectativa de dar un cierre a debates claves, por el otro.


Los cuestionamientos al rol de los grandes empresarios por las conversaciones sostenidas con el Ejecutivo en la búsqueda de un pacto fiscal que permita avanzar en la fallida reforma del gobierno, han calado hondo en algunas organizaciones gremiales. Así lo hizo explícito este viernes el presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), Jorge Riesco.

En medio de la presentación de un estudio sobre minería realizado por PwC, Riesco abordó las críticas que han surgido en las últimas semanas desde el mundo político por un supuesto reemplazo de las negociaciones parlamentarias, en favor de tratativas directas con el gran empresariado.

En ese sentido, defendió en primera instancia el rol de los gremios al momento de participar en las conversaciones ya que “en el diálogo político, dada la pretensión de los gobiernos y los Estados de meterse en tu negocio, eso debe generar una reacción, y obviamente que las organizaciones gremiales tienen el deber de alguna manera de opinar, si se están privilegiando o no aquellas condiciones que las empresas necesita para desarrollar su negocio”.

En ello, explicó que “nuestro ánimo no era ni negociar ni sustituir a los políticos o a los parlamentarios en esto, pero nosotros tenemos el deber de representar cuáles son las condiciones que creemos necesarias. Y francamente, es lo que tratamos de hacer”.

No obstante, luego planteó que, a raíz de los cuestionamientos a los gremios “yo tengo que reconocer ahí que, habiendo participado de esas reuniones, de que ese rol tiene dos trampas, que no son culpa de los representantes porque uno va de buena fe”.

En primer término, sostuvo que existe “la trampa de la utilización, y hemos sido testigos en muchos procesos de diálogos con iniciativas particulares”, donde mencionó los diálogos “en materia previsional, y ahora nos están vendiendo la idea del Convenio 176 (de la OIT) sobre seguridad, que nosotros hemos dicho que no nos gusta nada”.

En esa línea, remarcó que en el citado convenio “nuevamente el Estado se quiere meter en un tema que tenemos súper solucionado, con un instrumento nuevo que va a venir a desordenar el sistema”.

Sin embargo, también presentó reparos por otros procesos de diálogo, en que señaló “nos hacen firmar una lista, y con eso hace aparecer incluso el logo de nosotros después en unos informes finales maravillosos que al final no dan cuenta de ningún diálogo”.

Por ello, calificó de “complicado” el tema, y enfatizó que “la reciente reunión con el ministro de Hacienda yo creo que fue un poco de eso también”.

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Jorge Riesco, el presidente de Sonami, participó en la reunión entre La Moneda y el gran empresariado.

Una segunda trampa que señaló Riesco la denominó como “legalización, o normativización de los acuerdos”, aludiendo a los avances que realizan las empresas sin necesidad que haya normativas legales que les obliguen a mejorar estándares como los de seguridad o ambientales.

“En esto hemos sido bastante afectados en la minería también. Normalmente, todos los avances, todos los progresos que tenemos como autorregulaciones terminan transformándose en regulaciones. Y eso tiene un efecto especialmente en las empresas de menor tamaño. Eso es un peligro también de todos estos diálogos”, enfatizó.

Por ello, remarcó que “esas dos trampas la verdad es que preocupan y hacen pensarlo dos veces”.

También admitió que “la gran tentación” de los gremios empresariales para sentarse a conversar es poner un coto a los temas que introducen incertidumbre.

“La gran tentación de los empresarios en esto es el cierre de los temas. O sea, cerremos el tema constitucional, apoyemos un nuevo proceso; cerremos el tema del royalty, bueno ya, aceptemos una cuestión más allá de lo que debiera ser razonablemente, y vamos a ver cómo resulta… el tema tributario, cerremos el tema de una vez, pero ¿se cierra o no se cierra? La verdad, el único incentivo para sentarse a negociar, teniendo en cuenta la dos trampas que he dicho, es el cierre y la verdad es que hemos estado llegando últimamente a la conclusión de que cierres no va a haber, y dado la vorágine electoral que viene desde el próximo año en adelante, vamos a enfrentar nuevamente apetito, y por lo tanto vamos a ver una reacción de parte de las organizaciones representantes de los empresarios en el sentido de no aceptar más trampas, y probablemente no creer en los cierres”, concluyó.

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